Ratalaika Games trae de regreso Aero the Acro-Bat, desarrollado por Iguana Entertainment y publicado por Sunsoft, para plataformas modernas.
Originalmente estrenado en 1993, esta primera entrega está disponible en formato digital para Nintendo Switch, PlayStation 5, PlayStation 4 y Xbox a un precio de 5,99 euros.
¡No más diversión!
El poderoso y excéntrico empresario Edgar Ektor ha jurado extirpar la diversión de este mundo como a venganza de cuando lo expulsaron del circo de pequeño.
Su primer paso ha sido invadir el circo local con su pandilla de payasos locos y secuestrar a todos los trabajadores para que el espectáculo no pueda continuar.
¿Todo? ¡NO! El valiente Aero ha conseguido escapar y está dispuesto a hacer todo lo que esté en sus manos para derrotar al poderoso Edgar Ektor, liberar a los empleados y demonstrar que es la estrella del espectáculo.
Directamente desde los años 90
Como un plataformas originario de 1993, uno de los rasgos más destacados de Aero the Acro-Bat es su dificultad. Este es un juego poco amable y bastante desafiante en todos sus niveles.
Nuestros movimientos están limitados a tres: Un salto, disparar estrellas contra algunos enemigos y dar saltos largos. Esta última habilidad es la que más usaremos a lo largo del juego, siendo imprescindible aprender a dominarla y pudiendo ir en cuatro direcciones distintas.
Los niveles, están diseñados para hacer acrobacias y aprovechar varios elementos interactivos como cañones o columpios, pero también están repletas de trampas difíciles de esquivar y enemigos, algunos de ellos sólo pueden ser derrotados al golpearles de una forma específica.
Cada nivel tiene sus propias "fases cortas" y hay bastante variedad entre ellas, contando con escenarios bonus (bastante desafiantes) y un jefe final.
Además, también tienen sus propios objetivos, aunque no hay nada que nos indique qué es lo que debemos hacer exactamente, por lo que sólo nos queda recorrernos toda la zona e ir desbloqueándolo todo en base a intuición.
Eso sí, debéis tener en cuenta que el juego de base no trae ninguna forma de guardado o contraseña (algo común durante la época) para continuar con nuestro progreso en caso de ser derrotados o apagar la consola.
Es aquí donde entra en juego una de las mejoras de esta versión, los "savestate" para evitarnos el doloroso momento de perderlo todo. Hay que tener en cuenta que estos guardados son manuales, por lo que conviene hacerlos cada cierto tiempo.
También tenemos la posibilidad de rebobinar nuestros movimientos en caso de haber fallado. Esta opción nos permitirá reintentar las fases que más se nos hayan complicado o corregir cualquier mal salto o ataque mal hecho.
Aunque esto no es todo, ya que esta versión incorpora la opción de "cheats". Estos son trucos que se activan desde el menú y nos dan ventajas como invencibilidad o energía infinita para saltar por todo el mapa sin preocupaciones.
Pequeñas, pero agradecidas mejoras
Con respecto al apartado gráfico, este no es un remake ni mucho menos, por lo que Ratalaika no nos ofrece grandes cambios en lo que respecta a este apartado, aunque sí pone a nuestra disposición varios filtros para intentar emular una experiencia más "retro". Destaco lo variopinto de los fondos y las animaciones de Aero.
También tenemos toda una galería dedicada al arte del juego, con varios bocetos, portadas e incluso fotos promocionales.
La música está bastante bien, siendo alegre y encajando perfectamente con cada nivel que se nos presenta, aunque no llega a ser algo me haya "volado la cabeza" de lo buena que es. Cumple, pero nada más
El rendimiento es bastante bueno, algo que se podía esperar al ser un juego originalmente de SNES, y aunque no hay traducción al español, lo cierto es que la poca cantidad de textos no hacen necesaria ninguna traducción.
De hecho, en este relanzamiento también se incluye una versión del juego en japonés a la que puedes jugar perfectamente sin saber nada del idioma.
Retorno sorpresivo, pero bienvenido
Aunque en su día Aero the Acro-Bat no llegó a gozar de la fama de otras producciones de la época, objetivamente no es mal juego, y con el paso de los años ha conseguido hacerse con un público de nicho que lo recuerda con cariño.
Eso sí, no es un juego para todo el mundo y si quieres la experiencia original lo más probable es que sufras ante las limitaciones de la época (como la alta dificultad y la imposibilidad de guardar la partida), pero por suerte los añadidos opcionales de Ratalaika lo hacen bastante más accesible para el público general.