Cuando Slightly Mad Studios, un equipo de desarrollo con juegos contrastados como Need for Speed Shift, se embarcaron en Project Cars demostraron dos cosas: Un atravimiento inusitado por lo ambicioso de la propuesta (acudiendo a la financiación por crowfunding, no tan popular en aquella época) y, como se vería en la información que iba saliendo sobre el proyecto y los numerosos retrasos para lanzar un producto completo, una afición por el género de la conducción, un género en el que Slightly siempre se ha movido, con bagaje en franquicias de renombre como Test Drive o GT Legends.

Si bien el estudio se hizo finalmente con un distribuidor tan potente como Bandai Namco, tuvieron la fortuna de poder lanzar al mercado la idea que querían, un producto redondo que vio la luz el 7 de mayo de 2015 y que obtuvo muy buenas críticas y una cogida bastante positiva por parte de unos usuarios que tenían mucho y muy bueno donde elegir, el PC siempre ha contado con grandes simuladores, Xbox 360 y One han disfrutado de la saga Forza — juegos siempre sobresalientes — y nosotros en PS4 tenemos un gran DriveClub.

Una de las críticas que recibió el juego en sus primeros análisis fue quizás la falta de contenido, no tanto de pistas ni pruebas sino de modelos de coches, pero los distintos packs en formato descargable han ido mejorando esos números, igual que los parches han pulido algunos pequeños defectos.

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Justo un año después Bandai Namco distribuye Project Cars: Game of the Year Edition, una recopilación que incluye el juego actualizado, todos los contenidos incluidos y de propina dos vehículos exclusivos: El Pagazin Zonda Revolution y el Huayra BC, así como el circuito combinado de Nürburgring Nordschleife y su trazado GP. Esta edición, disponible en PC, Xbox One y PlayStation 4 sale a la venta a precio reducido por lo que aquellos que no se decidieran en su día por uno de los mejores simuladores de conducción en consolas, que ahora analizamos, tienen una ocasión de oro para hacerlo.

Los que ya tengan el juego tienen la opción de conseguir todo este contenido adicional comprando el DLC aparte por apenas 5 euros. Si tenéis el juego cogiendo polvo puede ser un buen momento para hacerle la puesta a punto, revisarle el aceite, la presión de los neumáticos y darle gas.

¿Te gusta conducir?

No podemos decir que el catálogo actual de PlayStation 4 esté falto de buenos juegos de conducción: Varias entregas de Need for Speed, DiRT Rally, The Crew, WRC y por supuesto DriveClub. Ninguno de los anteriores es un simulador puro y duro — aunque DriveClub tiene sus detalles, su esencia es más arcade - y ahí sí que anda escasa la sobremesa de Sony, aunque es cierto que Assetto Corsa y el próximo Gran Turismo Sports cubrirán ese hueco que hasta ahora solo Project Cars era capaz de llenar.

Los más de 3 años de desarrollo le han servido a Slightly Mad Studios para conseguir un producto muy completo que cuenta con una gran virtud de la que pocos pueden presumir: Hace muchas cosas y todas las hace muy bien, aunque siendo justos tampoco sobresale en ninguna respecto a otros títulos de la competencia. Se puede decir que no hay nada en Project Cars que destaque negativamente, y en cambio en muchos aspectos supone una grata sorpresa por la calidad alcanzada.

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Cualquier aficionado a los juegos de coches puede acercarse a Project Cars, y es que la capacidad de personalización de la experiencia controlando desde la dificultad de la IA rival, las ayudas en el trazado y la frenada y la activación de aspectos como el control de tracción o el bloqueo de frenos automático permite que hasta los poco duchos en el género disfruten de un "casi arcade" y se lo pasen en grande. La cantidad de configuraciones para los amantes de la simulación, desde la presión en los neumáticos, el reparto de frenada y hasta la altura del asiento, logran que cualquier tipo de usuario encuentre su sitio en el juego, y en pocos títulos esos pequeños cambios de configuración se notan más.

El juego puede presumir de números, y es que aunque inicialmente saliese con unas cifras más discretas, la edición Juego del Año cuenta con más de 30 localizaciones y más de 110 trazados distintos, así como 125 coches a elegir con hasta 60 diseños creados y elegidos por la comunidad, aunque con algunas ausencias dolorosas como Ferrari o Porche. Circuitos míticos como Spa-Francorchamps, Ímola, Laguna Seca, Hockenheimring, Silverstone, Monza o el infierno verde de Nürburgring se unen a pistas inventadas de bella factura como el Azure Coast en la costa francesa. Teniendo en cuenta que poco tiene que ver correr en estas pistas con sol, niebla espesa o lluvia torrencial tenemos entretenimiento para un tiempo.

Modos de juego

Lo primero que llama la atención en Project Cars es que todo, absolutamente todo, está desbloqueado desde el principio. Desde el primer minuto podremos coger el bólido más rápido, configurarnos una carrera rápida en cualquier circuito, elegir las vueltas, si queremos que llueva todo el tiempo o que empiece soleado y termine en una recia tormenta que cubra el cielo de rayos.

El que quiera empezar desde abajo puede disfrutar de un Modo Historia muy completo, basado en un calendario de eventos. Empezaremos en un campeonato de karts y nuestras buenas actuaciones irán llamando la atención de nuevos equipos, que nos irán invitando a eventos de muy distinta categoría y al final de cada temporada podremos escoger seguir en el equipo o probar nuevos retos. Las victorias nos darán más fans (que dejarán sus mensajes de ánimo en un muro estilo Twitter aclamando nuestro nombre) y más pruebas con las que rellenar nuestra vitrina de trofeos.

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La mayoría de pruebas se divide en entrenamientos libres, clasificación y la carrera, podremos saltarnos las dos primeras o simularlas, aunque en niveles más avanzados será vital conseguir una buena posición en la clasificación porque en carrera será muy difícil adelantar. Un punto negativo es que no podemos "adelantar" el tiempo en las clasificaciones, de forma que si hacemos un buen tiempo en las primeras vueltas no se nos permite avanzar hasta unos minutos antes del límite para saber si nos han batido la marca y tenemos que volver a pista. Tampoco le hubiese venido nada mal algo más de variedad en el modo historia, las habituales pruebas de pasar por conos, retos de derrape, carreras 1v1 con modelos de distinta potencia, contrarreloj por equipos... la repetición de libres-clasificación-carrera puede llegar a aburrir por momentos.

Además del modo historia podemos configurarnos un fin de semana libre escogiendo cualquier coche, pista y condiciones, competir contrarreloj o participar en carreras online en partidas con hasta 16 jugadores. Aquí quiero destacar que Slightly Mad ha implementado un sistema en el que se penaliza a todos esos conductores que se dedican a chocarse sin más estropeando la experiencia del resto, anotando todas esas tropelías en nuestro historial de jugador. No es mala idea, aunque no todos los choques son a propósito y si uno no quiere ver su nombre "manchado" tendrá que conducir con un cuidado extremo.

Aunque el juego tiene cierto componente social permitiendo que descarguemos el fantasma de auténticos expertos que nos enseñarán los trucos de cada circuito, y ofreciendo retos a menudo a la comunidad, la comparación con el reciente DriveClub empobrece la propuesta de Project Cars. Se echa en falta un mayor pique con nuestros amigos, que podamos retarlos y aceptar sus retos, igual que no estaría mal que el juego en carrera nos premiase por buena conducción y nos ofreciese algo de feedback o puntos si trazamos bien una curva o utilizamos el rebufo. El juego va a lo que va, tiempos parciales, tiempo con el que va detrás y bandera a cuadros cuando lleguemos.

Un simulador en mayúsculas

Por encima de los modos, los circuitos o los gráficos lo importante en un juego de coches es que ofrezca una experiencia jugable completa y Project Cars cumple con creces. Slightly Mad ha dedicado mucho tiempo a conseguir que cada coche, y decimos bien, absolutamente cada coche sea una experiencia distinta a otro y necesitemos un tiempo para acostumbrarnos a sus particularidades. Teniendo en cuenta que la lista de vehículos llega hasta los 125 - el juego salió al mercado con 65, la cifra ahora es mucho más interesante - y cada uno está recreado con un nivel de detalle, tanto interiores como exteriores, casi enfermizo, no podemos más que aplaudir al estudio por el exhaustivo trabajo realizado.

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El control de los coches depende también de muchos factores a tener en cuenta, además de todas las configuraciones y ajustes que queramos hacer hay que tener en cuenta el tipo de pista, la climatología (que puede ser variable y nos obliga a cambiar el estilo de conducción sobre la marcha) hasta la temperatura y desgaste de los neumáticos y el estado del asfalto, algo que notaremos cuando vayamos superando nuestros tiempos en clasificación.

El trabajo de Slightly Mad en el control es excelente y su gestión en las frenadas, la inercia dependiendo del peso del coche que llevemos o el comportamiento del vehículo en distintas superficies es encomiable. Entre lo negativo podríamos decir que se penaliza demasiado las salidas de pista y que el sistema de detección es demasiado sensible (o puede que sea yo, que cojo mucho los pianos), y a veces un despiste o un golpe del rival nos puede arruinar toda la carrera y aquí, amigos, no hay repeticiones ni segundas oportunidades y tocará reiniciar.

Aprovecho para hablar de la I.A., la inteligencia artificial es muy buena y tiene un punto de agresividad que llama la atención, acostumbrados a otros juegos en los que los rivales poco más que se apartan a nuestro paso aquí la máquina no se deja adelantar fácilmente y en ocasiones tiene mala leche y parece que quiere golpearnos aposta. Personalmente me gusta que sea así porque parece que estás compitiendo contra una IA humana y porque te obliga a estar atento por si en cualquier momento los coches que van delante se vuelven loco y provocan un espectacular accidente que tienes que esquivar in-extremis.

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El control está muy conseguido con el Dualshock y el juego aprovecha además su altavoz integrado para gritarnos instrucciones, ánimos y consejos en carrera, algo que favorece la inmersión. Ni falta hace decir que donde se disfruta de verdad es con un buen volante, pero si no tenéis esa suerte disfrutaréis también con el mando de la consola sin problemas.

Project Cars ofrece variedad y diversión sin complicaciones, y también un reto constante para todo aquel que quiera superarse. Conocer el comportamiento de cada coche, curva y tener en cuenta todos los factores que afectan a cada trazada serán importantes para arañar unos segundos al crono y situarnos en lo más alto. Cualquiera encontrará su experiencia y la disfrutará.

La belleza está en los coches

Aunque las primeras imágenes y vídeos de Project Cars nos dejaron a todos con la boca abierta, el largo tiempo de desarrollo y el baile de plataformas puede que afectasen al aspecto gráfico del juego, que tiene grandes detalles pero también algunas lagunas.

El modelado de los coches, la iluminación dinámica o los efectos climáticos cambiantes tienen un gran nivel, en algunos aspectos supera a Driveclub o se queda muy cerca, con la diferencia que Driveclub mantiene la tasa de refresco en 30 fps (y con caídas) y Project Cars suele manejarse entre los 50 y los 60 fps.

Sin embargo otros aspectos no están tan cuidados, los circuitos presentan algunos elementos pobremente texturizados y como decimos a algunos les resultará molesto ese baile de frames, aunque no es algo que moleste especialmente y apenas se aprecia, salvo en situaciones de estrés como lluvia con muchos coches en pantalla a la vez. No hubiera estado mal haber permitido la opción de fijar los frames por lo bajo para que la tasa no bailase tanto, por suerte los distintos parches han mejorado este aspecto respecto al lanzamiento y la experiencia en ese sentido es más que correcta.

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El diseño de los menús no nos termina de convencer, con demasiada información, fondo negro y letra muy pequeña. Sí nos ha gustado en cambio el poder eliminar el HUD en carrera o mostrar la — completísima - información de telemetría. En las opciones del juego nos permiten además modificar algunos parámetros gráficos como las gotas de lluvia sobre el visor, por desgracia son cambios que no tienen efecto en el rendimiento.

Nos ha gustado la variedad de cámaras con las que podamos pilotar, ademas de las habituales sobre el capo, por encima del guardabarros o desde leios viendo todo el coche tenemos varias dentro dei cockpit y una dentro del casco del piloto a fa altura de los ojos que simula los movimientos dei cuello Si esta cámara conoce a PlayStation VR puede formarse una relación muy, pero que muy bonita.

Contaremos con el habitual Modo Foto para capturar hermosas instantaneas que compartir en redes sociales y guardar las repeticiones de nuestras hazañas. A destacar la iluminacion de los atardeceres, las transiciones entre la lluvia fina y la torrencial y cómo se reflejan las gotas sobre el vehiculo los coches presentan ademas un grado de destruccion bastante bueno para lo que suelen ofrecer los simuladores (que afectará a la conduccion o no. segun lo configuremos).

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No podemos hablar tan bien del sonido, y es que ademas de las escasas melodías del menu (de estilo orquestal) durante las carreras solo escucharemos el motor de nuestros coches y ni siquiera podremos poner la música de nuestra biblioteca. Seguro que muchos de vosotros lo preferís. además los efectos de sonido son excelentes, cada motor suena distinto y los sonidos varian en función de si pasamos por un túnel o cambiamos la vista de la camara Es único pero es que muchos golpes entre coches no suenan. pero por lo demás todo suena como debe sonar.

El juego viene con textos en castellano y voces en ingles subtituladas. En un juego de coches este aspecto no molesta tamo para los que no dominen el ingles, pero el tamaño de los subtítulos y su rápida desaparición cuando estamos en carrera y apenas podemos desviar la mirada hace que nos perdamos muchas lecturas.

Conclusiones

Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Project Cars es el mejor simulador de coches de PlayStation 4 - es el único, así que eso es fácil - y que ademas los próximos que salgan tendrán que sudar si quieren alcanzarle porque ha fijado bien alto el listón.

Un juego que ofrece mucho y lo ofrece muy bien, muy configurable para cualquier experiencia, realista, todo lo difícil y exigente que queramos que sea, vistoso y variado para que no soltemos el volante en meses.

Esta edición juego del Año añade pistas y vehiculos para ofrecer, ahora si, una variedad de experiencias importante. No es perfecto, tampoco destaca en ningun aspecto por encima de lo que ofrecen otros, pero presenta una experiencia completa y robusta que nos hará disfrutar y seguro sacará nuestro gen competitivo para que vayamos aumentando la dificultad y queramos siempre ir un paso más allá.

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