Hoy nos sumergimos en una aventura inspirada en Escandinavia, en al postguerra de la Segunda Guerra Mundial, pero aunque lo pueda parecer, como excepción en este mundillo la guerra es lo de menos. En esta ocasión no es más que una contextualización de una historia donde el principal elemento es la amistad.

Con sus luces y sus sombras, Troll and I nos acerca a la historia de Troll y de Otto, un adolescente que vive en un campamento de Escandinavia y que, por ciertos problemas que surgen al principio de la historia, se ve huyendo hacia las garras de Troll. Éste, lejos de atacarle tal y como rezan las leyendas, le ayuda en un viaje que ni él mismo sabe, a priori, cuál es el destino. A partir de ahí, la amistad que se irá construyendo entre el muchacho y Troll no te dejará indiferente.

Este título está desarrollado por Spiral House y editado por Maximum Games, y han sabido mantener completamente a la comunidad en vilo con él, intentando incluso establecer (o quizá aprovechar el tirón de The Last Guardian), ya que a priori puede parecer que la historia tiene puntos en común. Ya te adelantamos que son como la noche y el día, pero sobre todo, vamos a intentar dilucidar si el juego ha conseguido transmitir lo que esperábamos de él. ¿Nos acompañas?

Jugabilidad un poco justa

Cuando empezamos el juego nos encontraremos bastantes problemas para hacernos con los controles: imprecisión, son muy toscos y no quedan demasiado claros. Todo es acostumbrarse, claro que sí, pero desde el principio notamos que algo no iba demasiado bien.

Está claro que el juego se puede jugar perfectamente, sin ningún tipo de problema, y los controles, aunque toscos, te permitirán seguir la historia con un ritmo normal, salvo por que tengas que subir varias veces a alguna plataforma como consecuencia de la imprecisión en los controles de la que te hablábamos.

El problema es la comparación. Hoy en día estamos acostumbrados, cómo no, a controles casi perfectos, cámaras que se comportan bien salvo raras excepciones, combates precisos…y en este caso el juego se queda a medio camino - sobre todo en los controles y los combates, que son verdaderamente pobres – entre unos controles decentes y bastante malos.

El juego tiene, eso sí, algunas mecánicas cooperativas interesantes, y destaca la interacción entre nuestro amigo enorme y peludo y nosotros, una relación tan de moda últimamente tanto en videojuegos - con el mencionado The Last Guardian - como en el cine, con películas como Mi Amigo el Gigante o Un Monstruo viene a verme.

Modo multijugador local

Este es el apartado en el que Troll and I sale favorecido, pues la inclusión de la posibilidad de jugar en un modo multijugador local cooperativo es bastante atractivo. Si no tienes a nadie con quién jugarlo, no te preocupes, pues tendrás la oportunidad de ir alternando entre Otto y Troll para resolver todos los puzzles y seguir avanzando.

De eso se trata prácticamente todo el juego, ir resolviendo puzzles a través de la fabricación de distintos objetos por parte de Otto o del uso de poderes mágicos de Troll. La interacción entre ambos será esencial y, en el caso de que juegues tu sólo, será completamente obligatorio que juegues con los dos, pues la IA del personaje no seleccionado no es ninguna maravilla.

Nos toca decir que el juego se hace bastante más pesado si lo vas a jugar solo, pero jugarlo con alguien le da otra vidilla y otra perspectiva. Nuestra recomendación es jugarlo acompañado de forma casi obligatoria, hacerlo así hace que el juego sea mucho más disfrutable sin duda.

Un apartado técnico mejorable

Aquí el juego se desmarca completamente de lo que viene siendo usual con el apartado artístico. De verdad que hemos intentado buscarle la belleza, pero no la hemos encontrado. El título luce con unos gráficos totalmente desfasados y unos problemas con la cámara que hacen la experiencia, en algunas ocasiones, algo abrumadora.

Además, tenemos el gran inconveniente de que cuando jugamos con Troll, la pantalla (da igual cuántas pulgadas tenga tu televisor) se te quedará tremendamente pequeña. Esto dificulta realmente el juego, pues no verás la mitad izquierda del televisor.

Los efectos sonoros están bien conseguidos, y la tensión se transmite bien a través de la música, pero son escasos, y pronto se te antojarán algo repetitivos. A esto le debemos sumar que las animaciones cuando recogemos los objetos por todos los escenarios son algo pesadas, y no se pueden saltar. Desde luego no es algo que arruine tu experiencia de juego, pero se podría mejorar en este sentido.

¿Y la dificultad?

El juego en sí no ofrece una dificultad elevada, y además tenemos la opción de elegir entre tres modos de dificultad que altera el daño que provocas y el daño que te hacen los enemigos. Mas allá de esto, poca personalización encontrarás.

Hay distintos enemigos (con un diseño muy muy pobre) con distinta dificultad, pero ninguno será un serio problema para Troll, que se los ventila de un plumazo a todos (eso si atinas a la primera).

Lo que sí echamos en falta es un poco más de ayuda al principio, pues no está muy claro cuál es el siguiente paso, pero cuando lleves jugando un rato lo verás todo de una forma intuitiva y no tendrás muchos problemas.

Conclusión

Estamos ante un juego muy ambicioso por parte de la compañía, y con unas intenciones tremendamente buenas. Con unas premisas parecidas a The Last Guardian, predicando la amistad como valor principal, se desmarca completamente de éste y nos propone una acción mucho más ajetreada, con toques de supervivencia y una historia buena pero que la forma de contarla se queda algo corta.

Los problemas técnicos no llegan a arruinar la experiencia completamente, por supuesto que no, pero convierten lo que podría haber sido un buen juego en algo más que una experiencia de no mucha calidad en la que se notan las buenas intenciones por parte de los desarrolladores. Quizá de haber pulido esos aspectos habríamos tenido un título altamente recomendable.

Al no ser así, le damos un aprobado justo a un juego que claramente no ha llegado a las expectativas que habíamos puesto muchos en él. Muchos problemas del título se podrían corregir mediante actualizaciones o parches, y por supuesto, los esperamos como agua de mayo. Los problemas de fondo seguirán, pero harán del título algo más agradable.