En 2014, cuando el primer Destiny se puso a la venta en el mercado, nos encontramos con una formula adictiva, un juego infinito en cuanto a posibilidades, un juego de los padres de la saga Halo, en definitiva, un juego que atrajo a muchos seguidores hasta sus fauces de horas y horas sin soltar el mando. Desde aquel entonces, Destiny trajo multitud de actualizaciones, grandes contenidos jugables que provocaron algunas criticas debido al alto precio, pero que aun así hubo la que sí mereció la pena: "El Rey de los Poseídos".

Pero no todo fue de color de rosa para el primer Destiny en su lanzamiento, es un juego que no gustó a todo el mundo cuando tuvo la versión definitiva en sus manos, ni siquiera se libró de unas puntuaciones algo bajas para las expectativas creadas. Y hoy, en 2017, tenemos entre nosotros la segunda entrega de Destiny, una entrega que muchos pensábamos, dispuesta a revolucionar la fórmula del primero, pero que en realidad solo tiene intención de solventar los problemas, pulir lo mejorables y mejorar lo que de verdad funcionaba. Esto es Destiny 2.

Más, mejor y más completo, pero Destiny

Efectivamente, estamos tratando de decir que Destiny 2 es un juego bastante continuista con la fórmula que propuso el primer juego. Pero ni mucho menos esto es malo, Destiny ya era de por sí un gran juego si le dedicábamos el tiempo que se merecía. En ocasiones puede parecer una expansión enorme del primero, pero la gran cantidad de novedades en cuanto a localizaciones, las misiones que se nos proponen y la nueva cantidad de armas, hacen que poco a poco nos vayamos creyendo la realidad de que este es un nuevo Destiny, dispuesto a quedarse y a darnos horas de diversión.

Porque muchas han sido las horas que hemos dedicado a este Destiny 2 y podemos decir con toda seguridad que no hay juego más adictivo, un juego cuyas mecánicas son sencillas: disparar, saltar, usar las habilidades y seguir nuestro objetivo. Pero aun con todo esto, Destiny 2 consigue atraparnos en su universo, es un juego cuyo gunplay es el mejor con el que nos hemos topado y el más divertido sin duda de esta generación.

Pero hay que tener en cuenta que aunque nos podríamos pasar horas y horas disparando en los planetas y satélites de Destiny 2, los enemigos son siempre los mismos, aparte de los jefes o los enemigos que se nos presentan como más fuertes. Éstos últimos son los que de verdad se diferencian de los típicos cabal, vex o poseídos que ya habíamos visto en la primera entrega. Pero sí que es cierto que el número de enemigos más fuerte y que dan un botín mejor es mayor en Destiny 2 y provoca al jugador para acabar con ellos.

Una historia digna del universo Destiny

En esta ocasión, la principal diferencia positiva que nos hemos encontrado frente al primer título de la saga es su historia, no solo en la calidad de la misma, que regala tanto momentos muy eufóricos como aquellos más importantes para entenderla, sino también en la forma de contarla. Una de las críticas que más afectaron al primer Destiny fue su historia y la forma tan peculiar de contarla, muchos consideraron que el universo creado fue desaprovechado. Siendo sincero, y haciendo memoria, no recuerdo de qué iba la historia del primer Destiny, solo recuerdo que había una serie de grimorios que explicaban lo sucedido y que no siempre daban ganas de leerlos o no los encontrábamos todos.

Ahora si, ¡a las armas Guardianes! Destiny 2 nos pone en el papel de un guardián, si jugamos al primer título tomaremos control de nuestro guardián original. Los hechos de Destiny 2 se sitúan después de los acontecimientos del primero, la historia comienza en la famosa Torre, cuando todo parece normal, la Legión Roja, comandada por Dominus Ghaul, comienza a atacar con todo su ejército la zona social. Nuestro papel era luchar contra ellos pero la toma de El Viajero y la posterior pérdida de La Luz provocan que los Guardianes pierdan su poder y su inmortalidad, y la batalla.

Después de ser catastróficamente derrotados, vagaremos por el mundo hasta dar con Hawthorne que nos lleva a la nueva zona social. En esta nueva localización, la Zona Muerta Europea, daremos con un pequeño fragmento de El Viajero, que nos devolverá nuestra luz y podremos empezar a luchar por nuestro honor. De primeras lucharemos junto a Hawthorne, pero en un momento clave nos llegará una transmisión de uno de los personajes principales de la historia.

Este es otro de los aciertos de Destiny 2, añadir personajes memorables, que nos ayuden y que nos asignen misiones. En concreto son tres: Zavala, Ikora y Cayde-6. Tres personajes que tendremos que salvar y unirnos en armas en tres planetas diferentes para comenzar a elaborar un plan contra un Ghaul que aspira a extraer La Luz de El Viajero y por ello ha secuestrado a su portavoz. Una vez que estamos todos, nos ponemos manos a la obra para empezar el resurgir de los Guardianes, pero solo tú tienes La Luz, solo tú puedes salvar el universo.

Todo un universo por explorar

Con todo esto Destiny 2 monta una historia muy digna que regala grandes momentos y unas cuantas misiones a lo largo de cuatro planetas, que ahora tenemos para explorar a nuestras anchas antes de empezar una misión, y alguna localización exclusiva de la campaña. Pero no todo es seguir la historia principal, sino que mientras avanzamos también surgirán misiones secundarias que tienen una utilidad más allá de ganar equipamiento.

Estas misiones secundarias nos otorgan también unas insignias y una serie de objetos que dependen del planeta en el que estemos para poder interactuar con el NPC de cada planeta. Según completamos misiones secundarias conseguimos insignias, objetos del planeta y completamos eventos públicos junto a otros jugadores, subirá nuestro nivel de reputación con ese personaje y nos dará un engrama de leyenda cada vez que completemos una cantidad de ellos.

Pero no queda aquí, sino que cada misión secundaria tiene un trasfondo que narra eventos de la historia, podemos estar en un planeta y reactivar la electricidad o poner balizas para recuperar equipamiento para los guardianes. En el fondo no son muy importantes, pero sí que tienen su interés para conseguir equipamiento e insignias. No son obligatorias y son misiones libres, es decir, puedes tomarlas cuando quieras, incluso después de que completemos la historia. También al terminarla nos saltarán desafíos que podemos completar en cada uno de los planetas y modos de juego, y por los que luego Ikora nos dará recompensas.

Como ya hemos dicho, el mapa es abierto, podemos movernos libremente por ellos, como en el primer Destiny, llegado el momento podremos hacernos con un Colibrí, una especie de moto voladora. En esta segunda entrega, la adquisición de nuestro transporte llega bastante avanzado en el juego. En los mapas de los planetas aparecerán una serie de eventos públicos, como misiones cortas que podemos compartir con otros juegos, que si los completamos conseguimos insignias y equipamiento, y si no los completamos, solo insignias. Para alegar la duración del juego y poner a prueba a los jugadores existen eventos públicos de leyenda, más difíciles y capaces de darnos mejor equipamiento. Sin duda son muy recomendables.

Completada la historia, queda lo mejor

Después de completar la historia y las misiones secundarias el juego no se queda ni mucho menos vacío, sino que es posiblemente la etapa más larga y desafiante del juego. Nosotros mediante experiencia derrotando enemigos y completando misiones, podremos subir hasta el nivel 20, pero más allá tenemos que ponernos en manos de El Poder. Este número asciende según el nivel de luz que tiene nuestro equipamiento, cuanto mejor y más raro sea el equipamiento, más poder. Si conseguimos más experiencia, cada vez que completemos la barra de experiencia, nos darán un engrama luminoso con equipamiento de leyenda.

Conseguir este equipamiento no va a ser un juego de niños, podemos conseguir engramas de muchas maneras, pero sin duda la que más atrae a los jugadores son los asaltos y las raids. Estas misiones conjuntas nos pondrán junto a otros jugadores, o con nuestros amigos, para pelear en largas y arduas misiones o a acabar con un enemigo temible. Superar estas misiones no son ni mucho menos un juego de niños y las hay diferentes, pero hay que tener en cuanta que para acceder a algunos hay que tener un mínimo nivel de poder y que, a partir de cierto punto, adquirir equipamiento más poderoso será casi imposible.

También tenemos el Crisol, una zona separada que nos proporciona la posibilidad de competir contra otros jugadores, es decir, el modo competitivo de Destiny 2. En el Crisol encontramos los típicos modos de cualquier shooter como un equipo contra otro, conquistar la zona o derrotar a un enemigo y hacernos con su luz. Gracias a este modo competitivo también conseguiremos insignias del Crisol para canjearlas  y conseguir equipamiento de leyenda.

En Destiny 2 muchas cosas se basan en conseguir equipamiento, pero también podemos personalizarlo con modificadores y shaders para cambiarle el color. También tendremos la posibilidad de mejorarlos fusionándolo con otro equipamiento, pero para ello debemos de conseguir un material muy raro que escasea. Eso sí, el resultado merece la pena.

Aspectos memorables y apartados mejorables

Para terminar, el apartado gráfico no es para nada sorprendente, incluso a 4K en PS4 Pro, como lo hemos disfrutado nosotros, no parece nada de el otro mundo, y la vegetación y los planetas son muy parecidos a lo ofrecido en la primera entrega. Donde sí vemos una mejora clara, es en los vídeos importantes, que rozan el fotorealismo. Así pues, es sorprende la gran cantidad de elementos, enemigos, disparos y explosiones que soporta pero un apartado gráfico mejor no le vendría nada mal. También sería de agradecer aprovechar la potencia extra de PS4 Pro para implementar una tasa de imágenes por segundo de 60.

El apartado sonoro es un punto y aparte con respecto a lo que el apartado gráfico supone, es una música que pone en situación de guerra, que pone la euforia que puede faltar en algún momento y aumenta la ya existente.

En fin, una banda sonora metalera que actúa como aliciente de unas escenas de por sí espectaculares. Y en el momento de la exploración, algunas escenas clave y en los títulos de crédito tenemos una música de ambiente muy bien elegida para cada una de las situaciones, proporcionando, por ejemplo, el sentimiento de estar realmente explorando el espacio. Aunque en esta ocasión no contemos con un músico de la talla de Paul McCartney, sí que recordaremos algunas secuencias y escenas por la grandilocuencia de su apartado sonoro.

Conclusiones

En definitiva, Destiny 2 es más, mejor y más completo, pero es Destiny. Quizás es lo que podíamos haber exigido del primero y haber disfrutado de una verdadera revolución en esta segunda entrega, pero la gente de Bungie ha encontrado una fórmula que funciona con los jugadores, que engancha y que tiene cientos de horas por explorar.

Por el momento, podemos decir que Destiny 2 pule una fórmula de por sí excelente, podemos verlo como muy continuista o pensar que la gente de Activision ha asentado unos cimientos, y que ahora veremos de lo que son capaces. De lo que podemos estar seguros es que Destiny 2 tiene una historia genial, simple, pero muy efectiva y que sabe jugar con la adrenalina en los momentos claves. Y lo que es más importante, por fin sabe contar la historia de este universo que Bungie ha creado.

Al fin y al cabo estamos ante un juego simple en el que la mayor parte del tiempo estamos disparando, saltando y farmeando objetos pero engancha. De algo podemos estar seguros, queremos saber más del universo Destiny, queremos más Destiny, más misiones, más armas, más asaltos y más de todo.

Los Guardianes aun tienen mucho que decir y esperemos que así nos lo hagan saber. ¡Adelante, Guardianes!

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