Los infectados están de moda, en unos días nos llegará Days Gone, el primer gran exclusivo de PlayStation, y hace poco pudimos disfrutar del magnífico Resident Evil 2 Remake, todo un éxito de crítica y público.

Resulta muy curioso que ahora, seis años después del estreno de World War Z (2013), la película de Marc Forster protagonizada por Brad Pitt, que a su vez se basó en la novela de Max Brooks escrita en 2006, nos llegue a estas alturas su videojuego, en pleno 2019.

Pero sin duda el universo de World War Z da para mucho y aunque bastante tarde, bienvenido el trabajo que nos propone Saber Interactive, y que ya tenemos disponible en PlayStation 4, Xbox One y PC.

Así que preparar las barricadas, armaros hasta los dientes y acompañarme en este análisis que vamos a liquidar a unos cuantos zetas.

Resistir, agruparse... lo que sea por sobrevivir

Si no conocéis el trasfondo de World War Z os lo cuento muy rápidamente. De la noche a la mañana una misteriosa epidemia ha hecho que millones de personas se infecten y se conviertan en "zetas", monstruos sedientos de sangre que muerden e infectan a una velocidad tan rápida como la que el virus les ofrece a sus piernas.

Su sed es tan espantosa que en pocas horas han invadido las principales capitales del mundo, dejando a la humanidad al borde de la extinción. Algunos pocos supervivientes se han encerrado pero la comida no dura para siempre y el hambre de los zekes sí. Su voracidad no tiene límites, y no descansarán jamás hasta encontrar un resquicio por el que colarse, entrar en masa y arrasar toda vida humana.

Si no habéis visto la película no os preocupéis, pues el juego únicamente está ambientado en ese universo post-apocalíptico plagado de infectados, pero la historia no tiene nada que ver.

De hecho aquí nos encontramos cuatro episodios independientes, y cada uno nos ofrece cuatro personajes distintos, sumando así un total de 16, cada uno con un trasfondo que podemos consultar en el menú del juego una vez los desbloqueemos jugando al menos un nivel con cada uno.

La campaña: Cuatro ciudades, cuatro historias

Cada episodio ofrece una ciudad diferente. En Nueva York controlaremos a cuatro neoyorkinos que se ven obligados a abrirse paso por sus propios medios al verse abandonados por el ejército. Deberán encontrar una forma de salir, y al parecer hay un tipo en el metro que podría sacarles pero no les va a salir barato...

Jerusalén por su parte lleva a cuatro supervivientes a atender la llamada desesperada de un científico que podría tener la clave para utilizar un super arma en un bunker militar. En Moscú los protagonistas encuentran una forma de combatir a los zetas cuando su intención inicial era únicamente saquear un helicóptero para sobrevivir.

Finalmente Tokio nos presenta a cuatro miembros de un equipo de rescate que debe emplearse a fondo para lograr evacuar a la población a través del puerto.

Lo cierto es que estas cuatro historias tienen una introducción de apenas segundos, son incluso más livianas que las que vimos en las Historias de Guerra de Battlefield V, un poco de contexto 10 segundos de escena previa, otros 10 segundos de escena final y ya está. Me habría gustado que la gente de Saber hubiese dedicado más recursos a contar la historia, unas cinemáticas, una longitud de los episodios superior, algo de desarrollo de personajes...

Cada episodio lo forman tres capítulos (salvo Tokio que tiene dos, en total son 11 pero llegará uno poco después del lanzamiento de forma gratuita) que podremos completar en unos 20-30 minutos por capítulo, así que la campaña entera nos puede llevar unas 5-6 horas.

Tendremos, eso sí, muchos motivos para rejugar cada capítulo. En primer lugar tenemos cinco niveles de dificultad, y la campaña, que siempre forma equipo de cuatro jugadores, se puede disfrutar tanto en línea como offline controlando la CPU a los tres compañeros restantes.

Grandes posibilidades de personalización

Como os decía, hay un total de 16 personajes y el juego cuenta con un enorme sistema de progresión y personalización para que vayamos teniendo motivos de sobra para ir mejorando, desbloqueando, adquiriendo y subiendo la dificultad.

Cada partida que completemos nos dejará unas tablas de clasificación para saber quién ha sido el que más zetas ha matado, más tiros en la cabeza, el que más objetos encontró, más variedad de armas usó, etc. y todo eso nos irá dando puntos de experiencia que podremos invertir.

Por un lado tenemos las mejoras de clase, donde encontramos seis clases en total: Pistolero, Destructor, Médico, Manitas, Rebanador y Exterminador. Estas mejoras van desde aumentar el alcance de las granadas, recargar automáticamente las armas no equipadas, adquirir potencia de arma superior  o velocidad bajo ciertas condiciones de recarga, realizar ataques cuerpo a cuerpo desesperados si nos quedamos sin munición... lógicamente muchas de estas mejoras también requerirán alcanzar cierto nivel, otro motivo para seguir jugando e ir subiendo.

Por otro lado tenemos la personalización de las armas, que de nuevo consume XP y podremos ir mejorándolas con cargadores de mejor capacidad, miras telescópicas, silenciadores... tenemos tres categorías de armas y un total de 18 armas sin contar las de cuerpo a cuerpo: Escopetas, fusiles de explorador, de asalto, carabinas, escopetas, rifles de francotirador, subfusiles, ballestas... vamos, que no iremos cojos.

Los modos multijugador: PvPvZ

Además de la campaña, que tiene motivos suficientes para ser rejugada durante meses para desbloquear todo y presenta un cooperativo online, tenemos un total de cinco modos multijugador competitivos, todos ellos por equipo, con diez clases distintas: Superviviente, trampero, especialista, veterano, fantasma, demoledor, incursor, apoyo, asesino y sombra.

Estos modos son Caza de Vacunas, donde hay que recoger una vacuna y mantenerlo en nuestro poder para ganar puntos de victoria para nuestro equipo. Dominación de Horda es el típico Captura de Zonas que también se juega por equipos y hay que de nuevo ganar puntos para nuestro squad. Rey de la Colina no hace falta ni que lo explique, Combate de Horda es dos equipos enfrentados a muerte. Finalmente Incursión de Saqueo es básicamente ir recogiendo los recursos esparcidos por el mapa o quitárselos a los enemigos caídos para ganar puntos y hacer que nuestro equipo gane.

La gracia de todos estos modos es que los zombis no dejan de aparecer, a veces de forma individual, a veces en despiadadas hordas, y son un elemento delicioso en las partidas multijugador, a veces tendremos que salvar nuestros traseros, pero también podemos aprovechar que atacan al equipo rival para liquidarlos, o dispararlos desde lejos y azuzárselos al rival.

Lógicamente se podrían pedir más modos o más variedad entre ellos, los existentes los hemos visto miles de veces y seguro que habrá quien crea que un Battle Royale o experiencias online más individuales habrían estado bien, pero creo que los que hay son suficientes teniendo en cuenta su precio reducido.

Donde sí tenemos algo de variedad es en los mapas, tienen un tamaño correcto y los suficientes recovecos y niveles para favorecer el enfrentamiento y provocar unas partidas muy intensas y divertidas, además en ningún momento hemos notado caídas o lag, así que la experiencia muy positiva.

Jugabilidad: Acción a raudales

Centrando un poco el análisis de la jugabilidad, especialmente en la campaña, todo se basa en formar un equipo equilibrado con el que poder hacer frente a las amenazas. Lo ideal es tener un experto en el fuego a distancia (Pistolero), un Pendenciero que maneje los explosivos, el Médico para curar al resto y el Solucionador que vaya suministrando a los demás.

Durante las partidas se nos presentan los objetivos habituales, en este sentido World War Z no logra sorprender nada... recoge suministros, activa el ordenador, cierra la escotilla... habrá momentos en los que nos dejarán un tiempo para preparar las defensas antes que venga la siguiente horda, y podremos buscar objetos defensivos como alambres de espino, una torreta de ametralladora automática, electrificadores, también levantar barricadas, apuntalar puertas y ventanas con madera, además de equiparnos con munición, botiquines, armas pesadas que van desde bazookas hasta motosierras...

No todo es disparar, hay zonas en las que deberemos pasar de forma sigilosa porque los zetas estarán en letargo, y si podemos evitar alertarlos mejor que mejor. También para eso es interesante usar las armas cuerpo a cuerpo o los silenciadores. Eso sí, si jugáis con el equipo controlado por la CPU olvidaos de esa opción, la máquina es de gatillo fácil.

Los enemigos también aportan cierta variedad en sus mecánicas. Existen los gritadores/screamers que debemos eliminar rápido, pues de no hacerlo seguirán llegando hordas y más hordas, también los Bulls que son tremendamente resistentes pero tienen un punto débil en la espalda, habrá acechadores que nos atraparán y necesitaremos que un compañero nos los quite de encima, los que sueltan una nube de gas tóxica, incluso los especiales que se separan de la manada y nos pueden sorprender por la espalda.

Las partidas son una locura, y aunque la CPU no se comporta mal del todo en ocasiones tiene comportamientos ilógicos... además de arruinarte cualquier oportunidad de sigilo no ayudan a construir defensas, no protegen a objetivos mientras tú estás haciendo otras cosas... básicamente nos toca a nosotros hacer todo mientras ellos se limitan a disparar, aunque al menos suelen salvarnos y curarnos siempre.

Tampoco hubiese estado mal un poco más de variedad en las misiones, introducir algo de conducción, potenciar más el sigilo con secciones completas en las que si nos cogen estamos muertos... aún así el juego se favorece de los episodios cortos para no caer demasiado en la monotonía.

Pero donde lógicamente se disfruta más la campaña es en el cooperativo con amigos. Mucho se ha comparado este juego con el mítico Left 4 Dead que nos dejó años de puro vicio, y no sabemos si este título tendrá el éxito de Valve, pero las sensaciones son muy parecidas.

El Swarm Engine es masivamente espectacular

Uno de los claros objetivos de Saber Interactive era que mientras jugásemos a World War Z sintiésemos y viésemos lo mismo que habíamos visto en la película, esas hordas descontroladas de zombis implacables, que tropiezan con obstáculos, se escurren en espacios estrechos, trepan unos encima de otros desesperados, montando escaleras de carne podrida avanzando inexorablemente hacia nosotros.

Gracias a su motor propio, el Swarm Engine, hay que decir que lo han conseguido con creces. En ocasiones el motor es capaz de presentarnos literalmente a miles y miles de zetas que vienen hacia nosotros en manadas, a veces a lo lejos, a veces acumulándose en una valla para escalarla penosamente, o atrapándose en un alambre, incluso cayendo al vació en un intento por atraparnos. Resulta espectacular.

El juego en sí gráficamente tiene altibajos. Es verdad que no posee ninguna ralentización, el motor en sí es una máquina perfectamente engrasada, y a nivel de diseño de personajes y armas vemos que todo está muy trabajado en los menús, pero durante el juego las caras de los personajes no es que tengan una representación muy detallada, podrían haber incluido mayor variedad de rostros y cuerpos enemigos y las animaciones son algo toscas, casi parecen de otra generación.

Por contra hay dos aspectos que destacar, por un lado la ambientación, unos escenarios que presentan ciudades arrasadas, maletas abiertas con su ropa esparcida, basura acumulada... decenas de detalles muy cuidados que sirven para meternos más en el mundo que nos rodea.

También el tema del gore me ha parecido magnífico, no faltarán las extremidades cercenadas, cabezas que vuelan con un headshot, miembros que estallan por los aires cuando lanzamos una granada a un grupo grande, y por supuesto mucha sangre.

Todo eso unido a una muy buena iluminación le da al conjunto un envoltorio bastante notable. Si hablamos del sonido nos encontramos una música que también consigue ambientar sin ser espectacular, aunque lo que sí pone los pelos de punta es el uso de los gritos y el sonido de las hordas acercándose, muy impresionante.

Las voces de los protagonistas llegan en inglés con subtítulos en castellano, algo que tampoco preocupa mucho porque no es que se dediquen todo el tiempo a hablar, aunque si no manejamos el idioma tocará leer.

Conclusión

Nos encontramos ante un juego que ofrece una grandísima diversión, tanto en su campaña cooperativa como en sus modos multijugador, un profundo sistema de clases, centenares de mejoras que desbloquear... se promete diversión durante meses.

Lógicamente que te guste la temática zombi es un plus, el título cuenta con un gran motor gráfico capaz de representar las hordas de zetas y su hambre insaciable como nadie, haciendo que vivamos en nuestras (sabrosas) carnes lo que solo pudimos ver en la película o leer en la novela.

Es cierto que una campaña más larga y con mayor cuidado por la narrativa, una IA más trabajada de los compañeros y algún modo solitario en el multijugador le habría venido genial, pero si miramos a qué precio llega de salida y todo lo que ofrece, no puedo más que recomendar World War Z porque seguro que lo vais a pasar en grande.

Dónde comprarlo

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