Este análisis se ha realizado en base a la versión para Xbox Series X y gracias a un código digital cedido por Bethesda. Juego también disponible en PC.
Hablar de Indiana Jones es hablar del arqueólogo más famoso de la ficción. Sus películas siempre me han fascinado, siendo La Última Cruzada la que más me impactó en mi infancia. Ese látigo casi siempre certero, ese sombrero inseparable de su carismático dueño, esa cazadora curtida en mil batallas y ese carisma especial que transmitía el personaje, siempre me impactaron con fuerza y siguen en la memoria de muchos.
Tras cinco películas, hemos podido ver a nuestro héroe salvando la vida en el último suspiro en centenares de ocasiones, mientras una gran bola de piedra le perseguía para aplastarlo o huía milagrosamente de las explosiones más impresionantes del mundo del cine hasta ese momento.
Indiana traspasó el celuloide para llegar también en forma de videojuego, siendo El Templo Maldito la mejor interacción del personaje en el mundo de los arcades. Pero, el videojuego que lo cambió todo fue, sin lugar a dudas, Indiana Jones and The Fate of Atlantis.
La anterior entrega, La Última Cruzada, ya nos maravilló a propios y extraños, acercando el personaje y la película a unos jóvenes “viciados” que alucinamos con una de las mejores aventuras gráficas hechas hasta el momento. Pero, ni en el mejor de nuestros sueños pudimos imaginar que tan magna obra sería superada por la colosal The Fate of Atlantis, la mejor aventura gráfica de todos los tiempos (con matices).
La idea de viajar a países exóticos, visitar ruinas antiguas y descubrir secretos ocultos siempre ha formado parte del la idiosincrasia del ser humano, y el famoso arqueólogo se apropió de ello para presentarnos un personaje aventurero, que amaba el arte, la belleza, las culturas antiguas y el amor.
Tras las aventuras gráficas mencionadas anteriormente, y pasando por algunos juegos menores para los viejos ordenadores de 8 y 16 bits, en 1999 apareció La Máquina Infernal, un título que pasó bastante desapercibido y que he podido jugar justo antes del lanzamiento de El Gran Círculo en Xbox Series X y que, en realidad, se trata de un videojuego muy a tener en cuenta.
Han aparecido otras entregas, como La Tumba del Emperador, que no estaban a la altura del personaje y de su legado. Otros, en cambio, han sido grandes homenajes a Indy, como los juegos de la serie LEGO basados en Indiana Jones (muy recomendables).
Pero, no ha sido hasta este 2024, que hemos recibido El Gran Círculo, quizás el mejor videojuego moderno basado en este personaje ya que ha sido capaz de captar la personalidad del personaje como ninguno, y no se ha contentado con copiar a otros, sino que, desde Machine Games, han sabido trazar su propio camino.
Miedos y temores
Lo confieso, cada vez que veía un nuevo gameplay de Indiana Jones y el Gran Círculo, me entraban todos los miedos y temores posibles. Veia saltos raros, movimientos del personaje que no eran naturales, unas caras demasiado rígidas e inexpresivas y una primera persona terrible. ¡YO QUIERO VER A INDY! y no jugar a una aventura de Indiana Jones sin ver al personaje.
Pues, la verdad, lo reconozco, estaba totalmente equivocado. Una vez he podido poner mis zarpas sobre el título en cuestión, todo ha cambio, y para bien. Ya adelanto que, desde Machine Games, han concebido un título redondo donde todo está sumamente pensado para que no juguemos a un videojuego de Indiana Jones, sino que seamos nosotros mismos Indiana Jones.
Y aquí viene la sorpresa con mayúsculas: seremos Indiana Jones, pensaremos como Indiana Jones a la hora de resolver los diferentes puzles y acertijos y nos sentiremos como Indiana Jones al entrar en una gruta misteriosa y abandonada en la que hace más de mil años no ha entrado ningún alma. Diría que estamos, en cierta manera, ante un simulador de Indiana Jones.
Lo primero: quiero dejar claro que la primera persona le sienta como anillo al dedo al juego. Detrás de este título se nota un trabajo minucioso a la hora de trasladar el mundo de Indy a un videojuego, de hacernos sentir que somos el intrépido arqueólogo y de hacernos movernos por el escenario de una manera orgánica en el que, si encontramos una escoba, podremos utilizarla como arma. Pero, una escoba, se rompe, así que tendremos al alcance de nuestra mano todo tipo de armas como martillos, botellas, palos, porras, y otros objetos con los que podremos interactuar y utilizarlos a nuestro favor.
Todo esto será posible mientras nos enfrentamos a nuestros rivales de forma sigilosa o, por el contrario, vamos un poco a lo Rambo, atacando a diestro y siniestro. Pero ojo, que el combate no es un recurso para “poner algo de acción en el juego”, o un pilar principal del juego, sino que forma parte de la narrativa. Está integrado de tal forma que rompe aquello que caracteriza a otros como, por ejemplo, Uncharted: Una sección de historia, una sección de investigación y puzles y una sección de tiroteos.
En este sentido, Indiana Jones y El Gran Círculo rompe esa estructura tan rígida y permite que el combate sea sólo una parte de la historia, algo opcional a veces, algo orgánico, algo que forma parte del mundo de Indy pero que no lo sujeta a la rígida estructura antes comentada.
Esto mismo se refleja en las partes de historia, donde se van desarrollando conversaciones y cinemáticas que nos recordarán, una y otra vez, a todos los gestos y expresiones de Indiana Jones que tantas y tantas veces hemos visto en las películas. Y sí, veremos mucho a Indiana y veremos, muchas veces, su rostro, así que no sufras porque el juego se desarrolle principalmente en primera persona. Sus muecas, sus caras de asombro y su mirada pícara estarán presentes a lo largo de toda la aventura.
Apartado técnico
Todo esto se consigue, en gran medida, por el excelente trabajo realizado por Machine Games a nivel de diseño de niveles, con el mundo que nos rodea, y con detalles de todo tipo, todo esto unido a un nivel gráfico de los más altos de esta generación.
No sería justo decir que Indiana Jones y El Gran Círculo está por encima de The Last of Us, Horizon o God of War a nivel gráfico, pero tampoco está por debajo. Y ahí está lo bueno, que disfrutaremos de 4K, a 60 fps y Ray Tracing en Xbox Series X a un nivel medio/alto en cuanto a gráficos se refiere, una auténtica locura visual. Pero, también luce espectacular en Xbox Series S. Así que puede disfrutarlo al máximo en la pequeña de Microsoft.
Pero ojo, que a nivel sonoro no se queda atrás. Está cuidado al detalle cada vez que entra una tonadilla, una melodía, un silencio, un crujido, o el ruido de nuestra pistola. Todo está perfectamente integrado para crear el ambiente exacto que son capaces de mostrar las películas de nuestro arqueólogo favorito. Y el doblaje en castellano es de los mejores que podemos encontrar en un videojuego.
La X no marca el lugar
De igual forma que los combates no marcan una estructura rígida a lo largo de la aventura, los puzles tampoco. Están ahí porque forman parte de la realidad de Indiana Jones. Y se resuelven al más puro estilo Indy. Cada vez que encontramos un puzle a resolver, nos tomaremos nuestro tiempo para examinar el entorno, asimilar los elementos que tenemos, la interacción que podemos realizar con ellos y la forma en que podemos accionarlos para conseguir seguir adelante.
Me gustan esos momentos de deducción. Forman parte de Indiana, y nos hacen sentir como él. Una vez superados es muy satisfactorio descubrir lo que escondían. Y nos hacen sentir bien, satisfechos, porque hemos podido deducir lo que teníamos que hacer y cómo hacerlo.
Y esto me lleva a un punto muy interesante y que pocos videojuegos consiguen. La primera partida a Indiana Jones y El Gran Círculo iba a ser una primera toma de contacto, sólo para ver cómo iba. Estimado lector, déjeme decirle que “esos cinco minutos” fueron, en realidad, cuatro horas en las que no me había podido desenganchar del mando, de la televisión, de la historia y de Indiana Jones.
Y esto es otro gran acierto. No esperes una distribución típica de: FASE 1, FASE 2, etc. Que sí, que tiene diferentes localizaciones, algunas muy grandes donde podremos colarnos por diferentes sitios, abrir nuevos caminos y descubrir un gran número de coleccionables, pero Indiana Jones y El Gran Círculo está hecho para jugarlo sin cortes. No pienses en fases, no pienses en esa estructura de: historia/puzle/tiroteo/nueva fase y vuelta a empezar.
La historia forma parte orgánica del ser de Indiana Jones, no es sólo una parte de él, es su vida. Y la narrativa se va desarrollando poco a poco. Los acontecimientos se van revelando de forma paulatina, llevándonos a una conclusión muy de Indiana Jones. No diré nada más para no desvelar nada. Pero sí, la historia es buena, los puzles son buenos, los momentos de infiltración son buenos y podremos disfrazarnos para, no solamente pasar desapercibidos, sino que sirve para integrarnos en la realidad del entorno que nos rodea. Esto se nota mucho en el primer gran escenario, por ejemplo.
Conclusiones
Podría pasar horas hablando de este videojuego. No es perfecto, pero es de los mejores.
El nivel técnico es altísimo, el nivel gráfico es muy top, el gran doblaje nos hace disfrutar del personaje al máximo, el apartado sonoro, en general, es brillante, pero, sobre todo, me encanta la sensación que transmite de saber que, aquella nueva puerta que se abre ante nosotros, nos da acceso a un mundo antiguo, donde hace centenares de años que nadie lo transita, donde podemos descubrir secretos que han permanecido ocultos durante cientos de años, donde se respira un ambiente cerrado, donde podemos encontrarnos con las respuestas más reveladoras que nos impulsan a seguir adelante en nuestra aventura.
Machine Games no ha optado por copiar a Tomb Raider o Uncharted. Machine Games no ha echado un vistazo para ver cómo lo han hecho los demás. Machine Games ha creado una experiencia completa de Indiana Jones. No jugamos a un videojuego de Indiana Jones. Somos Indiana Jones.