El fenómeno World of Warcraft es muy disruptivo, cambiante, para nada estable. El juego goza de una aceptación moderada los días ordinarios, pero esto cambia cuando salen las expansiones. Una oleada de críticas llegan, vapuleando aun más la dignidad del juego. Dejando aparte las polémicas judiciales y demás crímenes, para quitar algo de complejidad al asunto.

Después está el tema de Classic, significando esto una vuelta a las raíces, a un juego creado por y para jugadores empedernidos, donde se llegó a un pico de popularidad con Wraht of the Lich King. La ola aquí es incluso más inestable, llamando a los aventureros para adentrarse por Terrallende o derrotar al Rey Exánime, para esfumarse tras el hype.

El mayor error es traer boost en un juego que no lo necesita y macro transacciones que dejan un olor maloliente. Las personas se van del WoW actual al Classic justamente para no ver estas prácticas, pero parece que alguna cabeza importante de la empresa no lo quiere entender. Ahora tienen la valentía de no esperar como le va a la tercera expansión del juego para repartir encuestas y saber si acaso los jugadores quieren que la cuarta expansión vuelva.

Desde Blizzard parece que WoW Cataclysm Classic volverá, tal vez con cambios, tal vez no

Parece que aún no están seguros si arreglar los errores de expansiones con años de antigüedad o si acaso no trabajar lo más mínimo, entregando una especie de nostalgia con fecha de caducidad. El chollo de vender candidez embotellada llegará a su fin. El gran cataclismo en Azeroth cambió el mapa y el enfoque del juego, significando para muchos el principio del fin.

Blizzard sabe que WoW Cataclysm Classic será una prueba de fuego. Estamos hablando de un contenido no necesariamente odiado, pero si controvertido. El cómo actúen marcará un precedente, ya que las expansiones siguientes no cuentan con la aceptación popular.

También es algo perturbador pensar como Blizzard sería no solo capaz de arruinar su presente, sino también su pasado, pervirtiendo el título Classic.