¡Es hora de volver a jugar a Los Nintendos!

Que me disculpen mis amigos Sonyers por abrir este texto con ese titulo, pero creo que todos llevamos lidiando durante años con que todo el maldito mundo que no está un poco puesto en la industria “videojueguil” llame a todo lo que sea una videoconsola como: La Nintendo o la maquinita. Llegando incluso a, en algunas ocasiones, parecerse según qué conversación y con quién, un sketch de José Mota cualquier conversación real con una persona con dos dedos de frente.

Por ejemplo, un jugador que juega a una PlayStation, para su santa madre siempre (y cuando digo siempre es siempre) su PlayStation automáticamente pasará a llamarse la Nintendo o en el mejor de los casos su Nintendo, Xbox o la maldita Comodore 64 para su progenitora puede ser simplemente “La Play”. Resulta cómico si lo pensamos e incluso puede llegar a transmitir cierto grado de ternura como, por ejemplo, “los chuches” de eme punto Rajoy. Queda la anécdota y la pequeña sonrisa cuando lo recordamos. Es algo sano.

Tú tan Japonés, yo tan Soviético

El sucio, viejo y aburrido territorio Occidental, es como aquellas madres, entiende los puzzles de “cosas que caen y hay que unir unas con otras para hacerlas desaparecer” como juegos vacuos y, en ocasiones, lo llaman a todo igual, generalizando hasta rozar los limites mas absurdos.

Para lo primero hay una explicación. La casualización por parte de los smartphones de este tipo de juegos (véase Candy Crush y todos aquellos juegos de frutas y cosas dulces del estilo) ha ayudado a que rápidamente se entienda este tipo de juegos como algo vacío y sin sentido, algo que un “pro-Gamer” no puede permitir.

Para lo segundo puede que tenga parte de culpa lo primero y, mucha mas culpa, aquel juego de melodía pegadiza diseñado y programado por Alekséi Pázhitnov en la Unión Soviética un 6 de junio de 1984.

Rápidamente Puyo Puyo abrazó el meme en su día y sacó al mercado un Puyo Puyo Tetris donde mezclaba, de forma magistral, la formula Puyo Puyo con el juego de los tetrominós, llegando a empastar perfectamente algo tan “japo” como los Puyos con algo tan Sovietico como las formas geométricas del Tetris.

Desconozco si la gente del Team Sonic lo hace para intentar subirse a la cresta de la ola o qué (y, menos claro tengo aún, de que sean conscientes de que para un no aficionado a los videojuegos el Puyo Puyo es el Tetris de las bolitas de colores) pero, resulta curioso como, después de mezclar tan bien el Puyo Puyo con el Tetris ahora, coincidiendo con el Tetris 99 de Nintendo Switch, salga al mercado este Puyo Puyo Champions convirtiendo a los Puyos en herramientas para luchar unos contra otros.

No llega a ser un Battle Royale pero, si que es un competitivo con todas las letras. Un back in the USSR en toda regla.

Ya tu sabe! No hay más na’!

A ver, el juego no se reinventa. Ni falta que le hace. Las mecánicas siguen siendo las mismas. Los Puyos van cayendo sobre nuestro panel y nuestra misión es la de formar grupos de, mínimo, cuatro colores iguales. A todo esto, si encadenamos combos (que de eso va el asunto) mandaremos piezas basura al oponente para ir llenándole la pantalla de “Puyos vacíos de sentimientos” que lo único que buscan es hacer la puñeta al rival (o a nosotros mismos, si el que encadena combos es el rival o rivales).

El juego es simple y llanamente un arcade de luz multicolor y epilepsia constante con una música guitarrera muy pegadiza. Se trata de eso y de nada más. Y al que no le guste que se vaya a recoger amapolas al campo.

Pero, aún siendo la mejor mecánica de la historia de los videojuegos, todo juego necesita, en los tiempos que corren, cierto aire fresco y distintos edulcorantes que aderecen lo perfecto y lo lleven al siguiente escalón. Porque un modo básico se podría llegar a quedar un poco soso y no haría el honor al subtitulo “Champions” con el que ha llegado a occidente, (ya hablaremos mas tarde del cambio de nombre con el que salió en Japón) acertadamente el juego plantea varios modos donde, evidentemente, la competitividad multijugador es la baza mas importante con la que cuenta el juego.

Obviamente estamos ante un Puyo Puyo, no es un Uncharted, el juego es el que es y, precisamente no necesita un modo campaña por ser el tipo de juego que es, aunque, he de reconocer, que el modo campaña del Puyo Tetris era bastante entretenido, pero entiendo perfectamente que en esta ocasión hayan prescindido de él. Al igual que en el Black Ops IIII aquí no hay un modo historia porque no se necesita nada de eso, aquí lo que importa es darnos de hostias (metafóricas) con hasta cuatro rivales y punto.

Tampoco es un juego al que se le exija una profunda trama ni horas y horas de contenido nuevo (y menos por los 9,99€ que cuesta) porque es un juego de partidas rápidas cuando tienes 10 minutos libres y no sabes que hacer y eso lo cumple a la perfección.

Entre esas dos vertientes se mueve Puyo Puyo, por un lado la inmediatez de querer jugar a algo rapidito cuando tienes poco tiempo y por otro lado , ya que en el país nipón el juego se subtitula eSports, resulta obvio llegar a sobreentender que aquí se fomenta la competitividad y los modos de juego que Puyo Puyo Champions nos ofrecen son la prueba de ello.

¡Entretenme!

Tenemos, por un lado, el modo solitario donde podremos jugar contra la CPU. Esta forma de jugar se subdivide en dos. La primera, la mas básica de todas, una partida de, como máximo, tres rondas contra un rival controlado por la maquina, gana quien menos haya llenado la pantalla de Puyos obviamente.

La segunda es, sin duda, la mas entretenida de todas y la mas “viciante” (si se me permite la inexistente expresión). Se trata de un modo resistencia donde deberemos jugar sin parar hasta que se nos salgan los ojos de las cuencas o, en su defecto, hasta que el rival nos derrote.

Lo divertido de este modo es ver hasta donde estás dispuesto a llegar y hasta donde están dispuestos a llegar tus ojos y tu cerebro porque reconozco que tanto colorín, en algunas ocasiones, es bastante cansino pero, por Puyo Puyo, hipoteco hasta mis ojos.

Pero, como he dicho, en Puyo Puyo Champions manda el multi, manda la competición, y en esa ocasión la competición puede ser o bien en multijugador local o bien en multijugador online.

Los modos son los mismos que la versión en solitaria pero los oponentes no. Aquí no dependes del algoritmo que la maquina quiera emplear contra ti, aquí estás ante seres humanos donde, principalmente en el modo online, parece que saben, y bastante, lo que están haciendo.

Si el modo para un jugador puede (y siempre dependiendo la dificultad que hayas elegido poner) resultar un paseo por el campo, en el modo online se convierte en el maldito Dark Souls. Todos los pro-Gamer del mundo se reúnen esperando toparse con un corderito para aumentar su ego, su puntaje y recrearse viendo aparecer, combo tras combo, ese brillito en la pantalla que refleja que eres el maldito jefe del Puyo Puyo. Es el autentico reto.

Es la esencia del Puyo Puyo. De ahí que el titulo sea tan entretenido y adictivo independientemente del tipo de jugador que seas. Aquí es donde entra en juego la estrategia.

Puedes, por un lado, hacer grandes cadenas estratégicamente colocadas para, llegado el momento, con un simple movimiento encadenar mas de cinco o seis combos, o bien puedes ser un mega-crack del “modo fiebre” (que sigue estando en este titulo) y darle duro a tu rival encadenando combos con los Puyos posicionados aleatoriamente.

Tu tienes el poder y tú eres el encargado de utilizarlo.

Conclusiones

No se puede decir que Puyo Puyo Champions sea el culto a la innovación pero, sinceramente, creo que quien pida innovación en este tipo de juegos, no tiene mucha idea de qué va el asunto.

No todos los juegos se pueden valorar de la misma forma. Puyo Puyo Champions es un Puyo Puyo y, obviamente, no se va a convertir en una historia de mundo abierto con una carga narrativa importante que empatice con las emociones del espectador.

Es un maldito juego de unir colorines. Punto.

Dónde comprarlo

El juego está disponible únicamente en formato digital y lo podéis encontrar en la PlayStation Store por 9,99 euros en este enlace.