Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Playstation España. Juego disponible en PS5 (versión analizada) y PS4.

La guerra de consolas entre Playstation y Xbox en los últimos años podría resumirse como un Exclusivos vs Servicios, el poderío de los grandes estudios de Sony frente al músculo económico de Microsoft, sin menospreciar por supuesto ni los magníficos exclusivos que tienen Xbox One y Xbox Series o el gran servicio que ofrece el renovado Playstation Plus.

Hablo de guerra y de músculos porque hoy toca analizar God of War: Ragnarök, uno de esos títulos que refuerzan la idea de que Sony golpea nuestro corazón a base de grandes exclusivos y que justifican por si solos la compra de una consola Playstation (o bien esperarse unos años a la más que previsible versión para PC).

Kratos vuelve en una nueva aventura por tierras nórdicas, la segunda en este universo mitológico donde hemos cambiado a los Zeus, Atenea y Poseidon por los Odín, Thor y Loki. Santa Monica nos regala un nuevo viaje por los nueve reinos, una aventura llena de descubrimientos, de maravillas y asombros, de Dioses y egos, de furia y venganza...

¿Listos para viajar con nosotros? Pues súbete a la barca, chico...

God of War: Ragnarök, un viaje de (auto)descubrimiento

Cuando se presentó el primer God of War en PS4 y descubrimos tantos cambios (la vista, la barba, un hijo, otra mitología, el mundo abierto...) surgieron muchas dudas, fue una apuesta tremendamente arriesgada que resultó un éxito abrumador y sentó unas bases sobre las que se apoya Ragnarök.

Y es que, como suele suceder en las secuelas, el título ya no necesita perder el tiempo en presentar su mundo y sus personajes, y tras un arranque espectacular nos ofrece un pequeño tutorial muy bien enmascarado para refrescar las viejas mecánicas jugables, para retomar la historia en el punto donde la habíamos dejado.

Antes de seguir quiero que leáis esto sin miedo, pues seré muy cuidadoso con posibles SPOILERS, aunque sea difícil hablar sobre la historia o mencionar hechos clave del primer juego.

God of War Ragnarök se sitúa un tiempo indeterminado pero no demasiado largo respecto al anterior, con un Atreus que ha crecido en tamaño y también en curiosidad por seguir ahondando en lo que descubrió al final de su anterior aventura. ¿Quién es realmente y cuál es su verdadero papel en toda esta historia?

Si en el primer God of War ejercía de secundario, ahora Atreus cobrará un mayor protagonismo, ya no será tanto ese chico dócil que obedecía a su padre poniendo un mohín, su curiosidad es demasiado poderosa y la sobreprotección de su padre es algo que sencillamente no puede aceptar.

El Ragnarök está cerca, el Fimbulwinter ya está haciendo estragos y podemos ver zonas como Midgard cubiertas por la espesa nieve. En esta aventura visitaremos viejos mundos con renovados peligros y descubriremos otros nuevos.

Encontramos una historia más madura, una historia de Dioses que refleja temas tan humanos como la ira, la venganza, la desconfianza, el saber perdonar o, lo más difícil, el perdonarse a uno mismo. El juego nos regala uno de los guiones más elaborados y adultos que recuerdo en los últimos años, situando a Santa Monica a la altura de la mejor Naughty Dog.

El título ofrece un gran resumen de lo sucedido en el primer God of War por si no lo habéis jugado, aunque es más que recomendable haberlo hecho, pues como decimos el título entra pronto en "harina" y no pierde demasiado el tiempo recordando ciertos hechos o personajes.

El estudio ha sabido dotar a la gran mayoría de escenas claves de una gran carga emocional, dibujándonos una historia que hará las delicias de cualquier fan de la mitología nórdica, permitiéndonos descubrir una Asgard o a un Thor muy distintos a los vistos en las películas de Marvel, más cercanos (y fieles) a los clásicos.

Como decía, y sin entrar en spoilers, lo mejor es la evolución de la relación padre-hijo entre Kratos y Atreus, así como la de ambos con otros personajes, algunos ya conocidos y otros nuevos, plagados de momentos que nos emocionarán, que nos harán entender todos los puntos de vista y que nos mantendrán enganchados a la campaña hasta su final.

Duración y rejugabilidad, tendremos Ragnarök para rato

¿Y qué tal de duración? Si vamos "a saco" a por las misiones de la campaña la cosa se puede ir fácilmente a las 20-25 horas, pero a poco que hagamos un puñado de secundarias la cifra se aproxima más a las 30 horas, 40 o más si queremos ser completistas.

God of War Ragnarök ofrece muchas razones para ser exprimido al máximo. La elaboración de las misiones secundarias, perfectamente integradas en el conjunto de la historia, nos tendrán cada dos por tres dudando si seguir con la misión principal o desviarnos, y aunque se cuela por ahí alguna misión de recadero, la gran mayoría son realmente interesantes y están muy bien trabajadas para animarnos a completarlas y disfrutar además del proceso.

El juego vuelve a apostar por ofrecer un pseudo mundo abierto con decenas de zonas bloqueadas hasta que no consigamos ciertas habilidades, por lo que invita a recorrer los reinos varias veces a fin de encontrar nuevos cofres y lograr mejorar nuestras habilidades, armas, equipamiento y conseguir los distintos coleccionables entre reliquias, pájaros espías de Odín, poemas y demás.

Son muchas las razones por las que seguramente queramos darle una segunda vuelta al juego, tratar de superarlo en una dificultad mayor, superar retos que desbloqueen ciertas armaduras... así que seguramente tengáis Ragnarök durante más de 50 horas a poco que queráis exprimirlo un poco... y os aseguro que querréis.

Unos combates más ágiles y con más posibilidades

Entrando ya en la parte jugable, si algo se le podía achacar de negativo al primer God of War era lo limitado de su propuesta en lo que al combate se refiere, especialmente en la primera mitad de la aventura.

Pues bien, en Ragnarök no os preocupéis porque la cosa mejora muchísimo. Desde el principio contamos con ese arma que conseguimos casi al final del juego, y se han añadido un buen número de animaciones y ataques/habilidades que multiplican las posibilidades de abatir a unos enemigos feroces que también han ganado en dinamismo y defensa.

Lo básico, eso sí, se mantiene, el extraño (aunque funcional) mapeo de botones, el lanzamiento del hacha Leviatán, los comandos para que Atreus ataque con flechas, los bloqueos de escudo... solo que ahora tenemos muchas más posibilidades de enlazar combos, encadenar golpes mientras el enemigo está en el aire, ejecutar nuevos y espectaculares movimientos, aprovechar la ira para ganar fuerza o recuperar salud, darle nuevas órdenes a nuestro compañero de batallas, cargar el arma dejando pulsado el triángulo para desbloquear ataques o una mayor profundidad a la hora de utilizar los bloqueos para dejar al enemigo noqueado, romper su defensa o devolverle un ataque mágico.

El título tiene la gran virtud de estar siempre evolucionando para no caer en la rutina, descubriendo nuevas habilidades y combinaciones, nuevos enemigos que requerirán que las usemos, teniendo que ir adaptándonos a las circunstancias a cada rato, de manera que nos tocará ir variando distintas estrategias para cada ocasión y haciendo evolucionar a Kratos y Atreus en su árbol de habilidades, equipamiento, runas y distintos elementos que nos otorguen ciertas ventajas que pueden resultar cruciales para el éxito o el fracaso de cada misión.

Además el "bestiario" también ha sabido evolucionar y encontramos aquí más tipos de enemigos, con un gran diseño y de mayor variedad, algunos imbuidos de algún tipo de hechizo de protección o curación que nos obligará a tomar nuevas estrategias y pensar rápido. Y qué decir de los jefes, con un diseño espectacular y que nos obligarán a utilizar todo lo aprendido para terminar cayendo con un ataque final de Kratos de los que rebosa brutalidad y espectacularidad marca de la casa.

La exploración y los puzles ganan peso

No solo el combate ha ganado en dinamismo, también la forma de movernos por el mundo, de escalar y llegar a posiciones elevadas, de usar la altura para poder movernos rápido por un escenario y lanzar un brutal ataque desde arriba.

El juego potencia la exploración y los puzles, logrando un perfecto equilibrio entre los momentos de gran intensidad en los combates con una cantidad de rompecabezas ambientales de gran ejecución e imaginación, que nos invitan a ser observadores, a darle al coco y a aprender a combinar distintos poderes para lograr desbloquear el camino. En ocasiones la posición estática de nuestra compañía o las recomendaciones sobre qué hacer si estamos bloqueados pueden llegar algo antes de lo que quisiéramos, pero salvo eso ni un "pero", quizás algunos puzzles son demasiado sencillos, pero otros poseen gran brillantez.

God of War Ragnarök vuelve a apostar por un mundo abierto entre muchas comillas. Si bien cada reino está libre para que lo recorramos sin tiempos de carga (o con algunos muy bien disimulados), muchas zonas son bastante lineales, más allá de tener bifurcaciones que casi siempre terminan con un cofre de los que te dicen "vale, date la vuelta, nada más que ver por aquí".

Sí que encontraremos un puñado de zonas grandes que recorrer con el trineo o balsa y que nos dan una mayor libertad de movimientos y de elección, un buen caldo de cultivo para descubrir esas secundarias o simplemente investigar y descubrir caminos secretos que nos lleven a jugosas recompensas... o temibles enemigos.

La brutalidad también llega al apartado técnico

Uno de los grandes focos de críticas a God of War Ragnarök ha sido la sospecha de ser un juego "rebajado" por haber sido diseñado pensando en Playstation 4, obligado a pagar ese "peaje" de la anterior generación que le impediría aprovechar toda la potencia de Playstation 5.

De hecho los primeros minutos a los mandos podría darnos esa sensación, la zona de la casa de Kratos y Atreus, un bosque nevado sin mucho detalle... el primer God of War exprimía tanto la PS4 que superar ese listón no ha sido tarea nada fácil.

Pero lo cierto es que Santa Monica lo ha conseguido, y es algo que se aprecia más a medida que avanzamos, que empezamos a ver en los primeros combates que el Modo Rendimiento con 60 fps resultan un espectáculo, donde los golpes, magias, enemigos y partículas llenan las pantallas sin una sola ralentización (también hay modo resolución a 4K y 30 fps, pero palidece frente a esos 60 frames con 4K dinámicos).

El nivel de detalle de los rostros, el colorido y la iluminación de algunos mundos (con un gran uso del HDR), las nuevas animaciones (faciales y corporales) y un mayor nivel de detalle en los escenarios consiguen elevar la calidad gráfica del juego a cotas que hasta ahora apenas había alcanzado Horizon Forbidden West (aunque posiblemente este juego, al ser más abierto, tenga más mérito).

El diseño de algunos reinos y de determinadas criaturas es encomiable, recorrer cierto bosque y ver cómo nos rodean decenas de criaturas resulta mágico, la aparición de algunos jefes o la escenografía de ciertos momentos clave de la historia provocan decenas de momentos de boca abierta y mandíbula desencajada.

Si a esto le sumamos que el juego vuelve a apostar por ese único plano secuencia que ya hemos adoptado como natural pero que no deja de ser una proeza técnica, estamos ante uno de los juegos más poderosos técnicamente del catálogo de PS5... y por supuesto de PS4.

Y es que en la anterior sobremesa de Sony el título luce también de maravilla, a 1080p y 30 fps (con una resolución de 1080-1656p en PS4 Pro si preferimos fijar o no los fps a 30), aunque el poder disfrutarlo a 60 fps y con las ventajas añadidas del Dualsense (tibiamente utilizado, eso sí, ni la vibración háptica ni los gatillos adaptativos) y el magnífico sonido 3D consiguen que más de uno se anime a dar el salto a PS5 para disfrutar del Ragnarök a lo grande.

¿Por poner una pega? Además de lo mencionado del poco uso del Dualsense, esos tiempos de carga camuflados dando vueltas por las ramas del Yggdrasil mientras viajamos entre reinos son algo que no termino de entender en PS5.

Ahí sí que se paga el peaje de la salida del juego en PS4, ya que Santa Monica utiliza esos momentos para añadir diálogos que expanden la narrativa y plantearlos de otra manera debe ser complicado si se quiere tener el mismo juego en las dos plataformas, pero uno se siente un poco tonto corriendo en círculos mientras el disco SSD de PS5 hace rato que cargó el mundo.

Siguiendo con el apartado técnico hablamos ahora de la Inteligencia Artificial, que ya demostró una gran competencia en el primer God of War y que vuelve aquí a presentarnos enemigos muy competentes, que tratarán de atacarnos en grupo por distintos flancos y a obligarnos a movernos de forma rápida y hábil. También la IA de nuestros compañeros de batallas está bien trabajada, siempre activos para atacar a los enemigos a nuestra orden, aturdirlos, retenerlos o avisarnos del lugar por el que nos va a venir un golpe, más allá de las flechas de peligro en amarillo o rojo.

Si hablamos del apartado sonoro volvemos a hablar de excelencia, con una partitura donde repite el gran Bear McCreary, que demostró su calidad en la serie Los Anillos de Poder y que vuelve a regalarnos una música épica llena de coros y majestuosidad para los momentos trascendentales y melodías impregnadas de aventuras, tensión o melancolía para adaptarse a cada situación.

También repiten las mismas voces que rallaron la excelencia, y disfrutaremos de enormes interpretaciones vocales tanto en la versión doblada al castellano como en la original. Además a nivel de efectos de sonido el nivel se mantiene, la contundencia de los golpes con las distintas armas, los gritos de los enemigos, el chocar del metal... todo ello potenciado aún más si tenemos la suerte de disfrutar de su sonido 3D con unos buenos auriculares o un sistema de altavoces que lo soporte.

Conclusiones

Dicho todo esto, no tengo ninguna duda que estamos ante uno de los favoritos a ganar el GOTY 2022, un juego que tenía la difícil misión de superar la excelencia de su antecesor... y que lo consigue con creces.

Primero porque cumple con la idea de cualquier secuela: Ofrecer más y mejor. El juego no se pierde en presentaciones, va "a degüello", regalándonos una campaña más madura, intensa, extensa, con un mejor desarrollo de personajes y logrando una narrativa excelente que nos mantendrá pegados a la televisión cada minuto de cada hora de juego.

Todo evoluciona en el Ragnarök, su combate más variado, esa gran presencia de puzles llenos de imaginación, secundarias muy trabajadas, un gran lore, montones de opciones para hacer evolucionar a nuestros personajes, además de muchas sorpresas que no quiero desvelar pero que le añaden una variedad extra a un título que mantiene un ritmo altísimo en toda su extensa extensión.

Si a eso le sumamos un apartado técnico de excelente factura, tanto a nivel gráfico como sonoro, sin duda estamos ante uno de los grandes MUST de Playstation y uno de esos títulos que nadie se debería perder, sea fan de la consola que sea.

Para terminar con el análisis no quiero dejar de mencionar la excelsa cantidad de opciones de accesibilidad que tiene God of War Ragnarök, una buena costumbre que también ha seguido la saga The Last of Us y que sin duda acerca esta gran obra a más y más gente. ¡Bravo por ello!