Analizar el nuevo título de Éric Chahi ha resultado ser algo único y emocionante, una experiencia realmente sorprendente.

En Paper Beast entraremos, literalmente, en una fantasía con reflexiones realistas del creador de obras tan recordadas e importantes en el mundo de los videojuegos como Future Wars (en su momento toda una sorpresa), Another World (imprescindible) o Heart of Darkness (mítico y sorprendente).

Así que ponte el casco de realidad virtual de Sony y déjate sorprender por un mundo dinámico, vivo, en el que iremos descubriendo las maravillas que encierra al mismo tiempo que resolveremos ingeniosos puzles que no dejan de sorprender.

La historia de Paper Beast

La primera vez que ejecutas Paper Beast en tu PlayStation 4 no sabes muy bien a qué tipo de videojuego te vas a enfrentar. Sabes que se trata de un título en el que hay que resolver una serie de puzles que te permitirán avanzar en el juego. Pero, una vez entras en su pantalla de título, todo explota en tu mente. No me gustan los spoilers, así que lo dejaré aquí.

Y a partir de ese momento parece que estamos ante una ida de olla de su autor, hasta que nos dejamos secuestrar por el nuevo mundo que se abre ante nosotros. No revelaré mucho sobre la historia, pero diré que, en general, se trata de una reivindicación de la vida, donde se muestra el curso de ésta a través de diferentes momentos que vamos a ir descubriendo poco a poco.

La narrativa se abrirá ante nuestros ojos sin texto, explicándonos todo lo que quiere explicarnos sin decirnos una sola palabra (casi siempre). Además no tendremos indicadores y nadie nos dirá qué tenemos que hacer ni hacia dónde debemos ir, al menos de forma directa. Todo se insinúa, todo es muy sutil.

La experiencia

Estamos ante un mundo completamente inmersivo. Estos días he podido ver por primera vez El viaje de Chihiro, toda una obra maestra de Studio Ghibli, y una de las cosas que más me gustó es la manera de ir introduciéndonos en su universo de una manera natural en la que poco a poco vamos descubriendo, junto a su protagonista, ese nuevo mundo que nos propone.

Esa misma sensación he tenido en Paper Beast. Comenzamos sin saber muy bien a qué nos enfrentamos y, con cada paso que vamos dando, descubrimos un nuevo mundo que nos va enamorando hasta que no puedes dejar de pensar en todo lo que has descubierto.

Y precisamente el sentido de descubrimiento es, quizás, el que más explota el videojuego. A lo largo de la aventura iremos encontrándonos con algunos animales hechos de papel, al más puro estilo origami, que irán interactuando con nosotros, y nosotros con ellos. Aviso importante: nos encariñaremos con unas bestias de lo más peculiares.

Poco a poco iremos descubriendo que cada animal tiene unas características definidas que podremos utilizar para resolver los puzles, y es ahí donde se encuentra gran parte de la magia de este título, no solamente en explorar un mundo desconocido, sino en descubrir cómo podemos resolver cada uno de los obstáculos que vayamos encontrando.

Ahí es, precisamente, donde reside la otra gran característica de Paper Beast: en la satisfacción. Cada vez que consigues descubrir qué es lo que tienes que hacer, te invade una satisfacción mayúscula. Y te lanza a realizar las acciones requeridas, y ves los resultados, y las satisfacción sigue ahí, creciendo hasta niveles insospechados.

Las mecánicas

Como ya he comentado, todo se basa en descubrir cómo utilizar a los animales que nos encontremos (y algunos objetos) y utilizar sus características para poder ir avanzando en esta aventura donde encontraremos pequeños coleccionables.

Con el Dualshock 4 podremos interactuar con estas bestias, moviéndolas de un lado para otro, haciendo que nos construyan caminos donde no los hay o, simplemente, jugando con ellas. También podremos utilizar los Move. El juego no deja de sorprendernos en ningún momento durante las 4 o 5 horas que dura su modo aventura, ofreciéndonos los suficientes elementos para seguir adelante y no dejar de jugar hasta llegar al final.

Decir que los puzles están implementados de una manera orgánica, con lo cual se integran en el mundo y en la aventura de una manera natural, sin convertirse en momentos forzados; forman parte del mundo, de la experiencia, de la realidad que vivimos.

La parte técnica

El sonido es, simplemente, perfecto para crear la ambientación necesaria en un título de estas características. A veces nos explotará la cabeza cuando suenen según qué melodías y otras nos dejaremos hipnotizar por sus suaves y enigmáticos sonidos de ambiente. Tendremos la sensación de que, a parte de lo que vemos, hay mucho más.

En cuanto a resolución se refiere la verdad es que, los diez primeros minutos se notan unos dientes de sierra algo exagerados pero, de repente, cuando han pasado esos primeros minutos de partida, simplemente desaparecen (están pero no se notan). Supongo que la inmersión que consigue el juego ayuda en este sentido para engañar a nuestra mente.

Todo se mueve muy fluido. He jugado en una PlayStation 4 Slim y no he notado ni un solo tirón. Es muy gratificante ver el suave movimiento de todos los trozos de papel que forman cada uno de los animales que vamos encontrando. Todo se mueve de forma natural y realista.

El control se realiza con el mando de PlayStation 4 utilizando la técnica del movimiento estático, apuntamos y aparecemos en el lugar deseado. Esto evita cualquier tipo de mareo, detalle importante. Y, curiosamente, este tipo de movimiento está tan bien implementado que ni siquiera seremos conscientes de que nos movemos “a saltos”. El giro también se realiza “a saltos”.

Modos de juego

A parte de la aventura principal también podremos disfrutar del Modo SandBox, en el que tendremos la oportunidad de experimentar sobre el terreno realizando grandes cambios sobre el mismo. Podremos crear zonas de agua, elevar grandes montañas, y diseñar bosques donde las bestias fantásticas podrán vivir salvajemente mientras contemplamos sus reacciones.

Se trata de un añadido interesante, eso sin duda, aunque la aventura principal está muy por encima. Pero tiene su gracia eso de poder cambiar el entorno a nuestro antojo y ver las reacciones de los animales que viven allí. Es como tener nuestro propio zoo que nos permitirá observar muy de cerca y tranquilamente cómo viven y se relacionan sus habitantes de papel.

Conclusiones

Paper Beast nos presenta un mundo onírico donde no dejaremos de descubrir. Precisamente la sensación continua de descubrir cosas es uno de los tres pilares sobre los que está construido este juego; los otros dos son la narrativa y la resolución de situaciones utilizando nuestro entorno (los puzles).

Todo esto hábilmente envuelto por una ambientación total y absoluta, completamente absorbente, que nos llevará a vivir una aventura difícilmente olvidable. Confieso que Paper Beast no estaba en mi radar y me ha parecido una auténtica obra maestra, aunque no todos estarán de acuerdo con esta opinión, lo sé.

Paper Beast es todo un imprescindible de la realidad virtual. Si tienes PS VR no dejes pasar la oportunidad de vivir una aventura diferente, loca como pocas, pero muy satisfactoria. Al final te deja algo dentro que tarda mucho tiempo en desvanecerse.

Pixel Reef, junto a Éric Chahi, ha creado todo un viaje en el que se reflexiona sobre el ciclo de la vida, el medio ambiente y la interconexión de la vida, donde todo tiene un sentido, donde detrás de la creación existe un diseño inteligente. Todo tiene su razón de ser.

Dónde comprarlo

El juego solo está disponible de forma digital, lo podéis encontrar en la PlayStation Store por 29,99 euros.

Reseña
Nota final:
8.8
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analisis-paper-beastPaper Beast es, sin duda, una apuesta arriesgada. Su mundo nos enamorará. Su ambiente nos secuestrará durante las 4 o 5 horas que dura. Está traducido al castellano y cuenta con un diseño de especies realmente llamativo. Unos puzles bien implementados, el descubrimiento aventurero y una narrativa visual sutil y amigable se dan la mano en un título imprescindible si dispones de PS VR.