Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Secret Mode. Juego disponible en PC, PLAYSTATION 5 (versión analizada) y XBOX SERIES S/X.
Introducción
Hay dos tipos de genialidades: las que se crean de cero, sorprendiendo a propios y extraños, y las que copian algo con singular maestría.
En el mejor de los casos podemos tener ambas, una detrás de otra, como podrían ser las películas Alien: El octavo pasajero, el primer y magnífico film de la mítica saga, y Aliens: El regreso, una brillante reinvención de la anterior.
Manteniéndonos en el género del terror, La Cosa: El enigma de otro mundo de John Carpenter no fue una creación, sino una genial copia de otra cinta anterior, a su vez inspirada en un libro.
Tan brillante fue la reinterpretación de Carpenter que en el imaginario colectivo ha quedado como el referente, eclipsando completamente las obras anteriores.
Si no habéis visto esta película, ya estáis tardando, por mucho que os suene a antigualla ochentera. Creedme que, una vez superado el mono por el CGI y los pantallazos azules, descubriréis un título de culto. Y de paso os serviría de introducción para el remaster del juego homónimo que saldrá próximamente.
En realidad son varios los videojuegos basados en la visión de John Carpenter que, camuflados tras un nombre distinto, no tardan en delatarse como un homenaje. Still Wakes the Deep es uno de ellos, pero en lugar de plantearnos una pesadilla en la Antártida sus creadores han tenido la gran idea de hacerlo en una plataforma petrolífera del Mar del Norte, junto a las islas británicas.
¿Qué puede salir mal en medio de ninguna parte, rodeado del océano hasta donde alcanza la vista, cuando una abominación del espacio se manifiesta entre las chirriantes estructuras metálicas mientras toda la instalación se viene abajo? Acompañadme para descubrirlo.
Un día más de tu mala vida
Somos Cameron "Caz" McLeary, cuyo nombre delata desde un principio la inspiración de Still Wakes the Deep, recordándonos inevitablemente al mítico R. J. McReady de La Cosa. Como curiosidad, en el camarote de enfrente se encuentra un tal Campbell, claro guiño al escritor de ¿Quién anda ahí?, el famoso libro que mencionaba antes.
El bueno de Caz no está en la plataforma por gusto exactamente, sino que ha llegado para alejarse de unos turbios problemas legales, dejando a su mujer Suze y a sus dos hijitas en Escocia.
El tío Roy, empleado de la compañía Adal, ha sido el contacto perfecto para poner tierra y tiempo de por medio, a ver si se calman las cosas con vista a que Caz pueda regresar junto a su familia en mejores circunstancias.
Por descontado Suze no está precisamente contenta por lo que considera una huida hacia adelante, algo que sabremos apenas comienza la aventura a modo de introducción.
Así están las cosas, pero lo que pareciera un día más de curro como electricista de la plataforma se torna en una verdadera pesadilla cuando la perforadora de la instalación penetra en algo que nunca debió ser perturbado...
Lucha por la supervivencia
A partir de este punto viviremos una auténtica pesadilla, mientras el complejo se viene abajo y nuestros compañeros van cayendo uno a uno.
Efectivamente, la monstruosidad informe de las profundidades atrapa a nuestros camaradas, matándolos en el mejor de los casos en medio de una asimilación macabra, cuando no transformándolos en grotescos seres tentaculares ávidos de sangre.
Still Wakes the Deep se las tiene que apañar para mantener la tensión en una zona acotada, pero una de las cosas que aprenderemos es el enorme tamaño que en realidad tiene una plataforma petrolífera.
No obstante es obvio que volveremos sobre nuestros pasos en varias ocasiones, pero el juego se las arregla para que todas se sientan distintas, entre otras cosas por el visible deterioro del entorno según sucumbe a la criatura.
Variedad de situaciones
Los cambios que presenciemos conforme avanza la historia no serán sólo de tinte estético, ya que Still Wakes the Deep hace un claro esfuerzo por ofrecer una variedad jugable.
De este modo tenemos zonas de plataformeo consistentes en saltar y evitar los precipicios; partes de sigilo en que debemos escondernos de las abominaciones; sencillos pero estimulantes puzles para salir al paso; estancias anegadas donde bucear a riesgo de ahogarnos; secuencias de huida frenéticas con los seres pisándonos los talones; y por qué no decirlo, también emotivas conversaciones con nuestros camaradas.
Con todo Still Wakes the Deep es un juego esencialmente peliculero y pasillero, al que no habrían venido mal unos sencillos elementos coleccionables que en esta ocasión no existen quizás para enfatizar la trama.
Esto es una cuestión de gustos, por supuesto. Ya sabéis que yo prefiero una experiencia corta e intensa antes que un gran mapeado donde básicamente no hacer nada salvo lavarse el cerebro pensando que has amortizado la inversión en el juego.
Still Wakes the Deep nos lleva de la mano por la aventura, sí, pero no dejaremos de sobrecogernos y hasta fascinarnos, mientras de paso descubrimos los entresijos de una plataforma petrolífera.
Apartado técnico
Esta capacidad para sorprender se apoya no sólo en una prodigiosa ambientación, sin ambages, sino también en unos pedazo de gráficos para quitarse el sombrero.
No esperaba algo así de lo que considero un título A pelado, la verdad, pero lo cierto es que el Unreal Engine 5 redefine la calidad visual de los videojuegos, con un nivel de texturas y una calidad de efectos sobresalientes.
Encima, yo no sé si por el uso del FSR como ya hizo Immortals of Aveum, pero en Still Wakes the Deep tenemos un modo rendimiento que apenas se diferencia del modo calidad, y sin embargo ofrece un frame rate a 60fps sólidos como una roca.
Lo diré de otra forma: en medio de los cuestionamientos sobre la actual generación de consolas y su relativa evolución, os aseguro que Still Wakes the Deep es un verdadero next-gen que haría explotar una PlayStation 4.
El sonido, en un juego de terror como este, no podía fallar y de hecho no lo hace, regalándonos algunos de los mejores efectos que recuerdo, sobre todo por los inesperados y siempre inquietantes ruidos de la estructura. La música, como es habitual en estos casos, entra con tino para enfatizar los momentos de tensión.
Como detalle añadir que los humanos transformados por el ente mantienen parte de su raciocinio, por lo que son capaces de hablar y apelan a McLeary en su búsqueda. Esto no me ha gustado particularmente, todo sea dicho, ya que me habrían parecido mucho más horribles criaturas gorgoteantes, sin alma ni conciencia.
Conclusión
Vamos a hablar con propiedad: si Still Wakes the Deep costara 80 euros no podría recomendarlo, porque te lo puedes terminar en dos o tres sesiones. Reviews de otros medios parecen ir en esta dirección, ignorando el factor precio.
Ahora bien, por 35 euros deberías preguntarte qué mecanismo mental te permite gastarte eso en una o dos cenas, en tres copas o en un bañador, pero sin embargo le pides a un juego como poco 20 horas de duración para pasar por caja.
Si superamos estos prejuicios, que van en detrimento del propio mundillo, por ese precio vamos a obtener un absoluto must have para los amantes del terror y no digamos de La Cosa, con una ambientación soberbia y unos gráficos magistrales, que viene a ser como una película alucinante donde somos el protagonista.
Nos asustaremos, pero también nos impresionaremos, nos conmoveremos y en definitiva sentiremos en nuestras carnes la angustia de Caz McLeary en su lucha contra lo imposible.
Como le decía el tío de Memory Call a Douglas Quaid en Desafío Total: ¿me puede decir si eso no cuesta 35 míseros euros?
