Keita Takahashi nos ha sorprendido a todos lanzando al mercado su nueva obra Wattam. El juego en un comienzo fue publicado en exclusiva para PS4 y Epic Games Store. Aunque ya ha sido anunciada su versión de PC en Steam.

Si bien el creador nos tiene acostumbrados a obras de nivel como Katamari Damacy, Wattam no parece cumplir las expectativas de la critica ni de los usuarios. Pero, ¿por qué?

Pues tras haberlo jugado ya os podemos contar las razones de las notas tan bajas que está obteniendo y daros un par de buenas razones a favor y en contra.

El juego es corto, y la historia escasa

Wattam, es un juego corto, de unas 3 horas de duración, que nos obligará a ponernos a los mandos de nuestro alcalde y sus vecinos.

Al comienzo tendremos una cinemática de unos cuantos minutos que nos explicará brevemente, y sujeto a nuestra interpretación, los antecedentes del mundo en el que vamos a pasar las próximas horas.

Esta introducción no dura demasiado, e instantáneamente nos presentarán al "protagonista" del juego.

Es cierto que no es un protagonista como tal, pero debido a sus mecánicas, el cubo verde que se denomina Alcalde será el personaje que más tiempo tendremos entre las manos.

Después de unas cuantas horas de juego, nos vuelven a presentar la misma cinemática del comienzo, pero comentada. No aporta mucho más. Y así hasta el final del juego, cuando nos terminarán de contar la historia del universo.

A lo largo de la aventura, nuestros habitantes se unirán al plantel poco a poco. Comenzamos con tan solo tres adorables monigotes, e iniciaremos un proceso en el que iremos haciendo amigos. Siempre podremos manejar cada uno de ellos, y tendremos que hacer diferentes misiones para atraer a más compañeros.

La base del juego es la transmisión de emociones y es que Wattam parece ser uno de esos juegos que quiere hacerte disfrutar, quiere que te rías cada vez que algo (o alguien) explote, cambie su forma o haga algo sorprendente. También quiere que te encariñes y sientas pena cuando alguno de tus monismos personajes llore.

¿Lo consigue? Pues eso dependerá de cada persona, en mi caso al principio del juego sí. Pero al décimo personaje que lloró lo que quería era matarlo yo mismo.

Una estética curiosa y divertida que encaja con Wattam

La estética de Wattam es bastante curiosa, está diseñada para atraernos. al menos eso fue lo que más me llamó la atención. Desde que nos encontramos con nuestro alcalde, ya me pareció interesante la manera en la que estaba diseñado en forma de cubo. Y es que hay que decir, que cada muñeco que aparece en el juego tiene su encanto, desde los arboles, hasta el teléfono que no para de llorar.

Wattam no se anda con florituras, no intenta ser lo que no es, sabe que debe ser simple y en eso basa todos los diseños, en su sencillez. Utiliza mayoritariamente colores planos, solamente se le añaden diversas tonalidades para crear sombras. Todo el ambiente está creado alrededor de ese mantra, y personalmente creo que encaja perfectamente en la dinámica del juego. El estilo artístico es uno de los puntos fuertes de este título.

La cinemática del juego tiene un enfoque completamente diferente. Este vídeo que se nos presenta en diferentes ocasiones posee un diseño diferente, ligeramente más sucio que da a entender que es un "recuerdo". Provocando una división entre la parte jugable y la historia del pasado.

Unos controles difíciles y poco intuitivos

Durante los primeros minutos la manejabilidad de Wattam no resulta un gran problema. El juego tampoco hace alarde de demasiadas mecánicas. Podemos saltar, trepar, agarrar con las manos a otros personajes, y hacer uso de una habilidad que cambia en función del vecino que manejemos o la situación. Pese a todo, cuando avanzamos lo suficiente, para tener un numero grande de habitantes los controles pueden llegar a ser un verdadero infierno.

Poco a poco, el sistema de cámara se vuelve engorroso. No es diferente a otros juegos, es una cámara móvil en tercera persona, pero cambia el control habitual.

Normalmente en casi todas las aventuras el angulo de visión se controla con el joystick analógico derecho. En Wattam se utilizan los gatillos.

Ese pequeño cambio es suficiente para desconcertarte durante un buen tiempo. Es verdad, que una vez acostumbrado, no supone un problema, pero se tarda. Más teniendo en cuenta, que esa palanca se utiliza para cambiar de personaje y también desplaza la cámara, centrándola en el habitante que seleccionemos. Este detalle puede provocar que nos desubiquemos totalmente.

Debido a la mala posición de la cámara, en ocasiones cosas que resultan fáciles, como escalar, se complican demasiado.

La selección de personaje tampoco es sencilla. Mientras tengamos un numero limitado de personajes no tendremos grandes dificultades, pero cuando vayan llegando más y más vecinos, nunca acertaremos. Para cambiar, hay que desplazar el joystick derecho hacia el personaje que queramos controlar, cosa que no es fácil. Menos aún cuando se encuentra lejos y reunido en un grupo con otros vecinos. Para indicarnos el cambio de personaje, el juego pondrá una gran flecha en su cabeza.

Existe una solución al problema, un sistema de selección dentro del menú del juego. Pero implica pausar la partida y buscar detenidamente. Demasiado complicado, sobre todo cuando estamos viendo a nuestro personaje en pantalla, y es que puede llegar a dar mucha rabia.

La aventura se vuelve repetitiva

El juego dura tres horas, no es muy largo, pero esto no quiere decir que no pueda provocar aburrimiento. Desde el comienzo nos irán enseñando las diferentes mecánicas. Podemos caminar y saltar, trepar, y realizar algunas acciones que se darán en situaciones especiales. Por ejemplo, dependiendo del momento podremos saludar, oler, volar, y otras tantas cosas más.

Una habilidad única del Alcalde y sus análogos, es que tienen un sombrero. Debajo de él siempre que se lo quiten, tendrán una bomba que estallará y hará saltar por los aires a sus amigos.

Pronto nos daremos cuenta, que el juego es una sucesión de misiones que consisten todas en lo mismo. Saluda, haz saltar por los aires, come, o haz un circulo con tus personajes.

Pese a que el juego tiene una duración limitada, sus misiones son siempre iguales, convirtiendo la experiencia de Wattam en algo repetitivo.

¿Como un juego así puede tener problemas de rendimiento?

He de decir que nuestra versión del juego ha sido jugado en una PlayStation 4 Slim, pero aun así, no cambia el hecho de que un juego tan simple tenga problemas para ejecutarse con fluidez.

Desde un principio el juego con pocos personajes todavía en escena, presenta bajadas de frames. Este problema se hace más evidente cuando utilizamos la habilidad del alcalde que hace saltar a los muñecos por los aires, y les crea una estela de humo a cada uno. La imagen se ha llega a quedar bloqueado en esa situación durante más de dos segundos.

Entiendo que maneja una gran cantidad de personajes y que no lo hemos jugado en la versión Pro de la consola de Sony. Sin embargo el juego no tiene una gran potencia gráfica, ni una alta calidad de texturas. Todo parece indicar que se trata de un fallo en el juego o una falta de optimización para la plataforma.

Conclusiones

Wattam es un juego bonito, con una estética curiosa y trabajada que nos intenta transmitir una gran variedad de emociones. Sin embargo, este hechizo no tarda en desvanecerse cuando tenemos que lidiar con unos controles muy complicados y poco finos. La escasa variedad de misiones y la repetición de las mismas no ayuda a sumergirnos en la experiencia que ofrece.

Podría haber sido mucho más y es una pena. Es un juego original, un sistema curioso y único, pero nada más. La historia tampoco es nada del otro mundo y por lo tanto te deja sin argumentos a la hora de defenderlo.

Hay que destacar que puede ser un juego entretenido sobre todo para los más jóvenes. Y merece la pena al menos probarlo si podéis haceros con él a precio rebajado.