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Los plataformas en 2D siempre han sido uno de los géneros favoritos por los jugadores veteranos, pero también para aquellos que se han iniciado recientemente en el mundo de los videojuegos; son juegos con un control muy asequible y generalmente fáciles. El estudio español RECO Technology retoma la ambientación y el estilo plataformero de algunas fases de Yasai Ninja (que salió a la venta el año pasado) y las plasma en este Kyurinaga's Revenge.

Verduras ninja y muchos saltos

Kyurinaga's Revenge es un título de plataformas en 2.5D; es decir, un plataformas en dos dimensiones pero con escenarios tridimensionales. Los niveles están ambientados en el Japón feudal, y recorreremos campos militares, montañas e incluso cuevas. A lo largo de los diez niveles del juego, tendremos que sortear obstáculos de fuego, trampas y diversos enemigos a la vez que recogemos monedas, que nos servirán para adquirir distintos coleccionables en la galería.

Iremos alternando el manejo de dos personajes: Kaoru (una cebolla) y Joe (un brócoli). Ambos pueden saltar y utilizar la katana para golpear a otros enemigos o romper cajas, pero también cuentan con habilidades exclusivas. Kaoru puede arrastrar cajas y colocar bombas mientras que Joe puede lanzar kunais para detonar dichas bombas o para activar interruptores. Desplazamos a ambos personajes a la vez y basta con pulsar L1 para alternar el control entre uno u otro. El juego también incluye la posibilidad de jugar el modo historia en cooperativo local, de forma que cada jugador maneja a uno de los personajes.

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Las zonas de plataformas requieren de mucha precisión y habrá que saltar en el momento exacto para evitar a los enemigos y avanzar sin caernos. Además, los final bosses nos pondrán las cosas muy complicadas así que hay que estar listos para perder varias vidas y repetir movimientos una y otra vez.

Por suerte, hay momentos más distendidos en los que debemos derrotar oleadas de enemigos repitiendo secuencias de botones, a la vez que alternamos el control de Kaoru y Joe. Además, podremos disfrutar de divertidos diálogos al terminar cada fase para ponernos en situación.

Una dificultad muy endiablada

Si algo caracteriza a este Kyurinaga's Revenge es su dificultad. En primer lugar, el mínimo contacto con un enemigo o una trampa equivale a perder una vida. Este importante detalle se suma a la precisión con las que tenemos que sortear las zonas de plataformas; hecho que se acentúa en algunos niveles como en el tercero, donde somos perseguidos por una coliflor gigante a lo Indiana Jones. Por suerte, podremos recoger vidas adicionales a lo largo de los niveles, lo que nos facilitará enormemente las partidas.

El juego cuenta con tres niveles de dificultad, que añadirán enemigos y trampas adicionales. Además, hay un cuarto nivel de dificultad, Inferno, que se desbloquea si superamos la partida en modo Difícil: nos propone superar el juego desde el principio y con una única vida.

Al terminar el juego por primera vez, se desbloquean dos modos de juego adicionales: el modo Horda y el modo Arena. El primero se centra en las oleadas de enemigos a las que tenemos que derrotar en plan Quick Time Event, mientras que el segundo es un modo cooperativo local.

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Un ritmo de juego lento

El desarrollo de los niveles de Kyurinaga's Revenge puede hacerse algo monótono. Los personajes no se desplazan de forma rápida y algunos niveles llegan a hacerse muy repetitivos, pues las mecánicas se reducen generalmente a saltar con precisión y acabar con enemigos de vez en cuando. La duración de los niveles tampoco ayuda en este aspecto, cosa que se acrecenta si jugamos en un nivel de dificultad bajo. Quizás un mayor número de niveles pero más cortos habrían favorecido la experiencia de juego.

Otro de los puntos donde se echa en falta dinamismo en las partidas es en el uso de los kunais y las bombas para poder avanzar. El número de estos objetos es limitado aunque podemos encontrar cajas a lo largo de los niveles para reponerlos, especialmente en las zonas donde es obligatorio usarlos para avanzar. En este apartado podría haberse optado por disponer de un número infinito de ellos, para evitar el tener que ir y volver si fallamos a la hora de lanzar los kunais.

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Un lanzamiento poco pulido

El aspecto gráfico de Kyurinaga's Revenge es correcto aunque tiene la apariencia de estar algo desfasado: viendo los fondos y el detalle de los niveles, el juego podría recordar a la época de PSOne.

Otro de los problemas que encara el juego está centrado en los bugs. Algunos de ellos son mínimos y se reducen a ligeras caídas de framerate en algunos momentos concretos (no necesariamente cuando hay un elevado número de elementos en pantalla), cosa que se puede resolver en actualizaciones.

Sin embargo, había un bug (afortunadamente ya resuelto en la actualización 1.02) que impedía continuar la partida tras haber avanzado por los distintos niveles (y que he sufrido en varias ocasiones). Al querer retomar la partida en un momento posterior, la opción Continuar no aparecía disponible ni tampoco se podía seleccionar el nivel en el que nos habíamos quedado.

En este aspecto, da la impresión de que el juego parece haber sido lanzado con prisas, sin haberlo testeado lo suficiente para detectar los posibles errores. En estos tiempos, es prácticamente inevitable que un juego salga perfecto y no tenga ninguna actualización para solucionar pequeños fallos. Pero en este caso, que un fallo relativo a la posibilidad de guardar partida esté presente desde el lanzamiento emborrona el resultado final del juego.

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Conclusiones

Como juego de plataformas, Kyurinaga's Revenge es un juego bastante aceptable. Su dificultad y sus saltos muy ajustados recuerdan a los plataformas 2D de hace más de dos décadas, lo que hará las delicias de los más nostálgicos. Y para aquellos que busquen un juego difícil, este título puede ser lo que andan buscando. Sin embargo, la excesiva dificultad y las rutinas un tanto aleatorias de los final bosses pueden llegar a desesperar enormemente a los jugadores menos pacientes.

Sin embargo, el juego llega a hacerse algo monótono conforme vayamos avanzando pues los niveles se reducen a avanzar y resolver puntualmente algún puzzle (disparar a unas dianas en un orden determinado, por lo general). Ésto, sumado a la lentitud según avanzamos en cada nivel, hace que el juego quede muy deslucido y no se convierta en un imprescindible.