Introducción

Cuando las máquinas de los recreativos estaban en pleno auge, los chavales nos agolpábamos para ver esas partidas míticas en las que, de pronto, uno se pasaba ese nivel imposible o descubría un movimiento nuevo. Casi sin excepción, en todas las salas había un arcade de Taito con una flamante pistola-ametralladora tipo Uzi, de nombre Operation Wolf. No mucho después fue seguido por otro llamado Operation Thunderbolt, y eso es cuanto recuerdo la verdad (sin haber tirado de Wikipedia), hasta que varios lustros después nos encontramos con este Operation Warcade.

Del juego original, además de la pistolaza en perfecto metal y de buena factura, destacaba la imagen de una especie de sargento o boina verde con cara de malas pulgas, que pasados los años es lo primero que me viene a la cabeza. El desplazamiento era lateral y la cosa consistía en ametrallar a los enemigos antes de que ellos hicieran lo propio con nosotros.

Operation Warcade 1

Si no me equivoco (sigo escribiendo de memoria), tenías que ir recargando la Uzi a base de disparar a cargadores dispersos por el terreno. Contabas también con un botoncito rojo lateral, que servía para lanzar granadas. Y, entre los adversarios, además de soldados había tanques, helicópteros y demás.

Pues bien, Operation Warcade está concebido como un claro homenaje a los clásicos Operation Wolf y Operation Thunderbolt, tal y como han declarado sus creadores, los españoles de Ivanovich Studio. Veamos qué tal es.

Controles para todos los gustos

Podemos utilizar tanto el Dualshock 4 como los Move o el Aim Controller. Dependiendo de la configuración elegida, tendremos una Uzi en la mano derecha y una granada siempre lista en la izquierda, o bien un fusil de asalto M-16 con lanzagranadas incorporado. La elección de los controles también afecta al manejo de las armas que conseguimos a lo largo del juego, así como a la interacción con los vehículos.

Sin duda la opción más recomendable para jugar son los Move, que transmiten la sensación más natural y nos permiten incluso pilotar aviones y helicópteros desde la carlinga con un control muy intuitivo y realista. Sí, habéis oído bien: pilotar aviones y helicópteros, luego vamos con eso.

En Operation Warcade no tenemos que recargar el arma básica, sino que podemos dispararla sin parar. Tampoco hay cajas de munición repartidas por el escenario, entendiéndose que ésta es infinita. Por lo tanto, no vamos a cortarnos mucho a la hora de quemar el gatillo. Tal y como ocurría en los clásicos, hay un segundo botón para lanzar granadas. Eso es todo, y como homenaje funciona bien.

6x6 fases

El título consta de seis niveles, cada uno de los cuales tiene a su vez seis fases. Esto suma un total de 36 pantallas distintas, dando como resultado una duración bastante más digna que la vista en la mayoría de pseudo-juegos para realidad virtual. Los niveles presentan su propia ambientación: básicamente desierto, jungla, distintas ciudades y todo un portaaviones.

En cada fase hay tres medallas a conseguir, que obtienes cumpliendo determinadas tareas. Por ejemplo atropellar a una serie de enemigos a bordo de un vehículo, dispararles a la cabeza desde una cierta distancia, matar a una cantidad mínima con un arma en concreto, etc. Hay que decir que estos retos son bastante variados, teniendo en cuenta que hablamos de un mata-mata puro y duro.

Operation Warcade 2

Las nuevas pantallas están bloqueadas mientras no consigamos el número suficiente de medallas, lo cual nos obligará a repetir algunas. Este sistema de logros se agradece mucho, ya que dota a Operation Warcade de una capa de jugabilidad adicional que en los originales no existía.

Las medallas obtenidas sirven también para desbloquear una serie de mejoras para armas, que podemos activar o desactivar a voluntad.

Sistema de juego

Tal y como ocurría con los clásicos Operation Wolf y Operation Thunderbolt, en Operation Warcade el desplazamiento es automático y lateral, mientras nos salen al paso enemigos desde todos los recovecos posibles.

Además del arma reglamentaria, podremos hacer acopio de varias más, y no precisamente pocas: ametralladora gatling, escopeta, lanzamisiles, rifle de francotirador, arco, lanzallamas, cuchillo y hasta una especie de cañón magnético que, directamente, es una coña bastante graciosa. Todas estas armas sí tienen una munición limitada. De forma similar, hay granadas especiales que pueden sustituir a las reglamentarias.

Los vehículos completan el repertorio a nuestra disposición para repartir estopa. De este modo, subiremos a bordo de helicópteros, aviones, camiones y tanques, tanto en la piel del piloto como del artillero según el caso.

Operation Warcade 3

Espera un momento, ¿cómo vas a subir a un vehículo en un juego de desplazamiento lateral tipo Operation Wolf? Pues porque los desarrolladores han tenido una idea curiosa: los puntos de inmersión. Así, disparando a una especie de flechas repartidas por el escenario, nos adentraremos en él puntualmente, viviendo la acción a escala real. Tampoco es que estas secuencias duren mucho y no penséis que te meten de lleno en un FPS, pero aportan variedad, aunque presentan un gran inconveniente: tanto antes como después de las mismas hay un tiempo de carga con la pantalla en negro que un juego de acción rápida no se puede permitir.

Una adaptación libre

Puede que, hasta que no he llegado a nombrar los puntos de inmersión, te hayas estado preguntando durante todo el análisis para qué sirve exactamente la realidad virtual en Operation Warcade. Si quieres que te diga la verdad, a mí me ha pasado lo mismo.

El juego comienza en un salón recreativo donde, obviamente, puedes mirar a tu alrededor en el entorno virtual, con diferentes máquinas y personas. Ante nosotros, como no, la flamante recreativa de Operation Warcade, con su incomparable Uzi. Vale, hasta ahí todo bien. Además, a medida que progresas ves a cada vez más gente detrás de ti, como mirando tu partidaza y animándote, lo cual es todo un detalle. Aquí volveremos entre fases.

Pero al jugar ya no estás ahí, sino en una especie de máquina de ésas donde te sientas dentro de una cabina, con una pantalla grande que en este caso es más bien como la ventana a un escenario con auténtica profundidad. La sensación es, para entendernos, como si te asomaras a un diorama, donde los enemigos y todos los elementos son pequeños en relación a nuestro tamaño. Y hablando de asomarse, un detalle chulo es que al hacerlo demasiado, cuando traspasas lo que sería el panel del monitor, lo ves todo pixelado, como si te hubieras metido en las tripas del arcade. Todo esto de la cabina es bastante chocante y gustará más a unos que a otros, pero desde luego se aleja un poco de los juegos originales.

Operation Warcade 5

Además, llama mucho la atención que en la pantalla de juego no hay un indicador de vida: podemos comprobar las medallas conseguidas, así como nuestra puntuación, no así la salud. Algunos ataques acaban con nosotros de un disparo -en tal caso siempre vemos el proyectil hacia nosotros, pudiendo en parte esquivarlo si movemos el cuerpo-, mientras que otras veces parece que morimos cuando se acumula la suficiente cantidad de enemigos ametrallándonos.

Los ya mencionados puntos de inmersión, donde mejor se justifica la realidad virtual, completan la manera de jugar a Operation Warcade. Es una verdadera lástima que, como ya se ha dicho, éstos requieran de unos preciosos segundos para cargar con la pantalla en negro, tiempo suficiente para cortar bastante el rollo.

Factura técnica

Todo lo dicho hasta ahora daría como resultado un buen juego, con altas dosis de jugabilidad y algunas ideas originales, si no fuera por la misérrima calidad gráfica de Operation Warcade, que inevitablemente salpica todo el conjunto.

Los gráficos son de la PlayStation original. Sí, la de hace veinte años, sin exagerar un pelo. Y es una verdadera pena, y a la vez algo totalmente incomprensible. Para salir al paso, Ivanovich podría haber recurrido a escenarios de tipo cartoon, cel shading, filtros gráficos y un montón de ideas; en su lugar se intentan presentar unos escenarios pseudo-realistas con una calidad gráfica que, con franqueza, le hace a uno sonrojarse.

Operation Warcade salió en PC el verano pasado, y da la impresión de que para adaptarlo a consola simplemente han rebajado todas las opciones gráficas al mínimo. Este análisis se basa en el juego corriendo en una PS4 OG o “normal”, pero su desempeño en PS4 Pro es similar.

Operation Warcade 4

Las animaciones de los enemigos, por decir algo positivo, son decentes. Pero la sensación general es la de estar jugando a la versión alfa de un título en desarrollo.

Entrando en el apartado sonoro, tenemos la opción de elegir entre unas melodías épicas de tinte militar, o bien un estilo dance más moderno. Los efectos de sonido son correctos, y todos los textos vienen en castellano.

Conclusión

Operation Warcade es un título bastante adictivo, que invita a seguir jugando, conseguir medallas y desbloquear niveles. Eso no es poco. Además, evoca más o menos de forma correcta el clásico Operation Wolf, sabiendo introducir ciertos elementos actuales como los puntos de inmersión y la conducción de vehículos.

El problema aquí es que el apartado gráfico supone un pesado lastre, tanto que arruina el conjunto. Quien escribe estas líneas raramente dejaría que el aspecto visual influyese tanto en la valoración de un juego en principio entretenido, pero hablamos de un caso especialmente llamativo. Quieres pasarlo por alto, pero al menos yo no soy capaz.

Cuando no hay medios o tiempo, no es raro ver títulos que recurren a una estética retro y por lo menos disimulan su evidente falta de recursos. Pero Operation Warcade no engaña: te planta unos gráficos de los albores de los polígonos y a tirar millas.

En definitiva, si te importa un pito el apartado visual, lo que vas a encontrar es un videojuego de la vieja escuela bastante adictivo y con una duración decente. Pero si eres un poco exigente con lo que ves, te va a costar hacerte con el juego.