Este análisis ha sido realizado en una Nintendo Switch versión 1.0 con una copia facilitada por Tribute Games. Juego disponible en Nintendo Switch y PC.

Estamos viviendo una época en donde los juegos con jugabilidad sencilla que tanta alegría nos dieron en la época noventera están volviendo, esto gracias a que nos hacen añorar los míticos 8-bit y 16-bit, demostrando que no es necesario crear tramas rebuscadas para lograr el objetivo de los videojuegos; entretenernos.

Hace cerca de 9 años, un pequeño estudio independiente conformado por antiguos empleados de Ubisoft fundaron Tribute Games, el cual está situado en Montreal, Quebec, Canadá. Tras un exitoso Scott Pilgrim vs The World: The Game (sí el juego de repartir mamporros que tanto amamos y que es imposible conseguir actualmente), inició un proyecto de micro mecenazgo en Kickstarter para Mercenary Kings, una encantadora carta de amor para los fanáticos de los juegos de acción plataformera en 2D con un estilo muy arte parecido al antes nombrado juego de Scott Pilgrim.

Desde entonces, continuaron su trabajo creando más gemas preciosas de 8-bits muy retadores, tomando inspiración en los juegos del siglo XX y aplicando un giro de tuerca moderno.

Todo esto nos lleva al título que hoy nos ocupa. Panzer Paladin, un juego que tiene todos los elementos que muchos adoramos de la época de los 8-bits, así como su alta dificultad que conforme se supera se vuelve una adición.

Historia - Salvar el mundo con la gloria de los 90's

La historia de Panzer Paladin no es un enredo. Básicamente, somos transportados a un mundo donde se convive con la tecnología de mechas (robots mecanizados) con Inteligencia Artificial. De repente una noche cualquiera, una serie de espadas gigantes llameantes caen del cielo procedentes de las oscuras profundidades del espacio, abriendo una brecha en el tejido de la realidad y desatando legiones de demonios colosales.

El siniestro Ravenous y sus legiones de demonios sanguinarios están listos para la batalla. Ni siquiera todos los ejércitos del mundo han podido detenerlos, pero, la humanidad aún le queda un último as bajo la manga: una armadura de poder con tecnología de vanguardia llamada Paladin.

Las armas espirituales se forjan con espíritus de los difuntos y los humanos no pueden blandirlas sin ser corrompidos por su poder inmundo, así que la tarea de defender el mundo recae en una androide de voluntad fuerte llamada Flame, quien debe convertirse en una Escudero, tomar el control del Paladín llamado GRIT, localizar a todos los Guardianes de Armas y su líder diabólico. Así da comienzo el enfrentamiento entre las más altas habilidades tecnológicas de la humanidad y las poderosas fuerzas de lo oculto.

Gráficos - Un deleite lleno de nostalgia

Panzer Paladin irradia esa atmósfera agradable de los 8-bits, todos los modelados están muy bien elaborados con escenarios en movimiento que demuestran que estamos en un mundo lleno de vida. El diseño de niveles es muy interesante, Tribute Games se benefició sustancialmente de ocultar secretos y rutas alternativas en donde podremos elegir avanzar con nuestro mecha o con nuestra pequeña protagonista Flame que por su tamaño puede infiltrarse a través de inesperadas rutas pequeñas.

En la Nintendo Switch en modo sobremesa tiene una resolución de 1080p corriendo a 30 fotogramas por segundo, muy estables, salvo pequeños saltos de fotogramas puntuales que ocurren durante escenarios con mucho movimiento, en modo portátil se juega a 720p y se siente más estabilidad.

Duración - Lo justo para un clásico entre 10 y 12 horas

La aventura de Flame y Grit (así se llama nuestro mecha mecanizado con IA) nos requerirá alrededor de 10 y 12 horas, esto dependiendo nuestra habilidad al recorrer los 17 niveles que conforman Panzer Paladin, estos están ubicados en las diferentes regiones del mundo.

Goza de una interesante ambientación que toma inspiración de la cultura popular para crear a los demonios colosales que enfrentaremos, de entre los cuales destaco a Baba Yaga, un demonio del folclor ruso. Nian, una bestia de la mitología china. Mictlantecuhtli, un dios de la muerte de la cultura pre-hispánica mexicana y muchos más que es mejor verlos para disfrutarlos.

Panzer Paladin cuenta con muy pocos puntos de control que emulan a los clásicos juegos difíciles de la NES. Lamentablemente, durante mi experiencia en la pelea de jefe Nian en China, tuve problemas al enfrentarlo, esto en razón de que el enemigo al iniciar el combate desaparecía y no reapareció, además de que no hay modo de reiniciar el último punto de control. Así que la única opción es reiniciar totalmente el nivel desde cero.

Jugabilidad - La combinación ideal de Clásico y Moderno

Panzer Paladin toma cierta inspiración de Mega Man al mostrar un mapa mundial donde nos permite elegir el orden para afrontar los primeros 10 niveles del juego y derrotar a la corrupción demoníaca. Los últimos 6 niveles deben jugarse de forma lineal e ininterrumpida.

Enfrentaremos a los demonios haciendo uso de una amplísima variedad de espadas lanzadas por enemigos derrotados, las cuales podremos equipar y usar en cualquier momento, aunque estas irán disminuyendo su durabilidad conforme las usamos.

Así también, de forma automática nuestro escudo bloquea los ataques, aunque necesitaremos ajustarnos a la trayectoria del enemigo ya sea alta o baja. El ataque y bloqueo tiene adicionado un sistema de tipo de armas basado en piedra, papel o tijera que otorga bonificaciones de ataque, así como la capacidad de lanzar encantos al romper las armas. De igual manera podemos hacer más daño al enemigo al arrojar las armas, aunque la desventaja es que perderemos el arma.

La novedad de las armas se pierde rápidamente ya que, al acabar con los jefes finales, estos nos otorgan armas especiales que podremos fundir como cualquier otra común obtenida para mejorar la capacidad de vida de GRIT (nuestro mecha), realmente no se siente mucho sentido de progresión al derrotar a los demonios finales ya que las armas que dejan caer, resultan ser muy bonitas y poderosas pero descartables sin manera de recuperarlas, es decir, más allá de derrotar a los demonios no obtenemos ningún incentivo (¿además de salvar nuestro mundo?).

Diversión - Un viaje al pasado sin olvidar el presente

El juego carece de coleccionables, aunque tiene varios modos que nutre la rejugabilidad de Panzer Paladin. En el primer arranque solamente podremos optar por el Modo Historia, donde podremos elegir la dificultad: Fácil, Normal o Difícil, que se diferencian por la cantidad de enemigos que aparecerán y el número de vidas con las que empezaremos cada misión.

Otro modo de juego es el de Herrería, donde podremos forjar nuestras armas al dibujarlas haciendo uso de sprites de pixeles, asignando los atributos (daño, durabilidad, encanto, etc.), estas se distribuirán por los niveles de Panzer Paladin y las obtendremos al derrotar cierto personaje.

Así también está el Modo Speedrun o velocista, en donde tendremos que terminar lo más rápido posible cualquier nivel que hayamos completado anteriormente. Podremos activar un fantasma para competir contra nuestro propio rendimiento, con amigos o contra los mejores jugadores del mundo.

Al terminar el Modo Historia obtendremos acceso a más modos, como el Remixed Story Mode; consistente en una Nueva Partida Plus que incorpora versiones alteradas de los 17 escenarios originales y el Tournament Mode; en donde enfrentaremos a todos los jefes de Panzer Paladin, uno después del otro, este resulta ser un poco distinto al tradicional Boss Rush o Avalancha de Jefes, en donde dependiendo de la velocidad y rendimiento en nuestro combate, seremos galardonados con un rango de Bronce, Plata o quizá de Oro.

Sonido - Una gozada para el oído

Tribute Games se toma muy en serio la ambientación de 8-bits, esto se siente con la musicalización creada por Patrice Bourgeault, un talentoso compositor que dotó a Panzer Paladin con bellas melodías muy pegajosas que hacen nuestra aventura muy amena.

Mágicamente somos transportados a la era de los 90’s donde las canciones de los videojuegos eran simples y agradables sin cansarnos. Mi canción favorita es la del escenario de Anubis en Egipto.

Panzer Paladin desde su menú principal nos permite elegir el idioma de los textos, entre los cuales está el español, que está muy bien articulado en sus oraciones. Al ser un juego inspirado por los clásicos plataformeros 2D lateral, no cuenta con un doblaje (ni le hace falta).

Robots vs demonios, entretenimiento garantizado

La androide que pilota a GRIT se llama Flame hace uso de su látigo laser para balancearse y superar diversos obstáculos, esta mecánica en ocasiones no es muy fina y a veces frustra si no logras el impulso adecuado.

Mientras que controlar al mecha GRIT es una gozada, cuenta con una habilidad de esquivo rápido hacia atrás que con pericia podremos usarlo como si fuera un especie de impulso (Dash). Hay más de 100 armas espirituales para usar, las 10 horas que dura la campaña se van demasiado rápido y su variedad de modos lo hacen más que atractivo para seguir invirtiendo horas. Aunque el modo historia falla en recompensarnos de manera más definitiva el derrotar a los jefes finales.

Conclusión

Panzer Paladin se mantiene firme como uno de los más finos exponentes del plataformeo retro moderno. Aún está lejos de ser perfecto, pero tiene el equilibro casi ideal entre diseño de juego moderno y tradicional, entregándonos una campaña de plataformas bien diseñada y profundamente atractiva que retiene lo retador de los tradicionales juegos de NES sin su frustración arcaica.

Le hace falta una opción de volver al último punto de control, para reiniciar la partida en caso de problemas de desaparición de jefes finales, pero por lo demás es una experiencia más que satisfactoria.

Dónde comprarlo

Panzer Paladin tiene su fecha de lanzamiento en formato digital por $19.99/18,00 € en la eShop dando clic aquí el día 21 de julio del 2020 para la Nintendo Switch y ordenadores vía Steam dando clic aquí.