Seguramente eres de los que de pequeño estaba todo el día tirado por el suelo jugando con los cochecitos de juguete, haciendo circuitos por encima de la mesa del comedor que conectaban con el mueble del televisor, continuaban por el sofá y acababan en el pasillo de casa.

Y después de jugar seguro que los dejabas tirados por el suelo y venía nuestra madre riñéndonos porque los habíamos dejado tirados por todas partes y no los habíamos recogido. Con Micro Machines World Series eso ya no pasará más, porque ya no dejaremos los mini coches desperdigados por la casa, sino que quedarán siempre recogiditos en nuestras PS4.

Desde el primer videojuego lanzado por la propia Codemasters en NES, han aparecido hasta 9 videojuegos diferentes de esta franquicia de juguetes. Y el pasado 30 de junio recibió su última entrega hasta la fecha.

¿Qué nos vamos a encontrar si decidimos jugar a Micro Machines World Series? Vamos a verlo.

Después de la pantalla de carga y de pulsar el botón X se despliega ante nosotros el mágico mundo de los Micro Machines. A partir de ahí podremos acceder a diferentes modos de juegos que repasaremos a continuación.

¿Sólo On-line?

La primera impresión al comenzar a jugar al título que hoy nos ocupa es que todo está orientado al online. Esto es algo que al principio me causó cierto temor, ya que no todos los usuarios de PS4 tienen contratado el servicio PS Plus que da acceso a las partidas online, ni a todos nos gusta tener que estar siempre conectados para poder disfrutar de un videojuego.

Y en este Micro Machines World Series lo han solucionado muy elegantemente ya que, aunque todo esté enfocado al juego en online, si no estás conectado no hay problema, en todos los modos de juego existe la opción de participar contra la IA del videojuego.

De todos modos el título ofrece online con hasta 12 jugadores y pantalla partida para 4 amigos en una misma consola.

Modos de Juegos

Aquí encontramos lo mejor del juego pero que a mi entender, queda algo limitado. Ahora lo explico. Por un lado, cuando arrancamos el videojuego tenemos acceso a algunas opciones, pero no a todas. Tendremos que subir nuestra habilidad de jugador hasta el nivel cinco. Una vez alcancemos dicho nivel se desbloqueará el Modo Competición.

Cada vez que subamos de nivel seremos obsequiados con un loot en forma de Cajas de Botín lleno de accesorios visuales, armamentísticos y de voz para nuestros vehículos.

Finalmente tendremos que subir hasta nivel diez si queremos disfrutar del Modo Competitivo Online que incluye los eventos especiales cada cierto tiempo.

Los modos de juego que encontraremos hasta que alcancemos el nivel cinco son dos. Por un lado Partida Rápida, que incluye tres variantes: batalla, carrera y eliminación. Y por otro lado Escaramuza, una opción multijugador online y offline para jugar contra nuestros amigos que incluye eliminatoria, todos contra todos y carrera.

Dentro de la Partida Rápida, si jugamos al modo batalla encontraremos el típico Atrapa la Bandera. En el modo offline la IA del juego se hará cargo de los coches que no controlemos, pero donde realmente lo vamos a pasar mejor es cuando conseguimos reunir un grupo de jugadores de todo el mundo, cada uno eligiendo su propio coche con sus características únicas, y compitiendo por conseguir más puntos que los rivales en este modo de juego. Para mí uno de los momentos más divertidos de todo el videojuego.

El modo Carrera es la clásica carrera de toda la vida en los circuitos clásicos y modernos. Tendremos que acabar primeros si quieres conseguir la máxima puntuación. Para ello podremos utilizar atajos que el propio circuito casero nos proporciona y las ayudas en forma de bombas, martillos, disparos con escopetas de juguetes y otros artilugios que lo convierten, por momentos, en una especie de Mario Kart.

Finalmente el modo Eliminación es, para mí, el mejor de todos con diferencia. Es el que más piques puede llegar a proporcionarte.

El juego escoge aleatoriamente un circuito, lo divide en tramos y tenemos que intentar sobrevivir más que nuestros rivales. En cuanto nuestro coche desaparece de la pantalla, hemos perdido en ese tramo. Cuando todos han sido eliminados y uno ha ganado, se sigue con el siguiente tramo y así hasta que uno de los jugadores llega a la meta sumando puntos y escalando posiciones.

Hay un momento particularmente estresante y maravilloso al mismo tiempo en el que, cuando solamente quedan dos contrincantes, el zoom de la pantalla se va acercando al circuito haciendo que la parte del circuito que vemos sea cada vez menor y por tanto, el área de salvación sea cada vez más escaso.

Circuitos

El videojuego solamente incluye diez circuitos. Y digo solamente porque a la que le eches unas cuantas horas en los diferentes modos que ofrece verás que acabas repitiendo los mismos circuitos una y otra vez. Esto es bueno en el sentido que te los aprendes de memoria, cosa que, en según que modo de juego, te puede dar ciertas ventajas pero hace falta mucha más variedad para poder llegar a ofrecer un auténtico abanico de circuitos que impidan que nos lleguemos a cansar de alguno.

El más divertido para mí no es ni el clásico del desayuno, con la leche, las galletas y otras historias tiradas por ahí, ni tampoco el de las mesas de billar, con sus tacos uniendo las diferentes mesas, sino que es el que incluye el famoso Tragabolas, juego con el que jugaba en casa de mi vecino cuando era pequeño.

Garajes, cocinas sucias, desayunos, jardines, una tabla de ouija y otros decorados son los utilizados para los circuitos delimitados por clips, lápices de colores y otros utensilios cotidianos que podemos encontrar en cualquier hogar.

Controles

Aquí sí que quiero destacar algo. El control de los coches es perfecto. He probado muchos juegos similares y en los últimos años he tenido que pelearme con el control de los vehículos durante la carrera, cosa que al final ha hecho que acabe abandonando esos juegos.

Pero en este Micro Machines World Series se ha optado por una cámara aérea que enfoca el circuito a una distancia suficiente en el que controlaremos nuestro vehículo de forma natural: botón para acelerar, otro para frenar y otro para las armas (en el modo carrera, en los demás modos varía mínimamente).

Y ya está, nada de utilizar los dos sticks a la vez para acelerar y girar el vehículo al mismo tiempo. Solamente utilizaremos un stick para la dirección del vehículo, para el resto de acciones, como ya he dicho, los botones.

Y añado una cosa más: cada vehículo tiene su propia aceleración, inercia, peso y características de ataque con lo cual es sabio que en Atrapa la Bandera, por ejemplo, haya un tanque con gran potencia de fuego y que puede poner minas, un coche de policía rápido y que cuenta con cobertura aérea, etc. De esta manera cada jugador encarnará un rol concreto dentro de las pruebas.

El hecho de que cada vehículo tenga sus propias características hará que en las carreras utilicemos el que mejor manejo tenga, o el más rápido, o el que mejor ataque nos aporte, para superar cada uno de los circuitos. El único problema es que solamente contaremos con doce vehículos (a no ser que vayan ampliando esta base con futuros dlc's).

Gráficos

El apartado gráfico del título cumple, sin más. No veremos gráficos ultra realistas. Veremos maravillosas miniaturas recorriendo circuitos bien realizados pero con un acabado quizás demasiado infantil o demasiado desenfadado.

En este sentido hay un gran margen de mejora para futuras entregas. Pero aquí abro el debate: ¿A quién va dirigido éste videojuego? Porque dependiendo del público al que vaya dirigido tendrá un acabado más desenfadado o un acabado mas realista.

Si enfocamos el título a los veteranos se queda demasiado infantil, pero si lo enfocamos a un público adolescente y joven puede funcionar muy bien. Personalmente me he quedado con las ganas de encontrarme con alguna pista que, guardando y conservando toda la gracia de los Micro Machines, pudiera ser lo más realista posible.

Sonido

En este apartado he de decir que me gusta la música guitarrera que acompaña todo el título, dándole momentos de mayor o menor intensidad a los diferentes modos de juego y siempre impulsándote a hacer un circuito más.

El juego viene totalmente traducido al español y también doblado, cosa que es de agradecer, aunque en algunas pruebas los comentarios de los diferentes coches (los vehículos tienen sus expresiones y voces) pueden hacerse algo cansinos.

Diversión

Vamos a lo importante. ¿El juego divierte? Un sí rotundo. Micro Machines World Series divierte y te pica. Con amigos es todavía mejor, pero, para mí se queda algo corto en cuanto a la propuesta general. Es verdad que hay eventos especiales que duran unos pocos días y que se van renovando. Es verdad que a partir del nivel cinco de conducción se nos abren nuevas posibilidades de competición que acaban siendo las mismas pero dentro de una competición más larga, es verdad que los escenarios son divertidos y graciosos, pero también son algo escasos.

Es por todos esos contrastes que le pongo una nota media en la que por un lado pesa todo lo bueno que aporta el juego de Codemasters, ese pique constante, esa diversión con y sin amigos, ese reto de querer desbloquear los 393 objetos, pero al otro lado de la balanza está esa falta de circuitos, ese enfoque a veces que se queda a medio camino entre lo infantil y lo juvenil, esos escasos modos de juegos y ese margen de mejora en los gráficos.

Conclusión

Recomiendo Micro Machines World Series a todos aquellos que quieran divertirse y picarse con los retos que propone sin más. No busques profundidad en este título. No busques un juego de conducción realista. Aquí solamente encontrarás diversión.

Pero ten en cuenta dos cosas... En primer lugar: el público al que va enfocado el título es un público pre-adolescente y adolescente. Eso no quiere decir que si tenes mas edad no te vayas a divertir. Pero sí que significa que llegará un momento en el que verás que el título ya no puede ofrecerte nada más.

En segundo lugar: El precio. Teniendo en cuenta todo lo que ofrece 29.99€ es un precio justo para un juego muy veraniego que te hará pasar tardes divertidas junto a tus amigos.