Pues sí amigos, así como quien no quiere la cosa llego con este artículo a mi post número cien. Tenía que escribir para la ocasión, así que pienso un poco en voz alta y lo comparto con todos.

Por mi ritmo de vida, mi colaboración en la web se ha dividido entre análisis de juegos y artículos de opinión u otro tipo, ya que me resulta imposible estar pendiente constantemente de las noticias. Es decir escribo cuando puedo e intento aportar mi parte a este proyecto ilusionante que empezó como Sonyers y se ha expandido para continuar como AllGarmesIn.

Una web donde os aseguro que hay gente con mucho talento y donde hemos analizado juegos que no vais a ver en los grandes medios. Por la parte que me toca, sin ir más lejos, he reseñado más títulos de PlayStation VR que ningún portal mainstream.

Como apunte curioso, en uno de esos portales, el redactor de una review reciente decía que ellos habían analizado más juegos de realidad virtual que nadie. Varios usuarios lo sacamos de su ensoñación, pero la anécdota me hizo pensar en lo que dice el refranero: cría fama y échate a dormir. Para esta gente no hay nada más allá de ellos mismos.

La cosa es doblemente sangrante al referirnos a esta tecnología incipiente, porque son precisamente los grandes medios quienes deberían haberla apoyado y difundido, pero claro eso no daba visitas. Y todavía tienen las narices de presumir por haber publicado cuatro análisis de VR... en fin.

Volviendo al tema de los cien artículos, al ser bastante extensos, me he dado cuenta de que podría sacar un libro. Me daría para llenar al menos 200 páginas hablando de videojuegos, y en algún momento tendré que organizarlo todo para el recuerdo.

Este interés por el mundillo, en mi caso, se remonta a la niñez, cuando en Gandía pasaba por delante de los recreativos, que entonces aún tenían fama de nidos de vagos.

Lo que pasa es que en verano, en la playa, todo era un poco más laxo, así que mi abuelo de vez en cuando me premiaba con una partida a un juego donde disparabas con una ballesta, que él llamaba "el ogro". En mi caso necesitaba un taburete para coger bien el arma, imaginaos lo canijo que era. El juego por cierto se titulaba en realidad Crossbow, de la empresa Exidy. ¡Tampoco es que se calentaran mucho la cabeza con el nombre!

Crossbow

Así nació una afición que se fue consolidando. Ya en Madrid, empecé a escaparme al bar de al lado sólo para jugar a una recreativa que iban cambiando cada varios meses. Hasta que mis padres se apiadaron de mí y me acabaron comprando un Amiga 500, ordenador mítico que me transportaba a otros mundos.

Es curioso eso de los mundos. Quiero decir, cuando jugáis no sé vosotros, pero al menos yo me olvido bastante de dónde estoy y me meto completamente en el juego de turno.

Ahora que estamos sufriendo esta crisis del coronavirus -probablemente la más grave de cuantas hemos vivido cualquiera de los que leamos esto-, pienso en la mucha gente que ve el confinamiento como un horror.

Hay personas que son como perritos: necesitan dar una vuelta a la esquina, bajar, mover las piernas, qué se yo. Por supuesto estar encerrado no es plato de buen gusto para nadie, pero estoy seguro de que los verdaderos gamers lo llevamos mucho mejor; y es que estamos, sencillamente, en otros mundos.

Al principio de esta crisis, lo primero que pensé es que tendría más tiempo para jugar a videojuegos. Llámalo loco, llámalo obseso, pero la idea de ir dando salida a los títulos que tengo acumulados con la excusa perfecta de quedarse en casa me parecía genial. Lástima que al final, como autónomo que soy, haya seguido trabajando.

La calle por cierto es un erial. En mi caso, que vivo en pleno centro de Madrid, vamos, a cinco minutos andando del kilómetro cero, la sensación es indescriptible: lo más parecido a una de esas pelis apocalípticas que presentan un mundo desierto. Sólo espero que salgamos del embolado tan rápido como nos hemos metido.

Por cierto aprovecho la ocasión para pediros a todos que seáis responsables: no bajéis al súper o a la farmacia con la excusa de comprar cualquier chorrada. Pero bueno, ¡qué estoy diciendo! Vosotros sois gamers y no necesitáis hacer esas cosas mundanas.

En fin amigos, pues éste ha sido mi post número cien: unas pocas reflexiones sobre AllGamersIn, sobre los medios en general, sobre esta afición y sobre cómo aprovecharla para encarar la crisis. ¡Nos seguimos viendo por aquí!