Cada día son más los jugadores que sienten una creciente monotonía al jugar a los nuevos lanzamientos del mercado. Éste es sin duda una de las mayores preocupaciones de los gamers en los más recientes tiempos.

¿Es un problema nuestro o de la industria? ¿Nos hacemos mayores para disfrutar de los videojuegos? ¿Es, por contrapartida, culpa de una industria cada vez más plana y sencilla? ¿Hay crisis de originalidad en los videojuegos?

¿Hay crisis de originalidad en los videojuegos?

Si bien es cierto que, aparentemente, no tenemos una respuesta 100% objetiva ya hay quienes expresan sus teorías acerca de esta situación.

Entre algunas de ellas están esas que argumentan la falta de talento e innovación por un capital humano menos capaz en ese aspecto. Acusarían como causante a la mayor demanda de perfiles profesionales más técnicos que innovadores y artísticos.

Otros, quizás con un pensamiento simplista y reiterado a lo largo de los años en infinidad de disciplinas, dirían que en el contexto actual es prácticamente imposible innovar. Debido esencialmente a que ya se ha exprimido la mayoría de mecánicas y estilos que ofrece el mercado de los videojuegos. Como hemos mencionado anteriormente esta es una visión muy simplista que daría por muerta la capacidad de innovar a una industria con escasos 50 años.

Luego encontramos tesis más fundamentadas y realistas. Destaca de entre todas la que sostiene que en el contexto actual y con una complejidad extrema para desarrollar juegos para el público general la capacidad de innovación e introducción de mecánicas está limitada. Se debería entonces a un coste muy elevado para introducir nuevos elementos nunca antes vistos o exclusivos, que con la avanzada tecnología actual requerirían sobreesfuerzos inasumibles.

Un factor inasumible

Conjeturas aparte, y si bien cada una de estas teorías puede tener su parte de razón (unas más que otras), parece que la razón esencial no exime de responsabilidad a los creadores ni tampoco a los jugadores.

El factor, en efecto, es el excesivo aumento de los costes de creación de los juegos AAA y no solo triple A. Algunos informes sostienen que los costes de producción de las grandes entregas han aumentado entre un 100% y un 200% tan solo en los últimos 10 años. La mayor demanda de gráficos hiperrealistas, tecnologías más complejas y la necesidad de adaptarla a diversos dispositivos son algunos de los causantes.

A tenor de esta información basta solamente ver la actividad productiva de estudios como Rockstar que entre 2000 y 2006 lanzó al mercado 27 juegos y en la actualidad llevamos más de 6 años sin un solo lanzamiento de su producción. También resulta esclarecedor el coste de producción de su último lanzamiento, Red Dead Redemption 2, cuyas cifras según algunas informaciones asciende a los 600M. Mientras que su predecesor el RDR1, que ya batió record en su tiempo, asciende según el Daily Mail a algo más de los 100M. Lo que ajustado a la inflación queda cerca de 3 veces más que el anterior título en menos de 8 años de diferencia. Seguramente con el recién anunciado "remaster" Rockstar quiera seguir exprimiendo el éxito... una vez más.

Unos costes desorbitados

Teniendo en cuenta la situación de encarecimiento global que ha sufrido la industria, es, sin duda, el factor clave para los grandes estudios cuyas producciones exageradamente caras necesitan éxito absoluto o, por el contrario, aceptar las consecuencias.

Bajo estas circunstancias resulta realmente desalentador para los creadores de los videojuegos y más para los inversores introducir cambios innovadores y originales en sus juegos. Ya que ante nuevos cambios en su producto no son capaces de predecir en su totalidad como responderá el público general. Esa innovación produce incertidumbre. Y ante situaciones en las que un estudio se juega todo en una entrega necesitan no otra cosa sino certezas.

Por ello es que enfocan la totalidad de su producción hacia aspectos que están en tendencia y que ya saben a ciencia cierta que funcionan. Esta idea permea en la totalidad de los estudios y más aún en los independiente. De esta manera prefieren, evidentemente, no innovar e ir a las tendencias seguras del mercado.

Forspoken 02

En la actualidad las tendencias son elementos como los mundos abiertos, juegos de amplia duración (aunque en muchas de manera artificial), elementos rpg, loteo y micropagos entre otras. Elementos que incluyen casi el 90% de los juegos AAA pese a que ello merme considerablemente la originalidad y produzca la sensación de homogeneidad en la mayoría de las entregas AAA. Causando la ya mencionada sensación que sufren muchos jugadores sobre los videojuegos puesto que la gran mayoría de estos tienen los mismos elementos, mecánicas e incluso estilo narrativo y artístico con el objetivo de minimizar al máximo los riesgos.

¿Crisis de originalidad en los videojuegos como castigo?

Y aquí... ¿Qué culpa tienen los jugadores en la crisis de originalidad en los videojuegos? Si bien parece que no es tanto como la de los creadores, eso no exime la culpa a los consumidores. Somos los jugadores los que consumen independientemente de su calidad y originalidad los videojuegos sin valorar, en muchas ocasiones, las características que ofrecen.

Actuando muchas veces como consumidores compulsivos empujados por la actuación colectiva. Quizás, si actuáramos de manera más concienzuda podríamos enviar un mensaje a los desarrolladores, no necesariamente triple a pero por qué no, de un nicho bastante grande que busca otro tipo de juegos distintos y con otra alma que se aleje de las aburridas y repetitivas tendencias del público general.