Kingdom Come: Deliverance, realismo puro

He vivido en la Edad Media. Con eso está todo dicho. No hay más. Kingdom Come: Deliverance equivale a la experiencia de haber sido transportado al pasado en una máquina del tiempo. He vivido la Edad Media y es mejor de como me la habían contado.

Una historia envolvente

Estoy acostumbrado a que, en algunos videojuegos, los programadores nos suelten una chapa de historia al principio de la aventura y luego, esa historia, quede un poco en el aire, fuera del mundo y de la realidad de los personajes que pueblan el mundo. En este sentido, por el contrario, muchas veces, los habitantes que habitan el mundo explican, punto por punto, utilizando las mismas palabras de la introducción, la historia que acabamos de ver en la intro.

Y he de decir que esto, en Kingdom Come: Deliverance, no pasa. El juego nos sitúa en el año 1403, en la región de Bohemia del medieval Sacro Imperio Romano, situada en el corazón de Europa, cuna de una gran riqueza cultural, plata y deslumbrantes castillos.

El Rey está muerto y su hijo mayor se ha convertido en el nuevo Rey de Bohemia. Segismundo, el enfurecido medio hermano de Wenceslao, le encarcela e invade el país con su poderoso ejército.

Esto es lo que nos explican al comienzo de la aventura a través de unas ricas representaciones de estilo medieval. Si todo acabase aquí, sería como cualquier otro título. Pero en Kingdom Come: Deliverance todo es distinto.

Desde que despertamos en casa de nuestros padres, la historia impregna todo el juego, ofreciéndonos un contexto histórico que realmente viven tanto los personajes que habitan los pueblos, castillos y ciudades como nosotros mismos a través de Henry, el protagonista.

El principio de todo

Como ya he comentado, el juego comienza con una explicación del contexto histórico en la que se nos sitúa en un poblado que está a punto de ser atacado por Segismundo, el medio hermano del rey Wenceslao.

Una vez explicado el contexto historico el juego nos introduce en el pueblo donde comienza nuestra aventura Skalice.

Me encanta la manera que tiene el juego de presentarnos la vida de las gentes del pueblo. La cámara se paseará por todos los rincones del pueblo para mostrarnos la vida de sus habitantes, mostrándonos, ya de entrada, el espectacular trabajo realizado con el motor gráfico del título analizado.

Veremos personajes, casas, caminos y entornos, escenarios por donde luego podremos movernos libremente.

Toda esta acción va acompañada de una magistral banda sonora que le da un empaque y una solidez a la introducción tremenda.

Para que todos os podáis hacer una idea: es como el principio de las películas del Señor de los anillos, o del Hobbit, donde la cámara viaja libremente por Hobbiton, presentándonos sus habitantes de esa manera tan simpática, especial y emocionante. Lo mismo ocurre en Kingdom Come: Deliverance.

Una vez acaba esta presentación tan potente conoceremos a Henry, el protagonista de la historia, que acaba de levantarse después de una noche de juerga juvenil y espadas de madera. Nuestra madre nos pedirá que vayamos a ver a padre para ayudarle en la forja.

Gráficos, gestos, detalles y sensaciones

Llevo siguiendo el proceso de este título desde que se anunció por primera vez. He visto, seguido y leído cada información y vídeo que se ha ido publicando. Y desde el principio tenia una sensación extraña con el movimiento de los personajes, concretamente en lo referente a sus movimientos y reacciones, pues me parecían demasiado mecánicas e inexpresivas.

Por eso me llama poderosamente la atención la excelente mejora que ha recibido este apartado en el lanzamiento final del título. Expresiones faciales, gestos, movimientos naturales, cada personaje tiene su manera de ser, de moverse, de interactuar, de gesticular. Maravilloso. Y además, todos esos gestos son, como ya he dicho, naturales, nada forzados y se generan suavemente, sin parones ni movimientos extraños.

Pero vamos a ir poco a poco desgranando algunos detalles. Por ejemplo, una vez nos ponemos en pie, hay un detalle que me ha sorprendido y no me esperaba.

En la realidad, cuando nos quedamos quietos, de pie, no estamos realmente estáticos, siempre hay un leve movimiento de nuestro cuerpo; un cambio de peso de una pierna a otra, un mínimo balanceo incluso. Nuestro cuerpo está vivo. Y esto se produce también en este juego.

Estamos muy acostumbrados a que, en los videojuegos con vista en primera persona, el personaje y el punto de vista se quede quietos como un muerto cuando dejamos a nuestro personaje parado sin tocar el DualShock 4.

En el mejor de los casos, a veces, al cabo del rato, el personaje que encarnamos, se mueve en un movimiento forzado, programado. Aquí no, en este título todo sucede de forma natural. Henry, al quedarse en pie, tendrá ese leve balanceo, ese pequeño movimiento que tiene nuestro cuerpo en la vida real.

Y es aquí, una vez hemos comido de manera natural, y cuando salimos de la casa, que se abre ante nosotros el espectáculo.

Todo el paisaje tiene luz y color... y está vivo. Conforme Henry va avanzando por el camino que lleva a la forja de nuestro padre, no puedes dejar de admirar cada uno de los detalles que se muestran ante nuestros ojos.

La hierba que motea el camino y los alrededores está creada con un cuidado exquisito. Que sí, que cuando nos acercamos a esa hierba vemos que se trata de gráficos planos, pero que están tan bien hechos, tan bien programados, que parecen reales.

En este sentido dejadme destacar el trabajo hecho con la hierba, aplicable a los árboles, banderas y todo aquello susceptible de moverse por el efecto del viento.

En juegos como Skyrim o The Witcher 3, una de las cosas que más me llamaron la atención en su momento, a nivel técnico, fue el viento y el efecto que creaba sobre los árboles, la hierba y las banderas. Me gustó mucho, pero no dejaba de ser un poco artificial: ahora hay viento, se mueve todo lo que se pueda mover. Ahora no hay viento, no se mueve nada.

Aquí la cosa va un paso más allá. Cada brizna de viento mueve de manera diferente las distintas capas de hierba que hay ante nosotros. Es como en la realidad. Cuando vamos por el campo, el viento no sopla con la misma intensidad donde nos encontramos nosotros de pie que un metro mas allá. Si no que la hierba se mueve según, dependiendo, de la intensidad de viento que recibe. Cada matorral se mueve de manera distinta porque recibe una orientación y fuerza del viento diferentes.

Eso es lo que ocurre en Kingdom Come: Deliverance. La recreación de dicho efecto está tan conseguido que parece, realmente, un movimiento de hierba como el que podríamos encontrar en la naturaleza.

A esto ayuda el sonido, que crea la sensación de ráfagas de viento independientes que ondean sobre las superficies y éstas reaccionan, de una manera natural, ante el contacto del viento.

Una vez dicho todo esto, si levantamos la mirada del suelo y somos capaces de mirar más allá de este primer choque visual, descubriremos el basto paisaje que se intuye más allá de las montañas que se ven en el horizonte. Es en ese momento cuando somos invadidos por una extraña impaciencia que nos impulsará a querer ir allí y ver lo que se esconde tras el horizonte.

También cabe destacar el gran trabajo realizado con las caras de las personas que habitan todo el juego, todas diferentes, todas con sus propias características que le dan ese toque de realismo que transmite el juego por todos sus poros.

También los diferentes ropajes y armaduras, definiendo las clases sociales, están muy bien representados. Éstos definirán, en diversas ocasiones, el trato que tendremos con los demás personajes del juego. Según como vayamos vestidos así seremos tratados.

Y sobre Henry, el protagonista, diré que no se trata del típico matón macho alfa que con una mirada derriba reinos enteros y enamora a las mozas y reinas por igual. Aquí estamos ante un chico de pueblo que se encuentra en medio de una situación límite. La historia lo atrapará y las circunstancias dictarán su futuro.

Los combates

Los combates en Kingdom Come: Deliverance son sumamente realistas. En nuestro primer enfrentamiento (si queremos) con un habitante del pueblo (no desvelo de quién se trata), es espectacular ver cómo se mueve él y cómo nos movemos también nosotros, en una lucha a puños en la que, cuando le golpeamos veremos cómo va sangrando y van apareciendo heridas leves en su cara. Incluso algunas partes de su rostro se hincharán por el impacto de nuestros puños y sangrarán, sangre que va a ir manchando sus ropas.

A nosotros nos pasará lo mismo. Recibiremos unos cuantos golpes y sangraremos, lo que hará que nuestra cara se llene de heridas y nuestros ropajes de sangre, lo cual afectará a la hora de interactuar con los diferentes habitantes del pueblo. Nuestro aspecto será importante.

Pero, volviendo al tema de la lucha, al pegar puñetazos elegiremos por dónde queremos atacarle. Dependerá de nuestro movimiento y de la distancia a la que nos encontremos de nuestro oponente si le alcanzamos o no.

Destacar en este apartado que se ha recreado de una manera excelente el hecho del cansancio que produce sumergirnos en una pelea.

Todo esto, aplicado a la espada, por ejemplo, multiplica toda la estrategia que encierran los combates durante toda la partida, dotándoles de un realismo muy satisfactorio.

El mundo

Nos encontramos ante un título que abarca 16 kilómetros cuadrados, toda una barbaridad, sobre todo teniendo en cuento que nos encontramos ante el primer trabajo de Warhorse. Sin lugar a dudas se trata de toda una declaración de intenciones.

Para recorrer todo este basto mundo tendremos a nuestra disposición, a parte de los pies de Henry, caballos que nos ayudarán, de forma determinante, en nuestros largos trayectos.

Eso sí, tendremos libertad absoluta para ir donde queramos. Y de cada uno de nosotros dependerá el cómo llegamos hasta el objetivo escogido, si a pie luchando contra las amenazas que encontremos en el camino, o con nuestro rápido corcel.

Rol realista

El realismo que han querido transmitir los chicos de Warhorse a la hora de programar esta belleza llamada Kingdom Come: Deliverance se ve reflejado en todo.

Contaremos con un mundo real, un contexto histórico verídico, vestimentas de la época, nada de magia, la sensación de que en cada nueva acción podemos encontrar la muerte, el hambre que se traduce en ruidos de nuestro estómago y la pérdida de fuerza y locuacidad en nuestro habla. El descanso es necesario y la higiene una buena idea. Realismo por todas partes.

También las luchas y enfrentamientos están impregnados de realismo, no son arcades, tendremos que calcular bien nuestro próximo movimiento.

Ha esto hay que añadir el desarrollo del personaje, el cual subirá las habilidades conforme las utilicemos, al estilo de Skyrim.

Y todo momento contaremos con una amplia información en un códice que se irá actualizando con toda la información que vayamos recolectando.

Conversaciones y emociones

Muchas veces, utilizando imágenes o escenas, los videojuegos intentan transmitirnos una serie de sentimiento respecto a lo que estamos viendo en pantalla.

En este título se consigue de una manera magistral, añadiendo a la imagen y al sonido las conversaciones. Un ejemplo:

Estamos en nuestra cama, descansando, y un personaje (no desvelaré de quién se trata para no reventar un momento mágico) comienza a hablar con nosotros. Lo que en cualquier otro título sería el típico tostón que estamos deseando saltarnos, o la típica descarga de información sobre nuestra misión, aquí se convierte en una conversación que profundiza en el corazón para hablarnos de Dios, de Jesucristo, de la vida, de la muerte y del amor.

Por cierto, podremos interactuar en estas conversaciones, pudiendo mentir o decir la verdad, ser comprensivos o toscos, lo cual determinará el tipo de relación que tendremos con cada personaje.

Otro ejemplo. Cuando llevamos un par de horas de juego pasaremos una noche de guardia en las amenas del castillo, vigilando. Me encanta la tensión que se produce, ver a los guardias nerviosos y expectantes pero también siendo realistas, teniendo conversaciones diferentes con ellos, ese tipo de conversaciones que posiblemente tendríamos en una situación similar. Tensión, veracidad y autenticidad.

Aprovecho para apuntar un detalle sobre el paso del tiempo. El juego puede parecer lento cuando se mira desde fuera, pero no lo es. Estamos ante un juego que discurre al mismo ritmo que lo haría si estuviésemos en la Bohemia de 1403. Eso significa que no todo es rápido e instantáneo como en nuestros días, sino que el tiempo avanza a su ritmo; todo tiene su tiempo, como dice la Biblia.

Sonido, música y doblaje

Destacaré unas cuantas cosas sobre el sonido, la banda sonora y el doblaje. Simplemente que todo raya la perfección.

En cuanto al sonido, cuando estamos en una población tendremos la sensación de esta ahí, oiremos conversaciones próximas y lejanas, escucharemos el cacareo de las gallinas y el ruido ambiente de cualquier pueblo de la época.

Cuando nos encontremos en medio de un bosque estaremos en medio de un bosque, con el aire a nuestro alrededor y los sonidos producidos por los habitantes del bosque.

Y la música dará esa pincelada mágica que acabará de dar el toque definitivo a todo lo anteriormente descrito.

Y del doblaje, ¿qué decir del excelentísimo doblaje? Las interpretaciones son de máximo nivel, transmitiendo sentimientos. En cada momento el tono y la fuerza de la voz expresará lo que realmente quiere expresar con la frase dicha. Aquí no hay nada de doblaje exprés.

Apuntar, eso sí, que las voces vienen en inglés y el texto en pantalla totalmente traducido al castellano, así que no tendrás problemas con el idioma.

Problemas técnicos y guardado polémico

A lo largo de la aventura nos encontraremos con diferentes problemas técnicos. La carga tardía de texturas serán constantes. Algunas texturizaciones son de baja calidad. A veces puede existir una caída puntual de frames y veremos animales y personajes atravesar paredes como si fuesen fantasmas. Pero todo esto, en ningún momento, hace que abandonemos el juego.

En este sentido destacar que, a parte de la actualización de 23GB del día uno, ya ha salido una segunda actualización de 12GB que estabiliza el juego y soluciona muchos problemas. Además, Warhorse está trabajando en dos parches más para seguir mejorando su juego.

Es digno de destacar el trabajo de esta joven compañía a la hora de solucionar los problemas que están apareciendo en Kingdom Come: Deliverance.

Otras compañias han tardado hasta un año en arrreglar, de manera mas o menos definitiva, sus juegos (Skyrim, Final Fantasy XV o incluso Horizon Zero Down, el cual, a pesar de lanzarse muy pulido, ha recibido dos nuevas actualizaciones en los tres últimos meses).

Warhorse lleva dos actualizaciones a su espalda y dos más que vienen en camino. Se nota que tienen ganas de hacer las cosas bien y en el menor tiempo posible.

La otra polémica que arrastra el título es el tema del guardado. En cualquier juego estamos muy acostumbrados a guardar continuamente, más en vastos rpgs de mundo abierto donde cualquier cosa del entorno puede acabar con nuestra vida en cuestión de segundos. En cambio, en Kingdom Come: Deliverance, no podremos hacerlo de esta manera.

Si queremos salvar la partida existen 4 métodos: el guardado automático (muy escaso), a través de una cara bebida llamada Schnapps redentor, lo que equivaldría al guardado manual, durmiendo o, a partir del parche 1.03, saliendo de la partida.

Conclusiones finales

Al hablar de Kingdom Come: Deliverance estamos hablando del mejor juego de rol realista publicado hasta el momento, así de claro. Este título está lleno de detalles asombrosos. Todos los personajes están tratados artesanalmente en cada uno de sus aspectos (expresiones, gráficos, emociones, movimientos, voces). Esto hace que Kingdom Come: Deliverance sea un título especial. Es diferente al resto.

Es cierto que estamos ante un título que no tiene el mejor acabado gráfico, aunque éste raya a gran nivel. No se libra de errores, que están siendo solucionados, pero tiene una narrativa envolvente que lo impregna todo, unas conversaciones profundas que nos harán reflexionar sobre varios temas, una inmersión y un mapa extenso como él solo y una jugabilidad de esas que hacen que las horas vuelen.

Si quieres vivir en la Edad Media, con sus clases, su estilo de vida y creencias, si te apasionan los juegos de rol profundos y maduros, sin lugar a dudas, Kingdom Come: Deliverance es tu juego. El Rey ha muerto. ¡Viva el Rey!

Trailer

Dónde comprarlo

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