¿No os pasa a veces que vives un juego con tanta intensidad que llegas a implicarte emocionalmente?

Hay veces, que los juegos ponen tan a prueba nuestras emociones que nos es imposible no implicarnos. Ponernos en la piel de sus personajes y vivir la historia como si estuviéramos dentro de ella es un lujo que no consiguen todos los videojuegos. Pero los que lo consiguen, lo hacen de manera excepcional.

A mí, personalmente, me pasa especialmente con los juegos en los que he de tomar decisiones, elecciones que a menudo no son nada fáciles ni evidentes.

Juegos como Detroit: Become Human, donde el destino de los personajes depende de mis acciones, hacen que me meta en la historia como si fuese un personaje más y, a menudo, me sorprende lo mucho que me implico, llegando a sentir mucho la muerte de un personaje o una decisión errónea.

Otros juegos como Mass Effect donde, a menudo, tienes que elegir a que personaje salvar la vida, también me ponen los sentimientos a flor de piel. Y hacen que me sienta responsable o incluso culpable de las decisiones que he tomado.

Pero a veces, la historia de algunos juegos está tan bien hecha y sus personajes tan bien diseñados que, aunque no pueda hacer nada para cambiarlo porque la historia es cerrada, me implico mucho emocionalmente y llego a llorar por los personajes o por lo mucho que están sufriendo. Me ha pasado con juegos de la saga Final Fantasy o con The Last of Us, por ejemplo.

Al principio, pensaba que esto me pasaba porque yo soy una persona muy emocional. Pero, a medida que he ido creciendo, me he dado cuenta de que no es únicamente por eso. Le pasa a muchas otras personas. Y viendo a gente de mi entorno jugar a esos juegos también les he visto emocionarse, o incluso llorar en las escenas más emotivas. Personas que, en general, no son tan sensibleras como yo.

Entonces ¿qué hace que un juego nos emocione tanto o haga que nos metamos tanto en la piel de sus personajes? ¿Es el guion? ¿El diseño de los personajes? ¿La música?

Yo creo que es una mezcla de todo. Unos personajes carismáticos a los que les coges cariño en seguida, una historia de la que te hacen partícipe o que está tan bien escrita que es imposible no implicarse, una banda sonora que potencia todos esos momentos emotivos...

¿Y sabéis que? Que esos juegos son los que luego te marcan. Son los que quieres rejugar una y otra vez. Los que, cuando escuchas la banda sonora, te emocionas al recordarlos. Aquellos de los que puedes pasarte hablando horas y horas... Y para mí, esos son los mejores juegos.

¿A vosotros os pasa? ¿Y cuáles son esos títulos que os ponen la piel de gallina y los sentimientos a flor de piel? ¡Dejadme vuestros juegos favoritos en los comentarios!