Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Koch Media. Juego disponible en NINTENDO SWITCH, PC, PLAYSTATION 4/PSVR (versión analizada), PLAYSTATION 5, XBOX ONE y XBOX SERIES S/X.
Introducción
Antes de adentrarnos en el análisis de Hitman 3, debo hacer una confesión y una aclaración. La primera es que, hasta el momento, de esta saga de videojuegos lo que más me llamaba la atención era Olga Kurylenko mostrando sus bondades en la película homónima.
He dicho hasta el momento porque cuando vi que Hitman 3 tendría soporte completo para realidad virtual enseguida despertó mi interés y la buena de Olga pasó a un segundo plano. De modo que la aclaración es ésta: tal y como hice con Star Wars: Squadrons, lo que vais a encontrar aquí es un análisis basado en PSVR.
Podéis buscar muchas reseñas en internet que hablan del juego en la tele y en todo caso dedican un apartado (o ni eso...) a la realidad virtual, pero nosotros haremos justo lo contrario. Si juegas de la forma tradicional te vas a enterar de todo igual, pero si tienes PlayStation VR agradecerás el enfoque del análisis.
Dicho lo cual, adentrémonos en el mundo de Hitman, nunca mejor dicho, a ver qué nos encontramos y qué tan bien lo ha hecho IO Interactive.
¿El último gran juego de PSVR?
Da un poco de pena decirlo así, pero es una realidad que antes o después iba a llegar: probablemente Hitman 3 sea el último juego de primera línea para el casco de Sony (con permiso de Sniper Elite), lo cual reafirma la importancia que merece su vertiente virtual.
Puede que escriba un artículo al respecto, porque no es una despedida amarga ni mucho menos, sino dulce. Una puerta entreabierta más allá de la cual se vislumbra el resplandor de lo que bien podría ser el mañana con esta tecnología y el compromiso valiente de las desarrolladoras.
Sea como sea, yo habría firmado por recibir este juego para PSVR con PlayStation 5 ya en la calle, empezada la nueva generación, así que definitivamente veo el vaso medio lleno, me pongo las gafas y ¡a disfrutar señores!
Tres en uno
Antes de proseguir, quiero dar las gracias a IO Interactive por el enorme trabajo de adaptación que han hecho, ya que, a diferencia de otros títulos, en el caso de Hitman 3 la experiencia en realidad virtual pasa de tercera a primera persona con todo lo que ello conlleva, siendo en realidad un juego distinto hasta el punto de que las partidas guardadas en la tele o en VR no pueden compartirse.
Por si fuera poco, agarraos los machos porque en el paquete se incluyen el primer Hitman y Hitman 2 enteritos y, sí amigos, ¡también con soporte para VR!
Si disponéis de estos juegos en sus versiones para la misma plataforma podréis acceder a su contenido desde Hitman 3. Ahora bien, si como yo no teníais los títulos anteriores, vaya por delante que tendréis que pagarlos.
¿Veis a qué me refería con la buena despedida? A falta de uno recibimos tres juegazos, toda una saga completa para dar rienda suelta a nuestras ansias de experiencias virtuales.
El famoso agente 47
Si os pasa como a mí y de Hitman sólo sabíais que era un juego de asesinatos, disparos y espionaje, dejadme contaros más concretamente de qué va.
Somos el agente 47, un asesino implacable de esos que nunca fallan. A lo largo de las tres entregas nos veremos envueltos en unas tramas conspiranoicas con un denominador común: matar a una serie de objetivos importantes.
Nuestra misión siempre consiste en cortar la cabeza de la serpiente, por lo que liarse a tiros suele tener los segundos contados y sólo conduce al fracaso salvo en contadas ocasiones.
Ya centrándonos concretamente en esta entrega, Hitman 3 nos pone en antecedentes con un vídeo introductorio antes de trasladarnos a cada fase: un gran mapeado que no podría denominarse de mundo abierto, pero que dentro de sus márgenes está lleno de posibilidades. Por ejemplo una fábrica abandonada que hace las veces de discoteca e incluso todo un barrio con su propio laboratorio secreto.
Si contamos los dos entornos de las misiones introductorias a modo de prólogo, lo que tenemos es un total de ocho escenarios repartidos por todo el mundo y a cada cual más enrevesado.
Dentro de estos mapeados podemos no sólo explorar cada recoveco, sino que los elementos del terreno serán una herramienta para matar a nuestros objetivos de las formas más imaginativas. Hasta que llegue el momento, la infiltración y el uso de los disfraces serán nuestras principales herramientas para pasar desapercibidos.
Hitman 3 nos propone una serie de desafíos, aunque vaya por delante que para acceder a algunos de ellos y a las tablas de puntuaciones nos va a pedir conexión a internet.
Os decía el tema de los desafíos porque existen muchas y muy diversas formas de acabar con nuestros objetivos, siendo ésta tal vez la mayor seña de identidad de la saga. Hay que reconocer que, tras horas acechando pacientemente, el momento de ejecutar a nuestras víctimas se saborea especialmente, mezclando un cierto morbo con una gran satisfacción.
Además Hitman 3 nos propone tres historias en cada fase, más algunas secretas a descubrir: se trata de acontecimientos que tienen lugar justo cuando llegamos y que podemos aprovechar para acercarnos a nuestros objetivos, aunque nada nos obliga a ello. Estas historias son muchas veces eliminatorias, por lo que al seguir una se pierde otra, fomentando la rejugabilidad.
Adaptación "de la casa"
Vale, hasta aquí la explicación de cómo es Hitman 3, un tipo de juego que la verdad no abunda y que a mí me ha recordado a la veterana saga Tenchu. ¿Qué supone todo lo dicho cuando lo experimentas con un casco de realidad virtual?
Pues siendo justos hay cosas buenas y otras no tanto. Empezaré por los puntos negativos para dejar luego un mejor sabor de boca.
Lo que a mi entender es más engorroso de este encomiable soporte para VR es la implementación del controlador. Por todos es sabido que en este terreno PlayStation VR se ha quedado muy por detrás de las alternativas peceras, pero en el caso de Hitman 3 el uso del Dualshock 4 resulta particularmente desafortunado.
Aclaremos algo: no hablamos de unos controles infernales que arruinarían la experiencia de juego, pero sí son raros de narices.
Tenemos un ejemplo de adaptación maestra de los Move en el caso de Skyrim VR, mucho menos copiada de lo que debería, lo que me hace pensar que los desarrolladores se ponen a programar sin probar y contrastar lo que ya hay en el mercado.
Tenemos también el antecedente de un uso genial del Dualshock 4 en el caso de ASTRO BOT: Rescue Mission, donde el controlador es una herramienta fundamental.
Pues nada, la gente de IO Interactive debió de considerar que un pastiche mezclando ambos conceptos daría buenos resultados y lo cierto es que no. Es como si hubieran pensado que, bueno, ya que los Move no tienen sticks, pues usamos en su lugar el Dualshock 4 que al fin y al cabo también tiene detección de movimiento.
Pero si ya de por sí los Move son controladores antiguos y superados, el Dualshock 4 directamente no es un mando pensado para un tracking preciso. Por momentos lo usaremos para golpear, disparar, manipular objetos... hasta cierto punto.
Otras veces interactuaremos con el entorno usando los botones, con lo que al final no se entiende muy bien la decisión: caramba, o haces algo tipo Resident Evil 7 manteniendo un control tradicional, o si quieres más inmersión y representación de los brazos embárcate con los Move. Pero no hagas una especie de Frankenstein.
Además, como he dicho en algunos análisis, tengo clarísimo que el seguimiento en el caso de PSVR depende en buena medida de la labor de programación, habiendo juegos donde es mucho más preciso que en otros. El tembleque que vemos a veces no dice mucho a favor de Hitman 3 en este sentido.
Con todo, como decía al principio, no hablamos de unos controles que hagan de Hitman 3 un título injugable, ni mucho menos. Son simplemente raritos y, en vez de aumentar la inmersión, podría decirse que tienes que acostumbrarte y, por qué no decirlo, conformarte. Eso sí al menos tenemos desplazamiento libre y opción de giro suave.
Otro problema derivado de la realidad virtual es que gráficamente Hitman 3 se resiente, no ya por lo típico de sacrificar algunos efectos y jugar a una menor resolución, sino porque en este caso tenemos un llamativo efecto de popping bastante inédito en el casco de Sony.
No es algo horrible y te dices a ti mismo que si es el precio por elevar el listón gráfico, pues oye no es tan mala idea. Pero ahí está indudablemente, no sólo al avanzar sino incluso girando la cabeza, ya que si lo hacemos muy rápido veremos cómo se generan los objetos, especialmente cuando hay muchos personajes alrededor.
Acabando con la parte mala, creo que Hitman 3 peca de falta de continuidad. Quiero decir que cada misión se siente como muy inconexa, incluso de los vídeos que hacen las veces de introducción. No llega a haber una trama emocionante ni acabas de empatizar con los personajes , sino que Hitman 3 bien podría ser un juego arcade con diferentes fases independientes.
Esto, que también afecta a la experiencia en la tele, se nota si cabe más en realidad virtual, donde buscas meterte en la piel del personaje y protagonizar tu propia película. En ese sentido, salvando las distancias, resultaba mucho más convincente Blood & Truth.
Pienso que esta falta de solidez en la trama se debe a algo muy simple. Con los videojuegos sucede una cosa similar al fiambre. Sí, habéis leído bien. Dejando de lado los desarrollos indies, diera la impresión de que todos los títulos son triple A, igual que todo fiambre es de categoría extra. ¿Y dónde está la categoría normal? Si todo es extra, ¿realmente lo es? Pues Hitman 3 es a mi entender el perfecto ejemplo de un juego A, sin el triple. Es decir hay buenos recursos detrás, pero se nota que para las cinemáticas y tal el dinero estaba contado.
Lo bueno de meterse en la piel del asesino
Venga, ¡basta ya de agonías! Lo dicho en el apartado anterior no es poco, pero hablemos de la parte buena, que definitivamente pesa bastante más y es que, ¿cómo no iba a ser así cuando estás dentro del juego? ¿Cuando realmente tú eres el agente 47? ¿Cuando puedes percibir el tamaño y la majestuosidad de los entornos? ¿Cuando te sientes verdaderamente rodeado de personas? ¿Cuando cada nueva esquina es un motivo para sorprenderte?
Esto es la realidad virtual señores, y lo es con un juego largo, adictivo e intenso donde somos un depredador sin escrúpulos a la caza.
Dejadme contaros una anécdota: hay una fase especialmente inspirada en Berlín, donde poco a poco desciendes desde una gasolinera hasta lo que parece una fábrica abandonada. Sin embargo, no tardas en percibir el ruido: primero de la gente agolpada alrededor, luego de la música que suena dentro.
Se trata de una discoteca, probablemente ilegal. El entorno ya la delata al contemplar las paredes de la vieja factoría llenas de grafitis, los coches, motos e incluso bicis aparcados, la gente haciendo una larga cola que no tardas en pasar por alto... Según te adentras, ostras, os juro que tienes la sensación de estar colándote en un sitio que flipas, de gente a medio camino entre chunga, loca y pasada de rosca. Para mí ha supuesto toda una experiencia.
Dentro, el sonido del bajo cada vez más fuerte a medida que te acercas al corazón de la rave: un escenario literalmente plagado de gente entregada a la causa, merced al motor Glacier, con sus luces estroboscópicas, su música a toda pastilla, ese techo enorme de lo que antaño fue una fábrica...
Alucinas tanto que literalmente empiezas a menear el mando para mover el brazo virtual en una suerte de baile, harto de este maldito confinamiento en que nos ha sumido el coronavirus. ¡Y luego recuerdas que eres un asesino con un objetivo!
Es como superponer una capa de ficción sobre otra, como en los sueños de la película Origen. Imaginad recorrer la disco al acecho, en un entorno que a ti como jugador se te hace grande pero que al agente 47 debería parecerle su coto de caza particular. ¿Qué son unos cuantos moteros chungos, unos yonkis o unos cuartos oscuros para el que se gana la vida arriesgándola en cada misión?
No sé si he sabido transmitiros las sensaciones correctas, pero en definitiva esto es lo bueno de jugar en realidad virtual a Hitman 3: el vivirlo más que jugarlo, y nuevamente es algo que sólo se puede entender con el casco puesto.
Lo que sí puede explicarse con o sin PSVR es una cosa: todo lo que tiene de flojo Hitman 3 en cuanto a la continuidad entre escenarios y la propia trama, lo tiene de bueno en las geniales dinámicas jugables, el desarrollo de las misiones y su concepto mismo.
La otra parte a destacar sería el soporte completo para VR, no sólo del presente juego sino de los dos anteriores como ya he dicho, amén de varias misiones complementarias, pruebas y desafíos. En definitiva una despedida de PSVR por todo lo alto que la tosca implementación de los controles y ciertas limitaciones gráficas no pueden empañar ni aunque quisieran.
Hitman 3 en la tele
Si juegas a Hitman 3 en la televisión, esta vez no sólo vas a disfrutar de mayor calidad gráfica como viene siendo habitual, sino que te beneficiarás de unos controles más precisos o al menos intuitivos.
La vista pasa de primera a tercera persona, lo que nos permite contemplar los muchos disfraces del juego, ya que en VR no pasamos de ver las mangas. Además esta perspectiva amplía el campo de visión a nuestro alrededor y por tanto facilita las cosas.
Si a esto sumamos la presencia de un mini mapa ausente en realidad virtual y una vista de asesino que muestra más objetivos, la resultante es que la experiencia en TV es más accesible para bien o para mal.
Si bien suelo poner siempre por encima la versión para VR de un mismo título, en el caso de Hitman 3 cada una tiene sus ventajas y por tanto las valoro igual.
Apartado técnico
Hitman 3 es un juego de tipo A a secas, como ya he dicho, y esto se nota en cosas como las escenas cinemáticas o las caras de los personajes, que no están a la altura de una producción de primer nivel.
En el espectro contrario tenemos unos escenarios francamente buenos, donde todo está reproducido con mucha atención por los detalles. Volviendo a PSVR, se pierde algún efecto por el camino pero lo cierto es que estamos ante toda una proeza técnica.
Aunque no suelo hacerlo, en esta ocasión hablaré aquí de la IA, ya que en Hitman 3 es muy importante. Se ha criticado la inteligencia artificial de los antagonistas, pero yo francamente no la veo nada mal. Hablamos de un juego y, evidentemente, hay cosas absurdas como que montes gresca, te escabullas y al poco tiempo todo el mundo se haya olvidado.
Sin embargo las reacciones de los personajes en el momento no están nada mal, detalles como que sus decisiones cambien en función de cuán grave es tu transgresión me han gustado mucho, siendo a veces incluso amables e invitándote a abandonar una zona cuando en muchos juegos a la mínima te cosen a tiros y punto.
Sobre el sonido, debo decir que no es un aspecto a destacar y, como en muchos otros juegos, simplemente cumple. Mención aparte eso sí para el musicote de Berlín.
Las voces están en inglés con subtítulos en español, lo cual es una faena sobre todo en VR si no entendéis bien la lengua de Shakespeare. Ahora bien el tamaño de los subtítulos es configurable y se leen cómodamente, pero claro siempre restan un punto de inmersión.
Conclusión
Hitman 3 es muy buen título, sin llegar a la excelencia. Si te diviertes planificando rutas de entrada y salida, colándote en lugares prohibidos, intentando pasar desapercibido y pensando en todas las combinaciones distintas para acabar con tus ansiados objetivos de las formas más imaginativas, Hitman 3 te hará disfrutar de lo lindo. Y es justo decir que no es un juego al uso, de los que haya un huevo de clones en el mercado.
Entrando en el terreno de la realidad virtual, es un título si cabe más especial. Supone un reconocimiento al esfuerzo de IO Interactive para dar soporte completo a su juego para esta tecnología, cosa que ojalá hubieran hecho otras muchas desarrolladoras más grandes. Y representa una despedida del PlayStation VR con todos los honores, ya que no hay nada tan importante en el horizonte hasta unas hipotéticas PSVR 2.
