Este análisis de Sid Meier's Civilization VII es posible gracias a un código cedido por 2K para la versión PC (Steam).
Nueve años después de su sexta entrega, la saga de estrategia de 2K está de regreso con Sid Meier's Civilization VII.
La entrega que hoy analizamos ya está disponible para PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox Series, Xbox One, Nintendo Switch y PC.
Vive y deja huella
En nuestra historia, muchas civilizaciones han surgido y muchas de ellas han desaparecido. Ya sea a causa de una guerra, un desastre natural o la incompetencia de sus líderes, todas las que conocemos hasta ahora guardan algo en común: consiguieron crear algo que trascendió su era.
Esta es nuestra gran misión en Sid Meier's Civilization VII, comenzar de cero, enfrentarnos a las adversidades y, finalmente, lograr construir algo que trascienda y de lo cual las futuras generaciones se enorgullezcan.
Cuida cada movimiento
Jugablemente, la estructura general de Sid Meier's Civilization VII no sufre grandes cambios con respecto a lo que veníamos viendo en las tres últimas entregas de la saga, aunque el cambio de eras se toca y tiene un gran peso en el juego.
En entregas pasadas, nuestro objetivo era comenzar con una ciudad, ir desarrollando recursos, construyendo maravillas y poco a poco hacernos de un ejército para expandirnos o defendernos.
Todo eso sobrevivía al paso del tiempo y, aunque se quedaban obsoletas al entrar en una nueva era, suponían un activo estratégico al que se le puede encontrar algo de utilidad.
Todo eso ha cambiado y ahora al cambiar de era todas las unidades incapaces de seguir el paso se quedarán atrás y desaparecerán de la partida. Puede suponer un palo enorme si no has prestado atención suficiente y no has leído bien las descripciones de las unidades o si te encontrabas librando una guerra antes del cambio de era.
Pero esto no es lo único que cambia, sino también las ciudades estado y la civilización misma. Anteriormente, si decidíamos jugar como España, terminaríamos la campaña como España, pero ahora esto va más de líderes que de naciones, por lo que si comenzamos a jugar como Isabel la Católica, podemos pasar a la siguiente era como El Imperio Romano y más.
Hay múltiples opciones para cada era y dependerá de haber completado ciertos requisitos como nuestra forma de gobierno y líder inicial. Por ejemplo, en la imagen de abajo podéis ver lo que sucede si iniciaste como Pachacútec (que termina transformándose en Austria).
Y ya que hablamos de era, durante buena parte del juego contaremos con la posibilidad de escoger una agenda política y de gobierno, la cual no está escrita sobre piedra y puede ir cambiando poco a poco en base a nuestras acciones.
También gozaremos de periodos de abundancia, los cuales llegarán seguidos de estabilidad y una crisis. Las crisis son parte fundamental del juego y estamos obligado a realizar políticas en base a ellas.
Estas políticas supondrán una desventaja (ya sea reducir la felicidad o los recursos), y el no tenerlas en cuenta durante nuestras partidas nos puede llevar a una derrota anticipada (en mi caso, una de mis ciudades se independizó y anexó a otro líder).
Haciendo amigos (y enemigos)
Al relacionarte con otros líderes, generalmente estos se mostrarán muy amistosos, pero en secreto están deseando tu caída. Esto no es nada nuevo, pero ahora saber usar los puntos de influencia marca la diferencia.
¿No puedes expandirte más porque Augusto ha decidido fundar cerca de ti? Entonces ve comiéndole el coco a la ciudad estado de al lado para poder anexártela y hacer crecer tu imperio sin necesidad de fundar nada.
Eso sí, tendrás que escoger bien porque el cambio de era hace que estas desaparezcan, sean reemplazadas por otras y vuelta a empezar (perdí un aliado potencial por 1 turno).
La diplomacia también está presente, aunque tengo la sensación de que se ha simplificado muchísimo más que antes y ahora cuesta que otras civilizaciones sean agresivas.
Las alianzas se honran mucho más que antes, si cabe, aunque dependiendo de quién sea tu aliado puede implicar estar recibiendo notificaciones para unirse a una guerra cada 10 segundos.
No sé si soy yo, pero también siento que la religión ha ganado mucho más peso del que tenía antes. Incluso he llegado a librar "guerras" de fe religiosa en las que varios misioneros se iban recorriendo el mapa para expandir su doctrina y causar revueltas.
¿Confundido?
Uno de los grandes peros de la saga, y esta entrega en específico, es que si eres un jugador nuevo es imposible no sentirse confuso.
Los tutoriales son demasiado simplificados, al punto de que hay muchísimo que debes descubrir por mano propia, quizá demasiado.
Esto ya sucedía en entregas anteriores, como mencioné anteriormente, pero parece ser algo que se ha acentuado en esta entrega. Lo positivo es que esto aún tiene margen de mejora a través de actualizaciones, pero sí que se siente un inicio más "amistoso" como algo necesario.
¡El paso del tiempo!
A nivel visual Sid Meier's Civilization VII es una entrega que se aleja del estilo excesivamente caricaturesco de la entrega anterior (a mi no me disgustaba) para quedarse en un punto medio entre la quinte y la sexta entrega.
Me parece una decisión adecuada, que permite contentar a la comunidad a la par que tiene un apartado visual que no envejecerá mal.
La interfaz de usuario fue uno de los grandes problemas en el lanzamiento del juego, pero me alegra decir que día de hoy Firaxis Games ha estado trabajando para hacerla más dinámica.
Con respecto al rendimiento tengo sentimientos encontrados. El juego funciona bien y no me ha dado problemas, pero los tiempos de carga me parece demasiado exagerados.
No estoy moviendo el juego en un ordenador que sufra para cumplir con lo mínimo, sino todo lo contrario. Así que no entiendo cómo es que una partida puede tardar tanto en cargar...
Por todo lo demás, no he encontrado errores reseñables ni cierres inesperados ni en sobremesa ni en Steam Deck.
Y sí, el juego funciona en Steam Deck. Cuenta con soporte oficial y el rendimiento en la consola de Valve es bastante bueno, así como el consumo de batería.
Gráficamente tiene una configuración media, pero sigue dando la talla y la sensación de llevar tu partida a cualquier lado es simplemente maravillosa.
Por último y en cuanto a la música, vuelve a ser uno de los apartados más cuidados del juego, y aunque en mi corazón Baba Yetu siempre tendrá un lugar especial, creo que con Live Gloriously, el nuevo tema principal, Christopher Tin se ha superado.
Un nuevo inicio sin olvidar el pasado
Sid Meier's Civilization VII mantiene las raíces que nos hicieron amar a esta saga a la par que se saca de la manga un sistema de eras dinámico que te hará cambiar las estrategias que conocías.
Quizá flaquee en ser más accesible para los nuevos jugadores, pero una vez coge carrerilla estás hasta las 5 de la mañana pensando en "Sólo un turno más".