Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Dead Good, juego disponible en PC, PS5, Xbox Series X|S, PS4 (versión analizada), Xbox One y Nintendo Switch.

Viviendo una era en la que los battle royale están muy a la orden del día, no es de extrañar que cada vez más estudios quieran probar suerte introduciendo nuevas ideas al concepto, e innovando muchas otras.

Este es el caso de Super Animal Royale, lo nuevo de Pixele y Modus Games, que llegó por sorpresa durante la ya pasada Gamescom y que da un nuevo giro de tuerca a lo ya conocido en este género tan explotado.

En AllGamersIn no hemos perdido la oportunidad de probarlo y trasmitiros nuestras impresiones, y es que tras muchas horas de vicio animal, ya podemos concluir que nos ha parecido esta obra.

Bienvenido a la isla de los animales

La propuesta jugable es básica, caemos en paracaídas en una isla de dimensiones proporcionadas -aunque se queda corta con lo visto en otros títulos del mismo género-, y tan rápido como caigamos debemos hacernos con un equipo de armas y munición adecuado para no caer en desgracia.

El primer detalle que salta a la vista respecto a otros battle royale, es el hecho de que jugamos con una cámara torre inclinada con gráficos en 2D. El segundo... que todos los jugadores somos animales.

Al igual que en muchos juegos, empezaremos la partida eligiendo en que parte de la isla saltamos.

Y es que aunque ya profundizaremos más adelante en el tema de las criaturitas, podemos asegurar que el juego derrocha simpatía y originalidad. Ya no es tanto el hecho de que han conseguido crear un battle royale que diste de parecer una imitación de los ya vistos, si no más bien, de que nos invita a jugar con cada partida y a disfrutar de ello riéndonos por las situaciones que se puedan dar.

Literalmente, el juego tiene lugar en un pseudo parque zoológico, y como tal, el número de zonas que hay para ocultarnos de nuestros adversarios (o emboscarlos) es bastante amplio.

Una zona ártica, otra desértica, un bosque de bambús... la variedad de escenarios es bastante amplia pese a ser un mapa más limitado que lo visto en otros del género. Y es que, aunque el mapa es más pequeño, no necesitamos que sea mayor, pues como veremos más adelante, tampoco vamos a poder disfrutar demasiado de las vistas.

Pese a que el mapa no es muy grande, cuenta con mucha variedad de escenarios.

Las limitaciones del género muy presentes en este mundo animal

Aunque el apartado visual derrocha simpatía y buen hacer, bien es cierto que el juego podría aspirar a más, y es que cuenta con otros detalles que desfasan demasiado en comparación de otros.

Por ejemplo, el número máximo de jugadores en pantalla es de 64, valor que aunque nos parece algo bajo, se adapta muy bien a las dimensiones del mapa, y es que no tardaremos ni 10 segundos en estar mano a mano contra otro jugador.

Esto agiliza demasiado las partidas, y es que los encontronazos se hacen muy cortos. Digamos que la resistencia a las balas de nuestros personajes son bastante baja, y aunque llevemos un buen blindaje, no tardaremos demasiado en estar de rodillas suplicando por nuestra vida.

Debido a las dimensiones del mapa, no tardaremos mucho en terminar cada partida.

Otro detalle que no terminamos de pillar es el hecho de que, al igual que en los demás battle royale, la base del escenario jugable se va reduciendo cada vez más, provocando que aunque cada vez queden menos jugadores, sea inevitable que nos encontremos al quedar cada vez menos terreno por el que movernos.

Sin embargo, en este juego, la nube de gas tóxica que sirve para ir delimitando el terreno, avanza demasiado rápido. Tal es así, que llega el punto en el que como estemos lejos de la zona libre, tendremos que correr sin parar para poder salvarnos.

Y es que aún estando dentro de los límites de la zona segura, tendremos que estar en constante movimiento y sin parar, pues esta no para de reducir a un ritmo vertiginoso desde el comienzo de la aventura.

Esto se traduce en que las partidas son muy cortas, y seguramente en 5 minutos ya hayamos rendido cuentas con nuestros rivales.

Esta opción dependerá de gustos, y habrá quienes prefiera poder echar muchas partidas seguidas pero más cortas, en vez de otras que inevitablemente son más largas como en Fortnite o PUBGS. Para gustos colores, y nosotros agradecemos que añada algo de variedad al género en este aspecto.

La nube de gas tóxica que limita el mapa, avanza demasiado rápido para nuestro gusto

El escenario, una fiel recreación del mundo animal... en guerra

Como última limitación, y por querer rascar un poco más, podríamos mencionar el hecho de que la cámara torre inclinada, no da mucho pie a la estrategia. En el momento en el que entremos en el campo de visión del enemigo, la única forma que tendremos de ocultarnos de ellos será salir por patas y alejarnos.

Olvidaros de levantar muros, esconderse detrás de una pared, o planificar un ataque en grupo. Una vez más, este apartado dependerá de los gustos del jugador, y quien busque una visión más desenfada, frenética y directa del género, encontrará en Super Animal Royale, un referente.

Aunque eso no quita que en el escenario se puedan hacer muchas cosas. Al igual que en otros del género, tendremos que abastecernos de armas, munición y otros objetos que pondrán a prueba nuestra capacidad de supervivencia.

Pese a no ser muy amplio, hay mucha variedad en el escenario.

Nos ha gustado mucho el hecho, de que todo el armamento -sin contar las armas de juego- han sido bien localizadas al mundo animal. Por ejemplo la piel de plátano nos será de gran utilidad.

Y si buscamos algo que añada frescura al género, tenemos la bola de hámster, que no solo nos permite desplazarnos más rápido, sino que además sirve de protección y nos permite arroyar enemigos con ella.

También encontraremos otros elementos por el escenario que nos permitirá abastecernos antes de la contienda, como algunas setas, que dependiendo de cuales comamos tendrán efectos distintos -sin llegar a resultar demasiado nocivas-.

En definitiva, aunque el escenario abarca menos opciones que otros títulos, nos gusta el resultado, y como ya hemos dicho, Super Animal Royale está más enfocado a un público que busca partidas más rápidas y frenéticas. Una opción totalmente aceptable y que habrá quien ame o deteste.

La variedad de armas y situaciones que puede provocar, es enorme.

El reino animal como nunca antes lo habías visto

Llegamos a uno de los aspectos que más nos ha llamado la atención, y es que aunque el juego no llega a ser un portento gráfico, si incluye muchas opciones de personalización.

A la hora de personalizar a nuestro animal, no solo nos limitaremos a elegir ropa y complementos. Y es que contaremos con una gran variedad de especies dentro del mundo animal, permitiéndonos desbloquear incluso a las subespecies de las mismas.

Las opciones de personalización es enorme, y no depende demasiado de micropagos.

De este modo, si elegimos ser -por ejemplo- un perro, podremos desbloquear varias especies del mismo, al igual que con otros animales.

Y es que pese a estar ante la primera temporada del juego, el abanico de posibilidades es bastante amplio, y tenemos muchas opciones para desbloquear.

Lo mejor de todo, es que no necesariamente necesitamos pagar por ello, ya que aunque hay pases de temporadas con objetos exclusivos. Tanto los puntos para el pase, como los materiales necesarios para desbloquear nuevas especies, se pueden conseguir a base de jugar.

Recordad que podemos jugar con usuarios de otras plataformas, así que poneros guapos.

Eso sí, hay bastante variedad a la hora de ganar recompensar por ganar nuestras partidas, y no siempre podemos conseguir lo que buscamos -aunque quizás en un futuro si tenga cierta utilidad-.

En definitiva, creemos que aunque está bastante libre de pagos, hay muchas opciones de compra disponible, y la personalización de nuestros jugadores está muy bien cuidada, mucho más que en otros títulos.

Para quienes busquen más, recordad que también hay pase de temporada.

Audiovisualmente es... una animalada

Creemos que gráficamente ya hemos definido en muchos aspectos este título, pero si tuviéramos que buscar algo más, diríamos que nos ha encantado el diseño tan agradable y divertido que podemos conseguir con nuestros animales.

Aunque tan no es así en los escenarios, que reciclan algunos elementos -pese a estar en zonas distintas- y no nos resulta tan graciosos como cabría esperar de un título que busca hacer humor.

Donde si hemos quedado totalmente maravillados, es en el apartado sonoro, ya que aunque las partidas no cuentan con música, los menús si, e invitan a la tónica habitual tan simpática del título.

Las opciones a la hora de crear nuestro animal, son enormes y nos encanta.

Igual pasa con los efectos sonoros, que aunque resultan muy típicos en su vertiente de disparos, han buscado una fórmula para que resulten más animalados y graciosos.

También cabe destacar el hecho de que, pese a no ser de grandes gráficos, abarca una partida de 64 jugadores con una tasa de refresco bastante alta, cosa que agradecemos en un juego cuyas partidas son tan rápidas.

Para concluir, debemos agradecer también el hecho, de que cuenta con juego cruzado entre sus versiones desde el día de lanzamiento. Nosotros hemos jugado a la versión de PlayStation 5, y ya podemos adelantar que como mínimo, hemos visto a jugadores de PC en nuestras partidas.

Conclusiones salvajes incluso para ser un animal

Super Animal Royale nos ha parecido una opción muy grata dentro del género de los battle royale. Partidas ágiles, controles sencillos, y muchas opciones de personalización.

Aunque quizás podríamos pedir algo más de profundidad en su fórmula, creemos que es bastante acertada para un público concreto que busca partidas de pachangueo y unas risas.

También agradecemos, que pese a contar con micropagos, son bastante omisibles, y agradecemos no tener que pagar por acceder a determinados contenidos. Así como sus opciones de personalización, tan completas como divertidas.

En definitiva, estamos ante una propuesta de battle royale, que sin innovar demasiado -más bien poco- consigue engancharnos y hacer que lo disfrutemos, siendo una opción muy válida para quien busque algo diferente.