Bienvenidos a la Nave del Misterio. Hoy os hablaremos de unos extraños sucesos que tuvieron lugar en los años 30 en la pequeña ciudad de Little Fish City. Aquí hay indicios de un ataque alienígena: mocos verdes por las paredes, platillos volantes estrellados y abandonados,  muchos, muchos casquillos de bala. Hoy os hablaremos de Timothy vs the Aliens.

Timothy vs the Aliens es un videojuego de acción, plataformas y aventuras con una estética noir muy llamativa. Desarrollado por el estudio valenciano Wild Sphere gracias a la iniciativa PlayStation Talents en colaboración con Lanzadera, nos sitúa en una ciudad americana donde controlaremos a Timothy, un orgulloso gánster que ha visto su ciudad atacada por unos alienígenas… y no puede dejar que eso ocurra.

¡Nos atacan los aliens!

Timothy es un gánster de lo más clásico. Little Fish City su ciudad. Y unos cuantos alienígenas no van a poder con él. Nada más comenzar, podemos ver la fuerte personalidad de nuestro protagonista y cómo reclama la ciudad como suya. Cualquiera le lleva la contraria con esa pinta de malote. Y al poco… ¡Alienígenas! Unos bichos naranjas y verdes empezarán a hacernos la vida imposible persiguiéndonos, apareciendo de repente por nuestra espalda y arrinconándonos. Y cuando parece que te deshaces de ellos lo ves en el cielo… ¡Una gran nave alienígena! Esto solo puede ir a peor.

Lo que más llama la atención es su estética en blanco y negro, recreando con más autenticidad ese estilo años 30 de las películas de antes. Por supuesto, el resto de elementos van al compás: coches clásicos, las vestimentas, las armas, etc. La nota de color la ponen los alienígenas, pues será lo único que veamos en color: a ellos, sus naves y las manchas de sangre y babas que dejan cuando nos los cargamos. Aquí mencionaré que aunque parezca un juego infantil hay que recordar que tiene una clasificación de PEGI +12.

Timothy tendrá cuatro armas donde elegir: revólver, metralleta, escopeta y magnum. El revólver viene por defecto y con balas infinitas; la metralleta la conseguiremos con la historia y las otras dos armas las tendremos que comprar. Después de completar la primera segunda importante tendremos acceso a la tienda. Aquí también podremos comprar munición de armas que ya tengamos, un objeto para recuperar salud y llaves. Las llaves son un elemento importante del juego, pues como buen plataformas necesitaremos abrir puertas cerradas para avanzar. Además, una de estas llaves será la que nos dé acceso a todos los coches de la ciudad.

Pero Timothy también oculta un secreto: una carta en su sombrero. Con esta carta, que no desvelaré su origen pues se descubre en el juego, nuestro personaje podrá ralentizar el tiempo para sus enemigos. Mientras los monstruos intentan atacarnos a cámara lenta, Timothy se moverá a velocidad normal y acribillará a balas a todo lo que pille. Es muy simple y a la vez nos salva el pellejo en más de una ocasión. Y la música de fondo también se ralentiza, lo que deja un efecto muy curioso y divertido. Pero este poder tiene un tiempo limitado. ¿Adivináis cómo se recarga? Con moco verde que sueltan los alienígenas al morir.

En cuanto a personajes, el juego cojea un poco. Conocemos a Timothy y a un par de personajes más a lo largo de la aventura, pero será una suerte si les vemos en más de dos ocasiones a cada uno, y es que lo normal es que hagan una única aportación a la aventura y no sepamos más de ellos. Sobre los alienígenas, también vemos poca variedad. Están los más comunes naranjas y verdes, otros más difíciles y por último uno que vuela en su platillo personal. No podía faltar un gran enemigo final. Los encuentros con los monstruos no tienen más dificultad que la de sobrevivir a sus simples golpes.

Cómo sobrevivir en esta ciudad

El mapa en sí es un mundo abierto, teniendo la ciudad al completo a nuestros pies para explorar. Cada pocos pasos por el mapa y rompiendo cajas encontraremos billetes. Con este dinero podremos comprar más adelante armas, munición o llaves. También encontraremos coches de lo más clásicos aunque, al igual que las compras, no podremos acceder a ellos hasta avanzar un poco más. Ah, y no nos olvidemos de los monstruitos naranjas y verdes.

Hablemos del mapa. Puede parecernos grande en un principio, pero al ir recorriendo la ciudad nos daremos cuenta de que las calles no están muy separadas y se tarda muy poco en recorrerlo de punta a punta andando, ya no te digo en coche. Lo que sí es interesante son los edificios que podemos recorrer pero hacia arriba, subiendo por algunas escaleras, saltando a trozos de madera colgantes y más hasta llegar a la cima. No forma parte de ninguna misión pero descubriremos algunos secretos.

¿Hay coleccionables? En efecto, y unos muy ricos. Un personaje nos pedirá que encontremos por la ciudad 60 perritos calientes, y no penséis que están todos a plena vista. También hay unos pequeños monstruitos, esta vez buenos, que nos proporcionarán mejoras de vida y de poder. Aquí es donde interesa escalar todos los edificios y rebuscar en los rincones.  Y también habrá que currarse su búsqueda, pues están escondidos en cajas de madera que podemos romper. Además, hay un objetivo perdido en un laberinto. ¿Puede tener más secretos esta ciudad?

Aquí debo hacer una pausa. Todos estos coleccionables están muy bien para animarte a estar más tiempo explorando o rejugar el juego. Pero en relación a los perritos calientes, la búsqueda de éstos comienza cuando hablas con el personaje que te lo propone, y eso no ocurre hasta mitad de juego más o menos. Eso hace que si queremos volver a la ciudad para encontrar los coleccionables por placer o por el trofeo nos veamos obligados a jugar un buen rato y entonces empezar a explorar, porque hacerlo antes es tontería. Y además será obligatorio también empezar una nueva partida, pues la que terminemos, si bien podemos seleccionar “Continuar” en el menú principal, solo nos muestra la cinemática final, nada de empezar a jugar desde el último punto guardado donde podamos controlar nuestro personaje. Los coleccionables son un punto a favor… la mecánica para conseguirlos un punto en contra.

La duración es otra de las cosas en las que no sobresale este título. Si te olvidas de explorar y vas directo a cumplir objetivos, la partida rondará las 3 horas de duración. Por supuesto, los coleccionables le añaden duración, pero eso ya depende de cada uno. Tampoco hay una opción para aumentar la dificultad del juego, que de por sí no es nada alta.

Parte técnica

Los controles son muy sencillos. Los movimientos son los básicos: saltar, correr, apuntar, disparar, curarnos y usar la habilidad especial. También podemos mirar el inventario, el mapa y cambiar de arma sin ningún menú. Todo muy accesible para aquellos que incluso no sean jugadores habituales. En este apartado tengo algunos “peros” que añadir.

Los saltos son importantes pero pueden llegar a desesperar en algunos momentos, cuando un salto algo alejado que ya hemos comprobado que es posible falla las siguientes veces. La opción de correr es la que nos permite romper cajas. Quizá ese fuera su objetivo principal, pero en el juego se nos presenta también como una posibilidad de avanzar más rápido. Pero descubrimos que al movernos corriendo los giros del personaje son muy duros, por no decir prácticamente inexistentes, lo que dificulta la movilidad. El cambio de arma directo, sin pasar por el menú, es bastante duro de entendederas y hace falta insistir para que nos haga caso mientras el peligro nos sigue acechando.

En la conducción, los giros solo son posibles cuando estás acelerando o dando marcha atrás, pero las calles son estrechas y a veces no puedes girar si no dejas de acelerar… pero entonces no puedes girar. Es la pescadilla que se muerde la cola y puede llegar a ponernos un poco nerviosos. Además, la cámara queda inutilizada. Es verdad que la conducción solo es obligatoria en una misión y que si le coges el truco no es tan difícil, pero cuesta y ya de tenerlo podría haber sido mejor.

A una enamorada de lo clásico y lo noir como soy yo, los gráficos me han encantado. El estilo cartoon le sienta muy bien a este juego, y está muy bien representado todo. El blanco y negro es una maravilla, pero el contraste que hacen los alienígenas no podía haber sido más acertado.

En el tema del sonido, me siento algo contrariada. La música que suena juego conecta a la perfección con el estilo del juego. Es justo lo que necesitaba ese ambiente para quedar absolutamente perfecto. ¿El problema? Solo suenan dos canciones diferentes: una la de por defecto y otra al comenzar ciertas misiones. Cuando acaba la canción, que no dura poco, hay unos segundos de silencio, pero luego vuelve a empezar. Entiendo que no es precisamente un juego con un enorme presupuesto y la música, insisto, es exquisita, pero después de estar un rato explorando la ciudad con la misma canción todo el tiempo hace que bajes un poco el volumen y suene más de fondo. No hay voces, solo textos en español.

Conclusión

Timothy vs the Aliens nos presenta una clásica ciudad como nunca antes habíamos visto, y con unos curiosos y coloridos visitantes. Es entretenido porque nunca se repite y cada misión es única, pero por desgracia su duración hace que podamos terminar el juego en una tarde además de que su historia no tiene mucha profundidad. Pero al menos el rato que estemos con él nos mantendrá concentrados, además con un buen acompañamiento de fondo en forma de música.

Sí me habría gustado que hubieran dado una vuelta más a los controles en general y añadir quizá a algún personaje que nos acompañe o algo menos que veamos más a menudo. Otro par de monstruos finales arreglarían el tema de duración y se aprovecharía más el mundo abierto, pues al fin y al cabo son escasas veces las que nos movemos por él y el explorarlo es opcional cuando podría haber dado mucho más juego.

Si te gustan las plataformas y esta ambientación (y aunque no, seguro que te enamora al jugarlo), no dejes pasar este llamativo título. Y ahora perdonadme, tengo que ir a resolver unos asuntos.

Timothy vs the Aliens 1