Estos últimos meses estamos hasta arriba de Souls-like, desde indies hasta triple A, ya lo mencionamos anteriormente en nuestras impresiones de The Last Oricru. Ahora nos ha llegado por sorpresa una secuela de Salt and Sanctuary que perfectamente podría ser una sombra de la saga original de Dark Souls.

Salt and Sacrifice es una secuela del ya amado Salt and Sactuary, el cual fue muy querido entre la comunidad de jugadores de los souls-like por su estilo y diseño que lo hacían tan parecido a la saga Dark Souls de Miyazaki.

Gran diversidad de clases a elegir

En Salt and Sacrifice tenemos muchas clases entre las que elegir, por ejemplo, Asesino (Assassin), Clérigo (Cleric), Luchador (Fighter), Duelista (Duelist), Samurái (Highblade), Explorador (Ranger) - este es el que escogí yo - y por último el Sabio o mago de toda la vida (Sage).

Cada uno con sus más y sus menos, aunque sus características no las sabremos hasta haber comenzado la partida.

Cabe decir que una vez elegida la clase, no se puede volver a cambiar a no ser que iniciemos nueva partida.

Un Souls-like menos exigente

En mis primeras horas, jugar a Salt and Sacrifice no fue nada fácil, ya que me mataban una y otra vez sin cesar hasta que por fin fui cogiéndole el truco al asunto, pues el juego en realidad no es exigente, sino que hay que ser menos agresivo y esquivar bastante. Esquivar, atacar, esquivar, atacar...

Ese fue el patrón que seguí en mis últimas horas antes de derrotar al primer jefe llamado Uryks Necklace-of-Ears, que blande una gran espada con la que nos atacará agresivamente.

Tras varios intentos fallidos pude identificar su forma de atacar y resultó bastante fácil teniendo en consideración que acababa de empezar a jugar y eran mis primeras horas de juego.

Magos, los verdaderos jefes del juego

Los magos son en esencia, los verdaderos jefes del juego, y para hallar a estos tendremos que seguir una serie de pistas que se mostrará como neblina, apuntando hacia el lado del mapa en el que están, encontrándolos una y otra vez hasta que nos lleven al lugar donde lucharemos contra ellos para por fin derrotarlos.

La gracia de los combates contra los magos es dejar que al principio se desgasten contra los enemigos más pequeños, bajándose la vida entre ellos y después asestar nosotros los golpes que faltan para acabar con ellos.

En el juego a varios magos, uno de juego, otro de hielo, agua, etc... El de fuego es relativamente fácil, aunque invoca a muchas criaturas y nos provoca daño por quemado, el cual nos quitará vida gradualmente hasta matarnos. Lo más complicado de este jefe es que el estado de quemadura aumenta la velocidad en la que nos quita vida según nos vaya tocando más veces, lo que hará que gastemos un montón de pociones para intentar que no nos mate.

Invasiones, la experiencia de Dark Souls

En el título, como todo souls que se precie, nos pueden invadir otros jugadores. En esencia, jugadores desconocidos invadirán nuestra partida y nos podrán matar, o al menos, pueden intentarlo.

Cuando esto suceda, no se nos permitirá descansar en los pilares para recuperar energía o consumibles, ya que se bloquearán tornándose de un color rojo.

Conclusiones

Salt and Sacrifice es un juego que quiere seguir bastante la línea de los Dark Souls de la forma más fiel posible y, seguro que si pusiésemos a Dark Souls cerca de una lámpara y la encendiéramos, Salt and Sacrifice sería su verdadera sombra.

¿Merece la pena? Desde luego que sí, así que desde aquí recomendamos echarle el guante a esta joya oculta de 2022 por lo menos una vez en lo que queda de año.