Hoy en día es bastante habitual poder elegir entre jugar a nuestros juegos favoritos en solitario o acompañados de nuestros amigos sin que suponga muchos cambios en la jugabilidad.

Hoy os traemos el análisis de Super Cane Magic Zero, un dungeon crawling que aparte de muchas risas nos ha dado horas de diversión por sus mecánicas, comedias y animado estilo gráfico.

Desde Studio Evil nos traen esta fantástica aventura indie con capacidad de hacernos desconectar, y aunque cuenta con algunos altibajos, no podemos pasarla por alto si somos fans de las risas.

El cuento del meteorito y el perro con poderes mágicos

La trama de esta aventura estará protagoniza por un personaje predefinido que elegiremos al empezar, donde dependiendo de a quién queramos controlar, tendrá más potenciados algunos parámetros u otros. Eso sí, todos comenzarán la aventura como el meteorito los trajo al mundo.

La historia es simple, pero lo suficientemente absurda como para saber hasta que punto hay que tomarla en cuenta. El mundo se va al garete porque un perro se tragó la varita mágica de su maestro y ahora cada vez que ladra destroza una parte del planeta.

La historia es uno de sus puntos más fuertes gracias a sus grandes dosis de humor

Por suerte llegamos nosotros con la caída de un meteorito, y no nos queda más remedio que salvar el planeta pese a que lo primero que harán nada más vernos es arrestarnos.

Así pues, aunque la trama es totalmente desenfada y esta cargada de chistes malos, es lo suficientemente atractiva como para mantenernos enganchados a su modo historia. Y es que ya juguemos solos o en grupo, los personajes, escenarios y situaciones nos sacará más de una risa, siendo ese el objetivo de este apartado.

Los personajes también son de lo más carismático

Lanza, ataca... y si quieres cómetelo

A diferencia de otros dungeon crawling, aquí no bastará con abrirnos paso matando enemigos a golpes, tendremos que usar bien las posibilidades del escenario para abatirlos. Tenemos más de 180 objetos distintos para cogerlos y lanzárselo a nuestros rivales.

Lo mejor es que cada parte del inmueble que lancemos tendrá características distintas, como las bombas que explotan. Al acertar a nuestros objetivos con ellos, podremos hacernos con los objetos que tengan en su interior, y no es lo único...

También podremos comérnoslo, y aquí es donde hay que tener cuidado, pues aunque puedas comer lo que quieras como si de tu primer día en un bufet se tratase no significa que vaya a sentarte bien.

Aquello que ingiramos sin ser comida nos restará salud, pero lo que si esté indicado para deglutir no sólo nos curará la vida (siendo esta la mejor manera de curarse), sino que también nos proporcionará estados beneficiosos, y hay muchos de estos.

En definitiva este sistema incorpora mecánicas nuevas a un género muy simple y explotado, pero no lo revoluciona, y aunque jugándolo en multijugador es muy divertido, lo cierto es que en solitario se hace repetitivo antes de tiempo, y podemos aborrecerlo un poco.

Por suerte hay otras mecánicas, como subir de nivel, equiparnos con las muchas y varias partes de equipo que encontremos, y cumplir encargos por todos los reinos de este mundo.

Un mundo de dibujos animados te espera para que te "lances" a él

Sin duda el acabado gráfico y la ambientación es lo más llamativo de esta obra, pues parece recién sacado de una serie de dibujos animados, y no solo por las situaciones tan disparatadas que viviremos.

Los escenarios son muy variados entre todos ellos y el inmueble, pese a ser una parte muy importante de la jugabilidad, coincide perfectamente con la estética, nada desencaja en el escenario hasta que decidimos tirárselo a alguien en la cabeza.

Por otra parte y como a hemos dicho, podremos equiparnos con la ropa de nuestros rivales, haciendo que nuestro estilo vaya a la última o desenfoque tanto que no podamos aguantarnos la risa. Este hecho es mucho más notorio cuando jugamos con gente, nunca verás a alguien vestido igual.

Come, lanza y ataca

Lo que no me digas mientras salvamos el mundo, dímelo en la arena

Otro de los puntos que desenfoca respecto a otros dungeon crawling, es el modo Arena, aquí solo nos enfretaremos a nuestros amigos, y es otro de los puntos fuertes del juego, ya que es divertido y nos hace pasar un rato casual pero lleno de risas.

En definitiva tenemos una aventura que roza las 20 horas con cierto punto de rejugabilidad (misiones secundarias, mazmorras opcionales, conseguir mejor equipo, trofeos...) que, aunque pierde fuelle en el modo de un solo jugador, se hace divertidísimo acompañado de gente.

Otro aspecto que no podíamos pasar por alto es el diseño de los enemigos, chirriantes y animados al igual que todos los NPCs. Y aunque el sistema de combate puede parece básico, no hay que perder de vista a los jefes, pues cada uno nos planteará estrategias distintas, llegando a ser algunos de ellos verdaderos retos.

Los jefes tienen distintos ataques que hay que dominar para salir bien parado

Conclusiones

Aunque Super Cane Magic Zero es divertido en cualquiera de sus modos de juego, puede hacerse repetitivo y algo carente de mecánicas nuevas. Eso sí, consigue mantener muy bien el tipo gracias a sus animados personajes y gráficos y sobre todo a sus desternillantes situaciones.

Tanto si queremos un rato de pique en el modo Arena como si de verdad queremos vivir una aventura con nuestros amigos, encontraremos en él una ocasión casi única, ya que no consigue revolucionar el género.

Eso sí, gracias a su precio de salida, como su buen doblaje al español, nos ha mantenido enganchados un buen número de horas, no podemos perderlo de vista si nos gusta el género.

Donde comprarlo

Super Cane Magic Zero solo ha salido a la venta en formato digital, pudiéndonos hacer con su versión de PS Store por 29,99 euros a través de este enlace.