Este análisis ha sido realizado con una copia digital facilitada por Meridiem Games. Juego disponible en Nintendo Switch.

Hace unos meses llegó a Switch una versión remasterizada de Oddworld: Munch's Oddysee. El juego es original de Xbox y salió en 2001.

El héroe verdoso ha recibido múltiples ports y entregas, tantas que a veces a una le cuesta seguir el rastro, y aunque cuenta con su base de seguidores, no es precisamente el personaje más popular de los videojuegos.

El título nos ofrece una curiosa mezcla de plataformas y puzzles. En este análisis vamos a ver que tal ha envejecido y si vale la pena jugarlo o no.

La oveja negra de la familia

Oddworld: Munch's Oddysee es la tercera entrega de la Saga Oddworld, creada por Oddworld Inhabitants, una aventura de puzzles y plataformas en 2D que venía de ser uno de los juegos más vanagloriados del momento, pues era uno de los juegos de referencia de PlayStation gracias a su apartado gráfico y a sus brillantes cinemáticas, que en su momento eran de lo mejorcito del panorama.

Con esta tercera entrega, que en principio iba a ser para PS2 pero al final salió como uno de los exclusivos de Xbox, los desarrolladores quisieron dar el salto al 3D para terminar de consolidarse. Sin embargo, se llevaron un pequeño batacazo y el juego no acabó de convencer ni a los fans, ni a los nuevos jugadores que se iniciaban en el mundo de Abe y compañía con este título.

De hecho uno de sus desarrolladores llegó a confesar que sufrieron bastantes restricciones temporales y técnicas durante el desarrollo del juego. Eso provocó que el título que finalmente fue lanzado quedara muy lejos de la idea original, en la que pretendían meter un montón de mecánicas nuevas. Eran tan altas sus pretensiones que los chicos de Oddworld Inhabitants incluso lanzaron un vídeo en el que mostraron un montón de novedades que al final, por desgracia, no se vieron en la versión final del juego.

Así que lo que pasó fue, básicamente, que tenían una gran idea que podría haber sido un exitazo como sus predecesores y en lugar de eso sacaron una versión chapucera por culpa de decisiones que poco tienen que ver con el juego en sí y que se toman en los despachos.

Abe, el Moisés de los extraterrestres

Para los que no estéis familiarizados con la saga, os pondré un poco en situación. Abe, el protagonista de la saga, descubre que los malvados directivos de la fábrica en la que sirve como esclavo, los Glukkon, quieren usarlos como alimento. Nuestro héroe se rebela y emprende una épica aventura para salvar a los suyos y acabar con el yugo y la opresión de los villanos. Convirtiéndose así en el salvador de su raza y un héroe para todos los Mudokons.

Todo esto nos lo explican en una cinemática bastante amena narrada por el propio Abe, que es bastante de agradecer para los jugadores que no hayan jugado a los títulos anteriores. Aun así, es una pena que los otros juegos no hayan sido portabilizados a Switch, ya que resta posibilidades de se juegue que juegues a ellos y eso le quita un poco de encanto y matices a la historia. Aunque no es estrictamente necesario que los juguemos para disfrutarla.

En Munch's Oddysee una pequeña criatura de otra raza llamado Munch es atrapado por los Glukkon para correr una suerte parecida a la de Abe. En esta ocasión no quieren comérselo, sino experimentar con él y otras criaturitas llamadas Fuzzles. Abe no puede consentirlo, así que va en su busca para tratar de liberarlo.

El juego plataformas del Flautista de Amelín

En esta aventura alternaremos el control de Munch y Abe, para volver a vencer a los Glukkon y acabar con su tiranía. Empezamos controlando a Abe, que es una especia de Flautista de Amelín alienígena que puede hacer que los demás Mudokon le sigan y vayan a donde él quiere. Con la ayuda de sus semejantes, y la recolección de Arbustos Spooce, abrirá puertas para seguir avanzando hacia el rescate.

Por su lado, Munch consigue liberarse con la ayuda de los Fuzzle y avanza dejando fuera de combate a enemigos con una especie de rayo que sale de su cabeza, o salvando a un número determinado de estos peluditos compañeros, que también pueden ser lanzados contra los oponentes.

Los niveles se desarrollan mediante una serie de plataformas y puzzles que combinan los comandos de voz y la recolección de objetos. Y aunque hay bastante variedad entre ellos, a la larga pueden hacerse un poco repetitivos por su simpleza.

La mecánica es bastante similar a la de los juegos anteriores, con la diferencia de que en este caso tenemos unas máquinas expendedoras que contienen unos refrescos que nos darán habilidades temporales. Por ejemplo correr más rápido o que el rayo de la cabeza de Munch aturda a los enemigos.

Sin embargo, si comparamos la dificultad de este juego con sus predecesores, es posible que se nos haga bastante sencillo, ya que en esta ocasión la forma de avanzar es mucho más simplona que los juegos anteriores en 2D.

Un remaster a medias

En lo que se refiere al apartado técnico llamarlo remaster es ser un poco optimista. Es cierto que tiene una mayor resolución y algo de mejoría en las texturas, pero los escenarios se siguen viendo muy vacíos y algo tristes.

Se agradece que el port haya llegado a nuestras consolas actuales, pero el juego ha envejecido tan mal que si no eres un gran fan de la saga tal vez se te haga pesado de jugar, ya que su mecánica ha quedado bastante anticuada, la cámara es bastante desastre y los controles demasiado bastos. Y es que cuando llevas un rato jugando y por quinta vez intentas agarrar a un Mudokon y, en lugar de eso, le das a la palanca de al lado sin querer se vuelve bastante desesperante.

Además el sonido tampoco ha sido mejorado y, aunque a día de hoy al menos tenemos un paquete de idioma que nos permite jugarlo doblado, las voces se solapan y se hace un poco desagradable.

El éxito hubiera llegado de la mano del remake

En mi opinión personal, creo que si en lugar de hacer un “port de un port” y llamarlo remaster hubieran apostado por un remake que arreglara todos los fallos de sonido, cámara y controles que sufre el juego, tal vez podríamos estar hablando de uno de los plataformas más interesantes del momento. Y, probablemente, hubiera tenido tanto éxito como otros remakes recientes como Crash Bandicoot o Spyro.

Pero a pesar de sus fallos, Munch's Oddysee sigue siendo un juego con mucho encanto, con un estilo único y desenfadado. Una oda a la vida que te cuenta una historia con una moraleja sobre nuestra responsabilidad para con el medio ambiente, la lucha de clases y la opresión al más débil. Además, su doblaje divertido y su peculiar humor hacen que el encanto de la saga Oddworld no se llegue a perder del todo.

Dónde comprarlo

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