Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Neonhive Games, título actualmente disponible en PC (versión analizada), PlayStation 5, y Xbox Series X|S.

Hoy os traigo un análisis de un título que entra directamente por los ojos, ese aire clásico que siempre sienta tan bien, y que nos encanta ver a día de hoy, en el análisis de Crow Country os contaré como se ha convertido en un gran referente dentro del survival horror con su parque de los horrores, gracias a recuperar un buen puñado de aportes que hicieron grande a este género.

En este juego de SFB Games, un estudio de Londres formado por dos hermanos, nos pondremos en la piel de Mara Forest, una agente de policía que se adentra en el parque de atracciones que da nombre al título para descubrir macabros secretos, afrontar calamidades, y disparar a verdaderos engendros que acechan tras cada esquina.

La premisa parece sencilla, pero contiene un gran sistema de puzzles y mecánicas que respiran el mismo oxígeno que los grandes clásicos como Resident Evil, o Silent Hill, entre otros, con gráficos que recuerdan a la PlayStation 1, entonces, ¿Qué puede salir mal?

Un parque lleno de secretos

En esta ocasión interpretamos el papel de la agente Mara, una policía novata a quien encargan visitar un parque de atracciones abandonado tras la desaparición de su director el señor Edward Crown, para esclarecer lo ocurrido y dar con su paradero.

Nada más adentrarnos en este parque de los horrores veremos manchas de sangre, y vislumbramos la soledad, pero en este camino nos toparemos con personajes importantes con quienes podremos interactuar, y que nos darán pistas de varios de los pasos a seguir, o nos prestarán su ayuda (o no), así que el misterio está asegurado en estas subtramas que podemos conocer de cada personaje, entre ellos, la hija del propio Crown, un policía que trabaja en la misma investigación, o una valiente abogada perdida por el parque.

La historia es bastante interesante, y la narrativa ambiental acompaña en todo momento, tanto a través de escritos e imágenes, así como en la degradación progresiva que veremos por el parque, que se traduce en enemigos variados, trampas que aparecen donde menos te lo esperas, o mientras resolvemos los diferentes puzzles que plantea el parque, varios de ellos bastante ingeniosos, y muchos de ellos cuentan con soluciones sencillas, pero donde hay que saber hilar las diferentes pistas planteadas.

Podemos interactuar con el resto de personajes

Superar la historia principal nos puede llevar entorno a las 5 o 7 horas, dependiendo de cuánto queramos explorar el parque, sobre todo porque cuenta con secretos que nos pueden ayudar en la supervivencia que plantea, donde la munición escasea, y con diferentes peculiaridades a la hora de afrontar el combate, por lo que buscar recursos es un buen añadido en nuestro camino.

Jugabilidad clásica y efectiva

La perspectiva isométrica de Crow Country ya adelanta cómo puede ser su jugabilidad, es imposible no pensar en el planteamiento gráfico del Final Fantasy VII original, y por eso ya es un gran golpe de nostalgia, pero sabe aportar su propia personalidad.

Con Mara podemos correr, disparar en modo tanque, accionar palancas, abrir puertas, o conseguir objetos desperdigados por el suelo, pero el terror se puede enfrentar con diferentes añadidos, como miras laser para las armas, botiquines, antídotos, y podemos mejorar las armas al descubrir varios secretos escondidos.

Hay puzles que pueden ser sencillos, y otros no tanto

Entre nuestro arsenal, contamos con una pistola reglamentaria, una escopeta, el lanzallamas, y una magnum de gran poder, que será muy útil para los bosses, enemigos formidables con diferentes patrones de ataque que serán un momento de frescura dentro de los enemigos comunes.

El propio juego nos da consejos de combate a través de textos emplazados en mesas y paredes, como la posibilidad de hacer más daño con las armas cuanto más cerca estemos del enemigo, y si apuntamos bien a la cabeza en aquellos que la tengan, ahí ya evaluamos cuánto queremos arriesgarnos para salir victoriosas. Estos enemigos van desde el clásico “zombi”, hasta experimentos fallidos como engendros semilíquidos, bípedos llenos de pinchos, o verdaderas moles gigantescas que hacen mucho daño.

Un punto muy interesante de Crow Country es la forma orgánica en la que vamos descubriendo qué pasos debemos seguir para avanzar, los puzzles están muy bien planteados, y nuestro razonamiento será un gran aliado, puesto que debemos pensar en cuál es la solución posible, y el por qué de su realización.

Cuanto más cerca esté el enemigo, más daño realizaremos

La propia ausencia de objetos ya nos dice mucho con textos como “aquí falta una palanca”, o “quizás pueda incrustar un objeto pequeño y brillante”, por ello, atender a los detalles siempre nos será de ayuda. Aunque en la propia variedad de planteamientos dentro del juego podemos encontrar una atracción que nos da pistas, que no es otro que un cuervo metido en una urna de cristal cual pitonisa, pero tenemos un número determinado de intentos.

El parque de atracciones tiene una disposición de salas por bloques, y muchas de ellas son temáticas, como la zona de terror, la del mundo submarino, o el bosque de hadas, todo ello escenificado con mecatrones, y atrezzo propio de un parque, lo cual suma inmersión, intriga, y nos dará algún susto que otro en el transcurso de la historia, sabe apoyarse en sus bondades y en la atmósfera que genera para darnos más momentos de terror.

Aunque en ocasiones podemos tender hacia la huida de algunos enemigos, seguramente nos los encontremos más adelante, pero aquellos que matemos no volverán a aparecer aunque vayamos a los puntos de guardado, que se encuentran en espacios específicos, cual máquina de escribir en los Resident Evil, pero en este caso serán fogatas o chimeneas.

Los escenarios son bastante variopintos

Según vamos descubriendo los diferentes mapas, podemos consultarlos en el menú, ademas de poder revisar nuestro inventario para ver la munición que nos queda, o ver nuestro estado de salud, y los diferentes objetos de los que disponemos para resolver los rompecabezas.

Aspecto gráfico y sonoro

A nivel visual es toda una declaración de intenciones, su aspecto poligonal sabe acompañar perfectamente a su ambientación, y el diseño de personajes y enemigos es sencillo pero efectivo, aunque en algunos momentos habría agradecido poder eliminar algo de ruido visual debido al filtro de granulado de película, entiendo que es algo intencionado, para darle ese aire de los noventa, pero me habría gustado poder ver el juego en todo su esplendor.

En cuanto al rendimiento no hay ninguna queja, mantiene una tasa estable de frames por segundo, además de contar con efectos lumínicos y de partículas muy propios de su planteamiento gráfico, en la sencillez está el poder. Algunos fallos a nivel gráfico pueden afectar a la experiencia en momentos puntuales, así como fallos en las animaciones, o en acciones erróneas de los enemigos debido a la IA, con algunas hitboxes poco claras, pero no son una razón de peso para ir en detrimento del disfrute, hechos salvables gracias a la experiencia general.

El fuego será nuestro aliado para guardar la partida

A nivel sonoro todo acompaña a la perfección, tanto en las piezas musicales, como en el sonido ambiental que envuelve todo el parque, aportando cada vez nuevos matices, voces inquietantes, y varios efectos que se van añadiendo dependiendo de la zona donde nos encontremos.

Las opciones de accesibilidad no son muy extensas, ya que no podemos cambiar o modificar el tamaño de los textos, no hay filtros para las personas con daltonismo, y no hay posibilidad de activar opciones de alto contraste, o pistas auditivas, ni visuales, así como la imposibilidad de activar un modo copiloto. Permite seleccionar entre varios niveles de dificultad, activar las flechas de los cambios de escenario, o cambiar la sensibilidad al apuntar.

Conclusiones

En ocasiones he visto demasiado complejos algunos de los puzzles, donde las indicaciones ambientales eran escasas, aunque es parte de su encanto, no debería haber tantas trabas para el jugador o jugadora a la hora de avanzar en determinados puntos, aún con esos picos de dificultad, es una experiencia totalmente disfrutable dentro del survival horror.

La variedad de enemigos y de escenarios sorprende a cada paso, y siempre quieres curiosear para descubrir nuevos pasillos y habitaciones, y los nuevos engendros que aparecen en cada avance del juego suponen nuevos retos que consiguen que no nos acomodemos a la silla. La historia es interesante, y poco a poco va mostrando sus diferentes capas, ya sea al avanzar en la trama, al hablar con los personajes, o al leer los diferentes escritos repartidos por el mapa, con algún giro de guion que otro.

Crow Country tiene muchas bondades, y lo recomiendo encarecidamente a todas aquellas personas amantes del género, tanto de los clásicos, como de los más actuales, sabe darnos ese toque retro pero con personalidad propia, irradia un carisma muy característico, y es una experiencia realmente divertida y llena de intriga, se nota que sus creadores han puesto cariño a lo largo del proceso, y se refleja en el resultado final.

Reseña
Nota final
8.7
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analisis-crow-country-la-supervivencia-en-el-parque-de-los-horroresCrow Country es un gran ejemplo de cómo aportar un lanzamiento con aire clásico en la época actual, usando mecánicas y elementos que siempre han funcionado pero añadiendo personalidad propia y una gran atmósfera. Algunos fallos a nivel visual, así como la dificultad de algunos puzzles pueden lastrar la experiencia, pero, en términos generales, estamos ante un gran exponente del género survival horror, que no decae en ningún momento de toda su trama.