Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Raw Fury. Juego disponible en PC (versión analizada), PlayStation 4, Nintendo Switch y Xbox One.

Cada vez que jugamos a un juego roguelike de twin stick automáticamente pensamos en títulos como Nuclear Throne o Enter the Gungeon, que son un infierno de balas.

En estos juegos, decenas de balas de colores aparecerán en la pantalla para acabar con nosotros. West of Dead no es un infierno de balas, pero sí que vamos a tener que pasar por un infierno para salir del purgatorio.

Upstream Arcade, de la mano de Raw Fury, nos pone en la piel de un hombre que ha sido asesinado y ha acabado en el purgatorio. No tenemos ningún recuerdo de cuando estábamos con vida a excepción de una figura completamente vestida de negro, el pastor.

Para recuperar nuestra memoria tendremos que ir abriéndonos camino por las diferentes zonas que encontramos en el purgatorio, y así mandar a esas almas perdidas al lugar que les corresponde... las buenas al este, hacia la luz y las malas hacia el oeste.

Solo con esto tenemos un argumento digno de una película de tipo spaghetti western. Nuestro vaquero de cabeza llameante, a lo Ghost Rider, tiene una actitud digna de Clint Eastwood en uno de sus films, y para rematar tenemos la voz de tipo duro gracias al gran Ron Pearlman, el actor de Hellboy entre otros.

En busca de recuerdos

Nada más empezar, estaremos desorientados por la falta de recuerdos y buscaremos respuestas a base disparos hasta encontrarnos con un Wendigo y moriremos.

Una cosa hay que tener clara y es que vamos a morir, muchas veces. Al explorar cada zona, aparte de encontrarnos con todos los enemigos que nos quieren poner a criar malvas, encontraremos santuarios que mejoraran nuestras estadísticas y baúles que nos darán armas. Las armas también nos las podremos encontrar tiradas a lo largo de toda la mazmorra.

Tanto las mejoras de estadística como las armas las perderemos una vez muramos. Lo único que conservaremos serán las runas que consigamos al derrotar a jefes. Hay un total de 4 runas. Dos de ellas nos permitirán avanzar por caminos aleatorios, otra nos habilitará los portales que hay en cada zona para poder movernos más fácilmente por la mazmorra, y la última nos permitirá hablar con unas almas perdidas que encontraremos aleatoriamente por el mapa.

Con esta runa podremos llevar la dura carga de estas almas. Al hacerlo recibiremos una gran cantidad de recursos para la aventura, pero tendremos que acabar con un numero determinado de enemigos sin ser dañados. Si recibimos daño, moriremos.

Aparte de recolectar armas y armaduras, todos nuestros enemigos soltaran metal que podremos canjear en el mercader que hay en cada zona por los objetos que nos ofrezca, y solo algunos de ellos nos darán pecados. Los pecados nos servirán para desbloquear nuevas armas o pasivas para nuestra aventura.

No estamos solos en el purgatorio

Cada vez que muramos iremos al salón, un lugar regentado por el típico camarero del oeste que nos dará algo de información, y dónde también encontraremos a una señora que nos hablará sobre los carteles de “se busca” que encontraremos allí colgados.

Estos “se busca” nos dirán dónde encontrar a los proscritos, jefes que podremos encontrar en las zonas indicadas en los carteles. Al acabar con ellos conseguiremos recuerdos que tendremos que llevar a la bruja, que encontraremos al salir de cada una de las zonas.

Estos recuerdos nos ayudarán a conocer un poco más sobre la historia, pero son fragmentos muy pequeños y de diferentes momentos. A la par que desbloqueamos recuerdos nuestros, también gracias a ella, iremos desbloqueando armas y habilidades para nuestro personaje con los pecados que hemos mencionado anteriormente.

Todo pasa en la oscuridad

El juego nos recuerda en parte a los comics de Hellboy. Líneas negras muy gruesas, mucha oscuridad (muchísima) y muy poco detalle en todo el escenario. Esto lo podemos ver traducido tanto en nuestro personaje como en los enemigos y demás personas que encontramos en la aventura.

Hay un número decente de enemigos diferentes y con un diseño aceptable. Encontraremos enemigos que saldrán únicamente en una zona en concreto y otros con los que tendremos que lidiar más frecuentemente.

Algunos nos dispararán desde lejos como bandidos con escopetas o fusiles, y otros se lanzarán a por nosotros como los lobos. Todos tendrán dos barras, una verde que será su vida y otra blanquecina que si la bajamos podremos incapacitarlo por un par de segundos.

Las diferentes zonas por las que pasaremos como la granja, el pantano o las minas están muy bien ambientadas. Son áreas propias de las películas del oeste y en todas tienes la sensación de que algo te va a atacar y así será.  Las salas y lo mapas se generarán de manera procedural, pero después de varias vueltas parece que se repitan. Lo único destacable del diseño de salas son las salas con dos alturas conectadas mediante una escalera.

No esperes encontrar grandes gráficos porque no es su intención, más bien quiere jugar con las luces y las sombras y, de hecho, es una de las mecánicas más interesantes que encontramos en el juego.

A este entorno le acompaña una música de fondo que no está del todo mal. Una guitarra muy country que se pondrá más intensa y a la que le acompañaran otros instrumentos cuando empiece la acción, pero nada demasiado llamativo.

El sonido del viendo y especialmente el de las armas, tanto al disparar como al recargar es de las mejores cosas que encontramos en este apartado. Voces solo encontramos la de Ron Perlman. Una voz cansada y gruñona que queda perfecta, pero se siente sola.

Esto no es Hollywood

En la jugabilidad donde empezamos a encontrar problemas. Con un joystick nos moveremos, mientras que con el otro apuntaremos y utilizaremos los dos gatillos para disparar. Hasta aquí todo bien. Para “ayudarnos” al apuntar a un enemigo hará que las balas vayan hacia él, pero van a haber ocasiones en las que se te lancen dos o tres enemigos, empieces a huir, quieras disparar y tu pistola siga apuntando al primer enemigo y no puedas llenar de plomo al que tienes en la cara.

Las salas estarán casi completamente a oscuras y en las sombras estarán esperándonos para acabar con nosotros. Podremos intentar disparar a ciegas a los enemigos, pues sabemos desde que dirección vienen las balas, pero para contrarrestar esto en cada sala habrá unas lámparas que al encenderlas cegaremos a los enemigos durante un par de segundos. Momento que aprovecharemos para vaciarles el cargador.

El juego nos premiará jugar con cabeza. Nuestras armas tendrán como mucho 5 balas en el cargador, una vez las usemos tendremos que recargar y utilizar nuestras habilidades como un tomahawk o un fardo de dinamita para ganar tiempo mientras recargamos. Usando las coberturas, recargaremos más rápidamente y dispararemos de manera segura.

Estas coberturas se rompen y habrá que ir en busca de otra si queremos sobrevivir. En ese entonces es cuando deberemos esquivar las balas mediante los saltos con una cámara lenta como en las películas de acción. Las coberturas se regenerarán con el paso del tiempo, pero para entonces ya habremos vaciado la sala.

La cámara tiene complejo hollywoodiense, pues va cambiando el plano desde el que te enfoca y muchas veces nos hace flaco favor. En otras ocasiones se queda enfocando en mitad de una sala mientras estás en una esquina, intentando esquivar todo lo que te lanzan. El hecho de querer ser una película afecta a la jugabilidad de manera negativa.

Aparte de todos estos problemas, nos hemos encontrado con varios bugs como enemigos pacifista que no disparan, otros que parece que tiemblen del frío y otros que te pueden estropear la partida, como proscritos que van saltando de lado a lado de la cobertura sin hacer nada más, o proscritos invencibles que no quieren morir, directamente.

Conclusión

Estamos frente a un juego creado pensando en Hollywood. Ha puesto por encima la espectacularidad por encima de la utilidad y eso le ha pasado factura.

Tiene un buen argumento y características que lo hacen interesante y divertido. Al acabar una run quieres volverlo a intentar para ver si llegas más lejos, pero tiene mecánicas que hay que pulir.

Con un poco más de trabajo, habría quedado un juego más que notable, pero aún así los fans del género lo disfrutarán.