Bioshock Infinite puede que fuera un juego algo adelantado a su tiempo.

Con una mágica historia que te atrapa desde el primer momento y un ambiente radicalmente distinto a sus predecesores, la última aventura de Ken Levine en 2K nos dejó una de las mejores obras de la anterior generación.

Gráficamente lastradas por la potencia de las consolas de sobremesa, el equipo no pudo mostrar la máxima expresión del título, aunque lo que tenemos entre manos puede hacer que nos hagamos una idea de cómo sería: a continuación tenéis imágenes del título en resolución 4K con las texturas retocadas para su correcto visionado.

Debido a su tamaño, las capturas se encuentran en un servidor exterior en un formato PNG sin compresión para poder ser vistas con la mejor calidad posible.

Fuente