Bloodborne es uno de esos juegos que puede llegar a desesperar si tenemos poca paciencia a la hora de encarar los desafíos que pueden llegar a representar algunos jefes pero todo eso puede cambiar gracias a un bug que hace todo esto sea más fácil.

Según ha descubierto un usuario, si dejamos el juego funcionar durante 12 horas o más, los movimientos de los jefes se ven reducidos enormemente, perdiendo la mayor parte de sus ataques especiales, esos más mortíferos y complicados de esquivar. El jugador encontró el problema durante una sesión maratoniana, cuando se percató de que estos enemigos de repente eran demasiado fáciles. Esto se ha achacado a un problema de memoria, por lo que resetear el juego lo soluciona al instante.

Lo he probado ayer desactivando las opciones de PS4 de ahorro de energía y dejando Bloodborne puesto toda la noche. Cuando volví por la mañana Logarius había pasado de ser un maníaco lanzador de conjuros a un pobre viejo que lo único que intenta es darte con su cimitarra una y otra vez.

El bug también también  funciona cuando dejamos la consola con el juego puesto en modo suspendido.

Os dejamos con los vídeos para que los veáis:

Modo normal

Modo bug