En Bugbear deben tener algún tipo de acuerdo con una chatarrería, pues en la mayoría de sus juegos los coches terminan hechos unos amasijos de metal. Los creadores de la saga Fallout se embarcaron hace ya años en un proyecto muy ambicioso llamado inicialmente “Next Car Game” y que terminó por bautizarse como Wreckfest.

Desde 2014 el juego lleva en desarrollo, que se dice pronto. Primero con demostraciones técnicas que mostraban un nivel de destrucción y físicas espectacular, luego un largo periodo de Early Access en PC y finalmente esta versión final que llega a PlayStation 4 y Xbox One, con una actualización gratuita para los que llevasen tiempo disfrutándolo en compatibles.

Aquellos que disfrutaron en su día del gran Destruction Derby de PSX (juego que por cierto volvió con la PlayStation Mini) tienen sin duda una cita con este Wreckfest, que nos ofrece un festival de golpes, choques frontales, hierro retorcido y donde llegar intacto a la meta es misión casi imposible.

Wreckfest, no solo choques

Una de las cosas que hace bien Bugbear (y son unas cuentas aquí) es que ha sabido aportar variedad aunque pueda parecer que el juego esté condenado a la simpleza. Las carreras de Demolition Derby son solo una parte, una muy divertida, pero ni mucho menos lo único que tiene que ofrecer el título.

Empiezo pues repasando las distintas modalidades, y lo hago por el Modo Carrera, o Trayectoria, donde empezaremos con un simple coche y un calendario con varios desafíos donde habrá que ir labrándose una reputación, lograr victorias, ganar dinero y así ir mejorando nuestra máquina a base de nuevas piezas o comprar coches, muchos desbloqueables a partir de cierto nivel.

Las pruebas en este caso son variadas. Desde retos como eliminar un número de rivales en un tiempo limitado, terminar primero en una carrera, o simplemente ser el último coche de (más o menos) una pieza, como si de un Battle Royale se tratase, el juego sabe además premiar nuestro estilo, ya no solo cogiendo rebufos o realizando un buen derrape, también sabiendo provocar un buen accidente, sacando un coche de pista o haciendo que se embista contra un muro.

Todo suma, y esto hace que no solo nos divirtamos en las carreras, también tratemos de hacer las cosas bien y ganar el máximo de dinero y experiencia. Competiremos en un buen número de pistas donde hay de todo, solo asfalto, mixto, carreras de rally cross con rampas, loopings, circuitos en forma de X donde la intersección se convierte en todo un espectáculo de golpes y porrazos…

En el Modo Carrera encontraremos una nutrida selección de vehículos, desde auténticas bestias muscle cars, rancheras, ligeros asiáticos… y también los de los retos, donde ya encontramos autobuses, enormes cosechadoras, sofás motorizados (sí, habéis leído bien) y hasta ligeros cortacéspedes, que ofrecen distintas alternativas y se pueden adaptar al estilo de juego que queremos.

Tener un garaje nutrido y variado es vital, pues en muchas pruebas realmente necesitamos llegar primeros para avanzar y desbloquear nuevos campeonatos, y tal vez nos interese no entrar demasiado al choque y sí en esquivar y llegar a la meta con el coche más o menos intacto, por lo que interese un coche rápido y ligero, pero ese mismo coche de poco nos valdrá en una prueba de eliminación.

Habrá literalmente decenas de piezas distintas, y todas ellas desbloqueables con moneda del juego, algunas de ellas muy muy locas y divertidas, incluso cuernos de toro para el parachoques. También en el taller podremos pintar y añadir adhesivos a nuestro carro para hacerlo único. El nivel de personalización es muy bestia y al tener una progresión justa anima a cualquier jugador a querer completar todas las pruebas para, como digo, tener un garaje muy bien nutrido y listo para cualquier cosa.

Es cierto que con el paso del tiempo este modo puede resultar algo repetitivo. Tal vez haber introducido más elementos de gestión o retos más imaginativos, incluso algunos minijuegos absurdos, le habría dado un punto más de variedad, pero por suerte siempre podemos conectarnos en línea y disfrutar de su oferta, así como personalizar nuestra propia prueba offline para unas carreras rápidas donde simplemente queramos relajarnos, que el juego es de los que desestresan.

Multijugador, machacando en línea

Si el juego ya parece divertido viendo vídeos y gameplays, cuando te pones a los mandos es una auténtica locura, y si en el modo carrera y las carreras rápidas ya resulta muy gratificante gracias a una inteligencia artificial bastante competente, en su vertiente multijugador es directamente delicioso.

Hasta 24 jugadores en red se partirán la cara metálica, tanto en carreras clásicas con podio hasta las pruebas de demolición, donde por fin todos esos jugadores a los que les encanta chocar en cualquier juego de coches, incluso simuladores tipo Forza o Gran Turismo, podrán dar rienda suelta a sus instintos más bajos y pegarse un buen festín de golpes y jugarretas al rival.

Por supuesto el online permite personalizar el tipo de pruebas a las que queremos enfrentarnos, y en todas nuestras partidas no hemos experimentado lag. Es cierto que en algunos circuitos suelen montarse más embudos que en la Trayectoria, y que a veces el acoso de los otros pilotos humanos puede ser un poco frustrante si lo que queremos es ganar, pero es algo con lo que se cuenta.

Sensaciones jugables: Sobresaliente en Física

La mayor virtud de Wreckfest es su jugabilidad. Bugbear ha conseguido ofrecer un sistema de físicas impresionante que hace que la experiencia jugando sea magnífica. No solo a nivel visual los golpes y desperfectos en la carrocería están muy bien representados, sobre todo es el peso de los coches, el comportamiento diferente de un muscle, la tracción de una ranchera en grava o asfalto, el eje de giro de los cortacésped… cientos de detalles en los que te das cuenta del excelente sistema de representación de físicas.

Pero sin duda donde más destaca es en los choques, representados con suma violencia, muy distintos según el ángulo, la fuerza o la forma en la que tienen los coches de impactar contra nosotros o nosotros contra ellos, y ver cómo se van encadenando unos tras otros mientras las piezas saltan aquí y allá y tenemos, literalmente, dos docenas de vehículos dándolo todo, comportándose como deberían es un espectáculo.

La IA rival en el modo Trayectoria o los torneos personalizados es muy competente. Constantemente veremos que no solo compiten contra nosotros y se mantienen neutros entre sí (algo que pasa en muchos juegos arcade por desgracia), sino que su conducción es independiente del rival y su posición, y veremos maniobras muy locas a pocos metros delante de nosotros, rivales que se sacan de pista y nos obligan siempre a estar con los cinco sentidos puestos.

También me ha gustado el detalle de que cuando un rival choca violentamente con nosotros automáticamente queda marcado y el juego nos ofrece un extra de experiencia si se la devolvemos. Ya he comentado que el nivel de progresión y las recompensas en carrera nos anima a conducir con estilo, y resulta curioso que según como esté el estado de nuestro vehículo tenemos que decidir bien nuestra estrategia.

¿A qué me refiero? Si nuestro coche tiene muy dañado el motor y la parte delantera, tendremos que optar por chocar lateralmente para no correr el riesgo de destrozarlo totalmente y quedar fuera de la prueba. En ese sentido también podemos configurar los daños más o menos realistas, según el reto que busquemos, al igual que meternos a ajustar reglajes si es que nos gusta retocar un buen puñado de parámetros para aumentar nuestras posibilidades de victoria.

Por lo general nuestro coche terminará hecho un guiñapo, a veces con la transmisión destrozada, sin poder girar bien el volante… pero eh… siempre podemos “apoyarnos gentilmente” en otros coches para tomar una curva. Igual de divertido resulta ver como a nuestro alrededor se forman grescas, que podemos aprovechar para embestir lateralmente a un coche y dejarlo para el arrastre o ser conservadores y pasar de largo para sacarles a todos una buena ventaja.

Muchos definirán Wreckfest como un juego arcade, pero lo cierto es que todo su realismo en físicas le da un interesante punto de simulación, una mezcla que como digo funciona muy bien y divierte muchísimo.

Apartado gráfico... heavy metal

Otro de los puntos que sorprende es que el juego a nivel técnico está a la altura. En texturas, variedad y detalle de entorno, incluso detalles de los coches no es que destaque demasiado, pero sus puntos fuertes sin duda están en la representación de los choques y su ya mencionado (y nunca suficientemente alabado) sistema de físicas.

Los choques son espectaculares, violentos, ya he hablado del reparto de pesos, a veces encontramos decenas de colisiones y cientos de piezas por los aires, neumáticos volando, parachoques, cristales, chispas… en ocasiones sorprende que con tantos elementos a la vez en pantalla el juego vaya tan fluido, aunque es cierto que en momentos muy puntuales de alta carga sí se nota alguna ralentización.

El título también cuenta con una buena iluminación, menús vistosos y claros, un buen sistema de partículas… de notable alto, además de unos textos en castellano que siempre se agradecen.

A nivel musical encontramos una banda sonora que acompaña muy bien al tono general del juego, con temas de rock salvajes, y los efectos de sonido son muy contundentes y se distinguen los sonidos de los motores según el tipo de coche… sin olvidar el chirriar y los choques metal contra metal, que con unos buenos cascos casi hasta hacen daño.

Conclusión

He de reconocer que cuando probé este juego por primera vez durante la Gamescom de 2018 me entusiasmó (podéis comprobarlo en estas impresiones), y no veía el momento de comprobar el resultado final para saber si tan altas expectativas no se quebraban por una salida anticipada o una pobreza de contenidos.

Felizmente Bugbear ha tenido tiempo para lanzar un gran título, un juego que por desgracia no cuenta ni con la marca ni con la publicidad de otros, y me temo que muchos jugadores se quedarán sin probar y se lo perderán.

Es retante, es variado (tal vez el Modo Trayectoria se haga un poco repetitivo con el tiempo, es cierto), tiene un multijugador glorioso y cuenta con elementos suficientes para que lo queramos desbloquear todo y darle cariño durante meses... ¡Ah! Y encima sale a precio reducido, otro gran aliciente para darle una oportunidad.

Su gran punto fuerte es un motor de físicas sobresaliente que ofrece una jugabilidad tremendamente divertida. Si te gusta el motor y quieres descansar de los simuladores con coches ultradetallados que apenas se deforman, prepárate porque aquí vas a disfrutar, y el chatarrero que prepare las facturas de las reparaciones más todavía.

Dónde comprarlo

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