Stranga está de regreso en Nintendo Switch con el estreno de Ashina: The Red Witch, una aventura sobre una niña entre mundos.

El juego llega a la consola un año después de su llegada a Steam, por lo que el análisis de hoy nos centraremos en esa versión. ¿Es un juego interesante? ¿Está a la altura de las otras entregas de este desarrollado? ¡Vamos a descubrirlo!

Una niña entre mundos

Esta aventura comienza cuando Ash, una muchacha cuya vida no ha sido para tirar cohetes, ve cómo un extraño ser roba el único recuerdo que tiene de su madre.

Dispuesta a recuperarlo, sigue a esta criatura para descubrir que sin quererlo ha terminado en el mundo de los espíritus. Mientras busca cómo volver a casa, no sólo debe pensar en cómo recuperar aquello que busca, sino también en proteger a su hermana y en los secretos que ocultaba su madre.

Lo bueno, breve

Jugablemente esta es una aventura corta, la especialidad del autor y que no nos llevará más de dos horas, con un gran peso en los diálogos y textos. De hecho, a nivel de mecánicas sólo iremos explorando para cumplir con pequeños objetivos secundarios que van hilando hacia el objetivo principal.

Conversar y tener tiempo para leer lo que los personajes tienen para decir es muy importante, pues no contamos con un indicador que nos de pistas sobre cuál debe ser nuestro próximo movimiento.

En el camino hay pequeños detalles ocultos entre diálogos y diálogo, incluso referencias a otras obras del autor (lo cual nos hacen creer que todos los juegos están conectados).

Esto se complementa con la exploración que el juego ofrece, una exploración que está bastante limitada, pero termina siendo agradable y con uno que otro secreto.

Sin perderse

Aún con esto, progresar no es difícil, incluso teniendo en cuenta que se debe prestar atención a los diálogos, el diseño de esta aventura hace que incluso si te has terminado de perder, de una u otra forma encuentres cómo seguir avanzando.

Además de tener mucho peso y ser el núcleo del juego, la historia es atrapante, estando muy bien estructurada con la cantidad justa de revelaciones y misterios como para mantenernos interesados en ella durante las casi dos horas de duración que tiene.

También ayuda el hecho de tener traducción al español, una traducción que pese a no ser perfecta y tener uno o dos pequeños errores cumple muy bien con su labor. Esperemos que dichos errores se solucionen en un futuro no muy lejano.

¡Verse bien es importante!

Visualmente, el estilo tampoco se aleja demasiado de lo que nos tiene acostumbrados el autor. Esto es bueno, pues ayuda a esa sensación de que en realidad todos sus juegos están conectados, además de funcionar bastante bien al ser un estilo bonito que podría haber salido de un cuento o una película de animación.

El rendimiento no es ningún problema, pues no estamos ante un juego que requiera de toda la Nintendo Switch tenga para ofrecer. La música, si bien cuenta con muy pocos temas, acompaña muy bien durante lo que dura la aventura.

Como ya he mencionado antes, esta versión (en general para consolas) incluye la traducción al español, algo que ante la carencia de voces para el juego, es un cambio que se agradece y mucho.

No es que se maneje un inglés demasiado complejo, pero siempre será mejor disfrutar de los juegos en nuestro idioma, independientemente del nivel de inglés.

Como un cuento

La experiencia con Ashina: The Red Witch puede resumirse con "es como leer un cuento", una historia llena de magia y con un punto trágico que se apoya en un apartado visual de fantasía para contarse.

Puede que sea un cuento breve, pero sin duda es uno que amarás leer (y más que ahora está en español).

¿Dónde comprarlo?

Ashina: The Red Witch está disponible en Nintendo Switch (eShop), aunque también puedes encontrarlo en PlayStation 4, Xbox One y PC (Steam).