Este análisis ha sido realizado gracias a un copia digital facilitada por Playstation España. Juego actualmente disponible en Nintendo Switch, Xbox One, PlayStation 4 (versión analizada) y PC.

Algunos de vosotros vais a tener unos días libres gracias a las fiestas así que quiero aprovechar para contaros un poquito mi experiencia jugando a Summer in Mara así, si os gusta, lo podréis disfrutar en estas fiestas.

Summer in Mara es un juego desarrollado por el estudio español independiente Chibig, que narra las aventuras de una jovencita en un encantador archipiélago tropical.

Un juego para toda la familia que combina la simulación de granja con aventuras, elaboración de objetos y gestión de recursos. Un juego bastante completo y con un mensaje muy importante detrás.

Vacaciones en el mar

Comenzamos el juego en una pequeña islita con Koa, nuestra protagonista. Koa es una niña alegre, curiosa, trabajadora y servicial, aunque también algo osada a veces. Fue rescatada del mar por Yaya Haku con quien ahora vive. Durante su estancia Koa aprende alguna de las habilidades básicas para vivir allí.

Así nuestra protagonista aprende a cosechar, recoger frutas de los árboles, pescar... En definitiva, a aprovechar los recursos naturales de su entorno. Gracias a esto, también aprende la importancia de respetar el ecosistema y cuidar del medio ambiente. Y, de paso, nos da una lección ecofriendly sobre como cuidar el planeta.

Estas mecánicas sobre la gestión de recursos y la agricultura ya habían sido desarrolladas por el estudio valenciano en su juego Deiland. Sin embargo, en Summer in Mara se nutren de lo aprendido y alcanzan su máximo esplendor integrando en el juego estas mecánicas y llevando estas actividades al siguiente nivel.

Koa la exploradora

Una vez que avanzamos un poquito en el juego Koa decide marcharse para conocer que hay más allá de las costas de su isla y se embarca en un viaje para descubrir el mar de Mara. De esta manera iremos desbloqueando nuevas zonas que la pequeña tendrá que explorar.

Eso sí, no por mucho tiempo, pues Koa tendrá que volver a su isla cada cierto tiempo para recoger nuevos recursos y reponer fuerzas. Al fin y al cabo ya sabéis lo que dicen: “Se está mejor en casa que en ningún sitio”.

Una de las cosas que más me ha gustado es que durante sus aventuras veremos como la barra de cansancio de Koa se va agotando. Esta barra controla las actividades que puede hacer nuestra amiguita a lo largo del día. Así, por ejemplo, cuando se hace de noche o tiene hambre la barra se consume mucho más deprisa. Así el juego nos obliga a gestionar el tiempo y a adaptarnos a su ciclo día/noche.

Una cantidad de misiones descomunal

Tanto la superficie del mapa como la cantidad de zonas disponibles para explorar me ha parecido bastante aceptable. Pero sobre todo cabe destacar, entre todos los lugares a los que Koa puede ir, la isla de Qälis.

En esta extensa isla hay una cantidad inmensa de misiones, de hecho son tantas que, en este punto de la historia, el juego se vuelve un poco lento y te hace perder el ritmo. Aun así Qälis es una maravilla y en ella se encuentran la mayoría de personajes con los que puede interactuar Koa.

Eso sí, los escenarios son totalmente exteriores. Cuando entramos a una casa o habitación no vemos el interior, sino simplemente la actividad que vamos a realizar dentro de ella (fabricar una nueva herramienta, por ejemplo).

Cojea un poco en el apartádo mecánico

A nivel técnico el juego destaca por ser increíblemente bonito, sus paisajes son preciosos y los diseños de los personajes muy divertidos.

Los controles sí que salen un poco peor parados, pues a veces son un poco toscos o aparece algún bug en el que Koa se hunde misteriosamente en el mar (sin ahogarse, afortunadamente) o algunas caídas de frames al llegar a algunas zonas más amplias. Además la posición de Koa no aparece en el mapa, lo que dificulta un poco la navegación por las zonas.

En el apartado sonoro también se lleva un notable, la música es sencillamente preciosa aunque si permaneces mucho rato en el mismo sitio termina y te corta un poco el rollo.

Un videojuego digno de un museo

Pero a nivel artístico es donde se lleva todos los galardones. Como ya comentaba la música y los escenarios son una maravilla. Pero también el diseño de los personajes es espectacular, cada uno de ellos con una personalidad única y un encanto que no se encuentra fácilmente en el mundo de los videojuegos.

Además, el guion es una verdadera genialidad, los diálogos y el desarrollo de la historia están hechos con mucho mimo y cariño, y eso es algo que se ve a la legua desde los primeros minutos de juego.

En resumen, Summer in Mara es un juego encantador, con unos valores dignos de mención y que destaca por su originalidad y su magia. Tiene ese “no sé qué” que hace que, pese a ser un juego sencillo, te atrape durante horas.

Así que, aunque el juego se queda un poco corto en el apartado más mecánico, me parece una opción ideal para que grandes y pequeños disfruten en familia de esta aventura a través del mar de Mara.