No podemos decir que 2017 no haya sido un año bueno para los amantes de la velocidad, más bien todo lo contrario, hemos tenido la simulación y la belleza de Gran Turismo Sport, la vuelta a los Rally con DiRT 4, el realismo y variedad de Project Cars 2 o la fidelidad de F1 2017, por citar algunos.

Pero mucha gente esperaba por el regreso de una saga que lleva ya muchos años con nosotros y que se aleja de la simulación para apostarlo todo a la espectacularidad, a los derrapes, el nitro, los saltos, las chispas y los golpes contra los coches de policía en locas persecuciones.

Dos años después de un aplaudido reinicio llega a las tiendas Need for Speed Payback, una apuesta con algunos cambios y una idea siempre en mente, dar espectáculo, sorprender. ¿Lo habrán conseguido?

Rápido y Furioso

A muchos os sonará el título del apartado por cierta película, y es que la influencia de A Todo Gas en esta saga (o de la saga en la película) es evidente. En esta entrega nos enfrentaremos a La Casa, una organización que pretende controlar todas las apuestas de Fortune Valley con amaños que le otorgan grandes cantidades. Muchos pilotos están dispuestos a colaborar por las altas sumas de dinero que reciben, pero no todo el mundo está de acuerdo.

Una traición disuelve nuestra banda y cada miembro toma su camino, pero sus vidas aburridas y sus ansias de venganza les vuelven a juntar, pues hay que parar la expansión de La Casa como sea, o correr nunca volverá a ser divertido.

La campaña del juego, para ser su principal pilar, está lejos de ser memorable, no sorprende y no cuenta con el suficiente empaque como para levantarnos de la silla. Se agradece que podamos participar con varios personajes, pero la personalidad de cada uno no puede ser más genérica, el héroe guaperas, el negro divertido y alocado, la chica sensata experta en seguridad y el mecánico asiático y malhumorado.  ¿En serio?

Por supuesto algunas escenas son espectaculares, y visualmente presentan un buen nivel, pero esperaba mucho más trabajo de guión y no unas situaciones y conversaciones tan vacías y una historia tan plana y llena de clichés. Es cierto que en un juego donde sólo podemos conducir tampoco puede dar mucho de sí, y los intentos de partes "a pie" con Quick Time Events históricamente nunca han funcionado, pero algo menos genérico habría estado bien. Habrá quien le guste esta simpleza y no pida más complicaciones, igual que a veces nos apetece un poco de fast-food. Cuestión de gustos.

Mundo aún más abierto

Después de vivir en la permanente noche con el reinicio de Need for Speed de 2015 se vuelve a los ciclos de día/noche y se le ha querido dotar al juego de una mayor libertad y variedad de pruebas, para que ese gran mapa que se abre ante nosotros se vaya poblando de actividades por hacer que nos mantengan entretenidos durante meses.

El modo principal es, como ya comenté, la Campaña, en la que se nos van abriendo misiones que van desde las clásicas Carreras, Contrarrelojes o Pruebas de Derrape hasta otras novedosas como las Pruebas de Aceleración, con minijuego para ir cambiando de marcha), las Pruebas Todoterreno, donde por fin podemos ir campo a través y también las Pruebas de Escape, que como os podéis imaginar consisten en escapar de los miembros de La Casa o la policía.

Tampoco me quiero olvidar de los Desafíos, que son pruebas como alcanzar una velocidad determinada o ir en sentido contrario que le dan más variedad, así como el hecho de poder apostar justo antes de una carrera por un objetivo adicional (por ejemplo permanecer en el primer puesto al menos 60 segundos, o terminar la carrera antes de un tiempo determinado) que siempre podemos rechazar pero que si aceptamos siempre le da algo más de interés, aunque podrían haberlo ampliado más con distintas apuestas o la posibilidad de definir nosotros las cantidades y los objetivos.

Si bien no es un número muy variado, cada prueba tiene ciertas variantes y cuando se trata de misiones de la propia campaña a veces tienen un contexto y mucho diálogo con las diferentes bandas repartidas por el mapa con las que tendremos que batirnos y hacernos respetar para que se unan a nuestra lucha. Seguramente hayáis visto en diferentes vídeos promocionales misiones de gran carga narrativa y espectáculo como la de robar un coche de 2 millones de dólares de un tráiler en marcha. Por desgracia ese tipo de misiones scriptadas y tan espectaculares no abundan.

La gran novedad jugable aquí es el hecho de que el mapa nos permite por primera vez salirnos de la carretera y descubrir caminos de tierra, ir atravesando campo. Toma prestadas muchas ideas de la saga de Xbox Forza Horizon como los radares de velocidad, los tramos en los que mantener una velocidad media mínima, romper carteles de publicidad y la búsqueda de coches abandonados para restaurar, con la variante que aquí no te marcan una zona donde pueda estar el coche, sino una foto de un trozo de mapa que debes ubicar tú, buscar la carrocería y luego encontrar nuevas pistas para las distintas piezas necesarias. Un poco engorroso.

Por un lado se agradecen estas pequeñas pruebas repartidas por el mapa, pero siempre sale perdiendo en comparación con el juego de Turn 10, hay menor cantidad y menor variedad. Además he notado que el juego tiene un problema de diseño, y es que por una parte te incitan a explorar fuera del asfalto pero por otra utilizan elementos como las rocas de los bordes de la carretera para obligarte a conducir bien y no salirte del camino, o muros invisibles que no tienen sentido en un mundo abierto. ¿Libertad o límites? Quedarse en tierra de nadie no le sienta bien al juego.

Tampoco me ha gustado que durante la Campaña la progresión de las misiones nos obliga a subir de golpe a un nivel que requiere dedicar un tiempo a cumplir eventos y mejorar nuestro coche. En Payback terminar carreras nos da SpeedCards, que son cartas que van mejorando el nivel de nuestro vehículo en distintos aspectos (turbo, frenos, aceleración, nitro...) y también Cargamentos o cajas de premios con objetos mecánicos y estéticos. ¿Cuál es el problema? Que existen las microtransacciones para acelerar el proceso y evitar tener que dedicar todo ese tiempo a subir el nivel, y cuando uno se está divirtiendo - que también hay muchos momentos donde es así - no le importa echar horas y repetir pruebas, pero cuando la cosa se vuelve repetitiva se convierte en una obligación aburrida y molesta. Ahh, y nada de quedar segundo, un pequeño error en la última curva y la prueba se da por no superada, toca repetirla, cero recompensas a todo lo que no sea ganar.

En términos de personalización tenemos la ventaja de poder descargarnos diseños de la comunidad y podemos entretenernos preparando el nuestro. También podemos añadirle mejoras mecánicas y visuales al coche, aunque a mi gusto es un aspecto muy testimonial, como el hecho de sólo poder modificar el reglaje de cada eje para modificar mínimamente la experiencia al volante. Y hay Modo Foto, aunque bastante limitado, pero menos es nada.

Las sensaciones jugables son casi calcadas a las que hemos visto en los últimos Need for Speed, la conducción arcade es sencilla y la clave está en dominar el derrape para no frenar mucho ni girar demasiado el coche. Ir fuera de asfalto penaliza la velocidad (tiene sentido, pero va en contra de fomentar esa "libertad" de escoger tu propio camino) y también el choque lateral con las vallas ralentiza demasiado el coche para mi gusto. La IA rival es muy correcta, tal vez en ocasiones le falte ser más agresiva y a veces la CPU utiliza ciertos "trucos" para darle emoción a las carreras, pero las carreras son divertidas casi siempre y es posible que el habitual de la saga estará satisfecho que a nivel jugable no haya cambiado demasiado la fórmula.

¿Y la duración de la Campaña? Pues bien, a nosotros nos ha durado unas 18 horas, una cifra que no está nada mal, aunque dependerá mucho de las veces que tengáis que repetir las misiones.

Respecto al online el juego también lo veo algo limitado, durante la campaña el antaño aclamado Autolog se limita a decirnos al final de una prueba si hemos superado la marca de un rival y poco más, nada de integrar carreras online o al menos pilotos fantasmas. El juego cuenta con un apartado online bastante insulso, carreras de hasta 8 jugadores sin muchas opciones de personalización, aunque al menos el sistema de emparejamiento en nuestras partidas ha sido correcto y aquí, al contrario que en otros juegos de simulación, no importa si un jugador se choca contigo, de hecho es una de las gracias.

En definitiva, la mayoría de misiones contra las bandas terminan haciéndose repetitivas y el hecho de tener que subir de nivel no siempre mantiene alto el nivel de diversión y baja mucho su ritmo (salvo que pases por caja). Valoro positivamente que pueda salirme de la carretera y se ofrezca una mayor variedad de misiones que en juegos anteriores, pero da la sensación de haber querido aprovechar mucho trabajo previo para adaptarlo a nuevas ideas y el juego no ha terminado de definirse.

El brillo apagado del Frostbite

En los últimos grandes lanzamientos de Electronic Arts con el motor Frostbite uno ya casi da por hecho que se va a esperar un apartado gráfico de mucha altura, pero sorprendentemente tampoco aquí consigue brillar el juego.

Es cierto que la campaña cuenta con unos modelados de los personajes muy competentes (algo por debajo de Battlefield, por ejemplo, pero aún así a buen nivel), los coches lucen bastante bien, con algunos modelos de alta gama de lo más molón, y un sistema de iluminación más que correcto apoyado por el ciclo día/noche que deja algunos atardeceres interesantes, la cámara sigue jugando con el zoom en los derrapes en un efecto que sigue quedando bien y los choques son contundentes, tanto a nivel sonoro como con chispas, giros de cámara y desenfoques. Tal vez se abuse un poco del efecto Motion Blur, pero no le sienta mal.

El problema es que a nivel gráfico tampoco hay nada que destaque, hemos visto mejor iluminación en muchos juegos, el framerate se mantiene algo inestable (no tiene grandes caídas, pero esos 30 fps no parecen muy fijos), tiene bastante popping (generación espontánea de polígonos en la distancia) y algunas texturas están muy poco trabajadas. Es cierto que conseguir 60 frames por segundo en un juego de mundo abierto tan extenso y sin tiempos de carga es realmente complicado, pero esperaba una mejoría visual, especialmente habiéndolo probado en una PS4 Pro donde supuestamente hay un 4K dinámico que no se aprecia por ningún sitio y también se han olvidado del HDR.

Tampoco me ha gustado la visualización de daños, es muy aleatoria, a veces nos damos enormes porrazos y el coche no tiene un solo rasguño, y otras termina muy destrozado. Tampoco hubiese estado mal un sistema climatológico adverso y no correr siempre con cielos despejados, y más cuando vimos que en Need for Speed Rivals habían conseguido un sistema de lluvia visualmente muy impactante.

Es cierto que el anterior Need for Speed se aprovechaba de ciertos trucos visuales con unas pistas siempre mojadas y de noche, y este juego es más ambicioso en lo técnico y probablemente tenga más mérito, pero el aspecto exterior es más pobre.

Eso sí, en el aspecto sonoro Payback presenta un buen nivel, tanto las canciones de las misiones como los diferentes temas de los canales de radio que podemos escuchar, pasando por las voces en un perfecto castellano con un doblaje muy competente (aunque os recomiendo que bajéis el volumen de los efectos de sonido porque tapan mucho las voces ingame). El rugido de los motores y el impacto de los choques también está muy logrado y además se utiliza el altavoz del Dualshock (¡por fin un juego que se acuerda de que existe!) para la radio de la policía.

Conclusion

Esperaba más de una franquicia tan importante y con tanto presupuesto y seguidores detrás, y más sabiendo que la saga se había tomado un año sabático y contaba con 24 meses de desarrollo para aprovechar las bases de aquel "reinicio" para hacer algo mejor.

Need for Speed Payback tiene algunos momentos memorables, una historia correcta, una jugabilidad muy familiar y más variedad de pruebas que su antecesor, pero su estructura de niveles a lo RPG a veces obliga a "grindear" y eso penaliza ritmo y diversión, y su apartado técnico tiene más sombras que luces.

Además no vemos nada de innovación en una fórmula que la viene pidiendo a gritos desde hace años. Si eres fan de la saga te gustará volver a las persecuciones, a estamparte contra la policía y disfrutar de los derrapes y el Nitro a bordo de vehículos de ensueño, pero también pienses que a la franquicia le haga falta más trabajo para brillar de verdad.

Dónde comprarlo

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