Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Koch Media. Juego disponible en PC, PLAYSTATION 4, PLAYSTATION 5 (versión analizada), XBOX ONE y XBOX SERIES S/X.

Introducción

El juego Necromunda, el original de miniaturas, se remonta a la 2da edición de Warhammer 40.000 y se concibió como un spin off para organizar escaramuzas entre grupos de pandilleros.

Necromunda introducía elementos roleros y fue el responsable de sentar algunas de las bases que veríamos después en el hobby, pero sobre todo venía acompañado de toda una ambientación sobre el Mundo Colmena y sus controvertidos habitantes.

Necromunda: Hired Gun 1

Necromunda: Hired Gun, el videojuego que nos ocupa, bebe directamente de aquellas fuentes para traernos el enésimo título ambientado en el universo que concibiera Games Workshop, esta vez en forma de FPS donde encarnamos a un cazarrecompensas.

La cosa no pinta mal, ¿verdad? Acompañadme a lo largo de este análisis y veamos qué tal ha resultado.

Una ciudad imposible

Por si no estáis muy puestos en el tema, un Mundo Colmena es un planeta donde hay una o más mega ciudades incapaces de abastecerse por sí mismas. Dependen completamente de la importación de alimentos y frecuentemente agua provenientes de Mundos Agrícolas, en un delicado equilibrio que mantiene en funcionamiento la maquinaria imperial.

El concepto de ciudades enormes tiene más años que la polca en el ámbito de la ciencia ficción, pero, como suele ser habitual en el universo de Warhammer 40.000, aquí la idea se copia y se exagera hasta lo grotesco.

Necromunda: Hired Gun 2

Streum On Studio ha hecho bien los deberes ambientando Necromunda, ya que salvo por Necromunda: Underhive Wars no había unos claros antecedentes de cómo es un Mundo Colmena. Y es que los juegos de Warhammer 40.000 suelen estar más versados en la guerra pura y dura, y en las típicas facciones que todos conocemos.

Aún así, esta relativamente novedosa ambientación tiene un coste, y es que por el camino se deja en parte la esencia del propio universo al que pertenece. En mi opinión esta ciudad es muy cyberpunk pero no tan Warhammer 40.000, aunque por supuesto lo intenta. Desgraciadamente, es sólo hacia el final cuando parece que le han cogido el punto y tenemos las fases más inspiradas.

En cualquier caso, los entornos están entre lo mejor del juego y no dejan de ser sobrecogedores por momentos, con espacios invariablemente inmensos a la par que extraños y exagerados, donde además se aprovecha la verticalidad con alturas imposibles.

Un paraíso para cazarrecompensas

En Necromunda: Hired Gun encarnamos a un cazarrecompensas, que por cierto podemos escoger de entre una plantilla bastante nutrida. Si no sois prácticamente bilingües me permito aconsejaros que elijáis a un personaje femenino, ya que frecuentemente hablaremos con otro masculino cuya voz es similar a la nuestra, con la consiguiente confusión.

La colmena está poblada por varias Casas que se reparten el cotarro, entre ellas los Orlocks, los Goliaths y las Eschers, a su vez divididas en distintas bandas. Aunque hay alguna sorpresa en forma de antagonistas inesperados, los mencionados pandilleros serán nuestros principales enemigos durante toda la aventura.

Se supone que en determinadas misiones estaremos alineados con una banda, y no será raro ver que ellas mismas luchan entre sí. Pero también debo decir que, en mi experiencia al menos, me acababa liando a tiros con todo bicho viviente.

Necromunda: Hired Gun 3

En realidad el tema del cazarrecompensas es más acertado si nos referimos a las misiones secundarias, donde debemos eliminar a nuestro objetivo y cobrar la recompensa. No así en la campaña propiamente dicha, que nos introducirá en una trama bastante más compleja.

A medio gas

El mayor defecto de Necromunda: Hired Gun es que intenta abarcar demasiado sin llegar a destacar en nada.

Así, hablando de un juego supuestamente enfocado en su historia, ésta no termina de cuajar y se siente como una mera excusa para introducirnos en los niveles; vuelve a ser hacia el final cuando adquiere más relevancia y nos deja vislumbrar lo que podría haber sido desde el principio.

Necromunda: Hired Gun 4

Además, Necromunda: Hired Gun se molesta en incluir elementos de personalización para las armas, para nuestro cuerpo cibernético y hasta para un perro que nos acompaña. Podemos configurar y personalizar nuestro equipo, también modificando su apariencia, y por decir algo más hay una serie de cofres desperdigados por los escenarios a modo de suculento botín...

Pero ¿y si os digo que toda esta parte se siente tediosa? Entre pantallas, cuando vamos al asentamiento conocido como Martyr's End, configurar y optimizar las armas parece una pérdida de tiempo que no redunda en una experiencia muy distinta. Así mismo, la búsqueda de tesoros es bastante descafeinada, no dando la sensación de que realmente encuentres algo muy diferente de lo que puedes comprar en la tienda.

Por otro lado, las misiones secundarias tienen lugar en los mismos mapeados que ya hemos visitado y funcionarían bien como un arcade puro y duro si no fuera porque...

Necromunda: Hired Gun 5

Jugabilidad en el milenio 41

...Si no fuera porque jugablemente Necromunda: Hired Gun tampoco está todo lo pulido que debería.

La obra de Streum On Studio se basa directamente en el reboot de Doom, con ese estilo frenético y acelerado que nos invita a recorrer cada fase a toda prisa mientras descargamos bien de plomo. Sin embargo lo que ahora llaman gunplay, es decir la jugabilidad consistente en ir pegando tiros, es discreta sin más.

Las distintas armas se sienten demasiado parecidas, aunque tiene su punto ver muchas de este universo como el exótico rifle de gravitones. Así mismo los enemigos parecen muy homogéneos, incluso entre bandas diferentes, y ya puestos bastante poco avispados. También hay bosses metidos con la mejor intención, que sin embargo adolecen de carisma.

Necromunda: Hired Gun 6

La configuración del mando es sencillamente incorrecta, aunque es posible reasignar todos los botones. Menos afortunado es que sólo se puede asociar una de las habilidades especiales a un atajo, mientras que el resto han de usarse desde una rueda que te saca completamente de la acción; y si juegas con el eje Y invertido, no te lo pierdas que la rueda de habilidades también lo está, aunque esto se parcheará antes o después.

La organización de las armas tampoco es ideal. ¿Por qué tengo espacio para tres puñeteras pistolas, y luego sólo tengo dos slots para elegir entre todas las armas básicas, especiales y pesadas? Da la sensación de que alguien en el equipo ha dado luz verde a una serie de elementos jugables sin revisarlos demasiado.

Apartado técnico

Hasta ahora he dicho que lo mejor de Necromunda: Hired Gun es su ambientación y esa recreación de la colmena con escenarios inmensos, que intentan transmitir la extrañeza de un futuro distópico.

Necromunda: Hired Gun 7

Al menos en una PlayStation 5, debo decir que los gráficos se suman al carro de las partes positivas, con un frame rate sólido como una roca a 60 cuadros por segundo, buenos efectos de iluminación y partículas, gran distancia de dibujado y unos modelados más que dignos.

La música acompaña correctamente y por supuesto recurre a los temas de tipo hardcore rock en medio de las refriegas. Nada que reprochar tampoco a los efectos, perfectamente logrados.

Las voces vienen en inglés, francés o alemán (sic), pero podéis poner subtítulos en español y enteraros de los entresijos de este cazarrecompensas.

Conclusión

Necromunda: Hired Gun es un título que entra por los ojos, con un acabado gráfico de buena factura y una ambientación a la altura. Eso para quien tenga una cierta sensibilidad estética no es moco de pavo y, ya puestos, para fans de Warhammer 40.000 es directamente una gozada.

Por desgracia no tardas en descubrir que la sensación inicial de toma de contacto perdura durante todo el juego, quedándose éste en más de lo mismo a medida que avanzamos por su anodino modo historia. Sólo hacia el final, en las últimas dos o tres misiones de las trece disponibles, disfrutaremos de la aventura que hubiéramos querido desde el principio.

Cada fase se siente algo aislada de las demás, y no acabamos de empatizar mucho con el protagonista ni sus circunstancias. Ahora bien, es justo decir que hablamos de un título bastante largo, que incluso ciñéndonos estrictamente a la campaña nos llevará unas 10 horitas, mucho más si nos entretenemos con los encargos.

Como arcade puro y duro, Necromunda: Hired Gun tampoco acaba de despuntar y al poco las misiones secundarias perderán todo su interés; si acaso pueden picarnos las de rango S, que requerirán llevar con nosotros el equipo más sofisticado. Además no hay un modo online, que se sentiría muy natural por eso de la división en bandas.

Quiero añadir que la versión de PlayStation 5 que yo he jugado no parece tener los glitches que se le atribuyen, salvo por el tema del eje Y en la rueda de habilidades (y de armas). El resto imagino que ya está arreglado.

En cualquier caso y en definitiva, Necromunda: Hired Gun es un juego que, pese a estar ambientado en el rico universo de Warhammer 40.000, se siente algo impersonal. Yo como buen friki de la franquicia me he divertido, pero como analista sólo recomendaría este viaje a otros fans o a quienes disfruten de cualquier FPS. Por ahora toca esperar a Darktide.