Ya tenemos entre nosotros la nueva entrega de Call of Duty: Infinite Warfare, y junto a ella llega otra entrega muy esperada para los fans de esta saga. Infinity Ward y Activision nos presentan una versión para consolas y ordenadores remasterizada del ya clásico Call of Duty: Modern Warfare.
Modern Warfare fue la obra que encumbró al estudio y que supuso todo un boom en el género del shooter bélico. Su giro hacia tecnologías futuristas después de innumerables entregas que no se salían de las grandes batallas del pasado y su sólido y adictivo online hicieron de CoD:MW un juego de culto, causando un impacto que ningún otro título ha conseguido igualar y permitiendo a las compañías conseguir millones de fans que acuden, cada año, a comprar su dosis.
Desde Sonyers hemos tenido la oportunidad de probar la campaña del esperado juego, una historia ya conocida pero con mejoras importantes que reflejamos a continuación con este análisis, para que comprobéis cómo ha sido su renovación.
Reinventando el juego
El juego original se lanzó en el año 2007, para los que no tuvisteis la oportunidad únicamente deciros que con Modern Warfare quisieron hacer una reinvención o lavado de cara a esta saga, de manera que transladaron sus anteriores juegos de guerra a un contexto actual, es decir, contemporáneo. Sin embargo hemos de decir que no es muy novedoso, pero sí fue suficiente para dar un impulso a la saga.
Infinity Ward y Raven Software han querido ser muy fieles al original manteniendo muchas de las señas de identidad del juego, así que no esperéis cambios en el desarrollo de misiones, la IA, escenas inéditas o armas nuevas. El teniente Price y nuestro Soap McTravish seguirán dando el callo en este conflicto global, pero esta vez con un lavado de cara tan evidente que parezca que estamos ante un juego nuevo.
Las mejoras gráficas son lo primero que llama la atención, y son tales que no hubiera pasado nada si como subtítulo hubiesen utilizado “remake” en vez de “remasterización”. Muchas ediciones reeditadas se limitan a retocar las texturas, meter algunos efectos de iluminación y poco más, pero el trabajo en este juego es digno de elogio y está por encima de lo habitual.
Como principales mejoras destacamos tanto la iluminación como las texturas, éstas nos dan la impresión de que los mapeados del juego relucen más que en la versión original, dando la percepción de que su modelaje ha partido desde cero. Percibimos que ha habido un gran trabajo, por ejemplo han ampliado el número de soldados y han incluido nuevas alternativas jugables, como la sección para el adiestramiento con explosivos en la zona del tutorial.
Como puntos a favor destacamos el equilibrio en la tasa de frames, ya que la mayor parte del tiempo se situa en 60 y en ocasiones baja, a lo sumo, a 50.
Más cerca de los fans
Observando los detalles apreciamos algunos guiños a sus fans, por ejemplo el logro/trofeo,una paradoja temporal muy curiosa que nos permite matar a uno de sus personajes protagonistas, dando como resultado que no aparezcan nuevas secuelas. Para evitar spoilers no haremos más hincapié en este aspecto, si os puede la curiosidad podéis encontrar un par de vídeos de este trofeo en YouTube.
No obsante, tenemos la obligación de manifestar que este juego no es impecable, existen algunas carencias gráficas que situan esta remasterización un nivel por debajo de algunos juegos punteros de la presente generación, aunque sí da el pego de ser un juego sacado a la venta en 2016.
También hay que tener en cuenta que no deja de ser un juego antiguo y que algunas mecánicas, como la de la aparición de enemigos infinitos, chirría a estas alturas, al igual de una inteligencia artificial en los enemigos que bien podría haberse retocado. Pese a todo el factor nostalgia de volver a vivir momentos que todos guardamos en las retinas supera todos estos fallos, y el juego sigue manteniendo un gran ritmo, vertiginoso y espectacular.
Se resiste a morir
Otro de los puntos que hemos comprabado es que no existe ninguna modificación de las mecánicas clásicas desde el punto de vista de la jugabilidad, aunque tampoco es algo que echemos en falta, ya que el juego ha sabido envejecer muy bien. Es comprensible la prioridad de mejorar tanto gráficos como audio. La jugabilidad estaba bien, así que si hay algo que funciona no lo toques.
Sin embargo, tenemos que comentar el audio negativamente. Los efectos sonoros siguen presentando ciertas carencias y errores que ya había en la versión clásica. Aunque hay que decir que el toque en alta definición que le han dado al universo es muy bueno, ayudando a la experiencia del juego, por lo que únicamente han incorporado algunas pistas más al audio anterior pero las mejoras no están a la altura de las novedades gráficas y eso a veces se nota.
Por suerte podremos seguir disfrutando de la genial banda sonora de Harry Gregson-Williams, una de las mejores de la historia reciente en el mundo del videojuego, y del gran doblaje al castellano. Faltaría más.
Respecto al apartado multijugador todos recordamos su ritmo, sus mapas y sus limitaciones, la experiencia está muy lejos de lo que ofrecen los Call of Duty actuales, donde todo es tecnología, rachas y mejoras. Por desgracia aún no hemos podido jugar partidas suficientes como para emitir un veredicto sobre este apartado, pero no sería de extrañar que la experiencia sea tan buena como la recordamos.
Conclusiones
El "remake" de este juego es un ejemplo claro de cómo se debe trasladar un juego a la generación actual. Encontramos todo lo bueno de la versión clásica, además de mejorar su faceta tanto gráfica como jugable, dando la sensación de que estamos ante un juego que, sin ninguna duda, da el pego de ser un juego actual.
Han pasado 9 años, que se dice pronto, los shooters han cambiado, nosotros también, pero será agradable volver a recorrer aquellos grandes momentos de la campaña, de probar su online, de recordar por qué con Modern Warfare Activision sacudió los cimientos de la industria.
