Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por SOEDESCO, título disponible en Nintendo Switch (versión analizada) y PC, y llegará en febrero de 2022 a Xbox y Playstation.

Estos días he estado probando en mi Nintendo Switch Monster Crown. La ópera prima del estudio Canadiense Studio Aurum que debuta ya mismo en consolas.

Monster Crown es un juego de recolección y crianza de monstruos en el que los principales atractivos son coleccionar monstruos, criarlos y enfrentarlos en combate. Sí, supongo que el argumento os suena a otra popular franquicia que aún no voy a mencionar.

Pero aun así, permitidme que lo analice intentando no compararlo y al llegar a las conclusiones lo vemos, ¿de acuerdo? Bien, pues vamos allá.

Criando monstruos versión retro

Lo primero destacable del juego es su aspecto retro y su música. El estilo rollo pixel art le da un encanto y una belleza a lo años 90 que encandilará a los más nostálgicos.

Al comenzar podemos personalizar nuestra apariencia, nuestra identidad y nuestro nombre. Y podremos modificar esa apariencia siempre que queramos.

Al comenzar la aventura, nos hacen una pequeña introducción de como es este nuevo mundo: Vivimos en una sociedad donde los domadores de monstruos pueden utilizarlos para que les ayuden en sus quehaceres diarios, les protejan o hagan cosas por ellos. Pero que no se alarmen los animalistas, en este juego no capturamos a estos monstruitos, sino que les proponemos una especie de pacto con aspecto de contrato que beneficia a ambas partes y que ellos aceptan, o no, según les convenga.

Con este contexto de base empezamos nuestra aventura en la que nuestro padre nos encarga un par de misiones sencillas de pactar con nuestro primer monstruo y entrenarlo un poco para ir abriendo boca y nos vayamos acostumbrando al mapa y al sistema de batalla.

No voy a entrar demasiado en lo que se refiere a la historia, pues no quiero haceros spoilers. A mí se me ha hecho similar a la de otros juegos y no me ha aportado demasiadas cosas nuevas. Pero eso dejaré que lo juzguéis vosotros mismos si decidís jugarlo.

Se acabaron los combates aleatorios

Los mapas están hechos con detalle y mimo. Además, tienen ciclo día/noche y cambios de clima, lo cual le da un toque más interesante. Sin embargo, a menudo son tan confusos que podemos perdernos con facilidad o quedar atrapados en un callejón sin salida. Aunque los puzzles de algunas zonas son bastante chulos.

Algo que destaca respecto a otros juegos similares es que, en este caso, podemos ver a los monstruos campando a sus anchas por el escenario y acercándose a nosotros. Así, en lugar de batallas aleatorias podemos decidir cuando enfrentar o no a un monstruo.

Eso sí, he de decir que donde más flojea Monster Crown es en el diseño de sus monstruos. Es algo que, en mi opinión, debería ser lo más importante, lo mejor diseñado y lo más original. Sin embargo, los diseños de los monstruos son bastante simplones, poco originales y que no despiertan en nosotros el más mínimo sentimiento.

Siéntete como un dios creando nuevas especies de monstruos

Por contra, aunque es cierto que como comentaba el diseño es algo sencillo, tiene un sistema de crianza bastante novedoso e interesante. Y es que, después de avanzar un poco en la historia, se nos presenta la posibilidad de hacer que las criaturas tengan hijitos uniéndose y formen especies completamente nuevas cuando los papis sean de razas distintas. Cualquiera de los cientos de monstruos que trae el juego se puede combinar con cualquier otro, dando lugar a un montón de posibilidades de nuevas razas únicas.

Estas nuevas razas modifican tanto las estadísticas de los bichos como su apariencia. Es decir, generan un diseño completamente nuevo del monstruo basado en la fusión de sus dos progenitores.

Así que, una de las cosas que me ha parecido más interesantes ha sido trastear con estas posibilidades y ver que sale. Además, como cada una de estas creaciones es el origen de una nueva raza podremos sentirnos como dioses de la fauna y nombrarlos como más nos plazca.

Piedra, papel, tijera, lagarto, Spock

El sistema de combate es como se podría esperar de un juego de estas características. Combates por turnos en los que las diferentes razas de cada monstruo juegan el papel principal en una relación jerárquica.

Así, los monstruos de tipo Cruel toman como presa a los de tipo Inestable, los Inestables confunden a los de tipo Incansable, los Incansables son tan resistentes que agotan a los de tipo Tenaz, los de tipo Tenaz usan su fortaleza como escudo y soportan los golpes de los de tipo Corpulento, y la fuerza bruta de estos es superior a los de tipo Cruel. Ahora os pongo un dibujito para que os resulte más claro, tranquilos.

El juego también trae un par de funciones de multijugador online. Para empezar, los monstruos que podemos crear pueden verlos otros jugadores e incluso usarlos. Algo que está bastante bien pensado. También podemos intercambiar con otros domadores a nuestros monstruos, mercancías, etc. Además, cuando morimos aparecemos en el último punto de guardado y hemos perdido todos los objetos que llevábamos encima, lo cual es una faena. Sin embargo, otro jugador puede encontrar nuestra mochila y beneficiarse de ella, así como nosotros podemos encontrar mochilas ajenas en nuestros viajes.

Algo que sí me ha resultado un pelín decepcionante es el hecho de encontrarme bugs en un juego tan sencillo. Pues, en ocasiones, había algunas frases sin traducir o mal escritas. Aunque el peor que experimenté fue que, al llegar a un punto de descanso el juego se me bloqueó y, aunque había guardado hacía poco, mi partida se perdió hasta varias horas más atrás. Un desastre, la verdad.

Un Pokémon sin Pokémon

En resumen, el juego no está mal, es más o menos entretenido y el aspecto retro y la música molan. Pero el diseño de los monstruos es algo simplón y poco atractivo. Las mecánicas, por su parte, en general son poco innovadoras y cero imaginativas. Lo único que me ha parecido realmente original es el método de crianza de monstruos, pues todo lo demás llega claramente inspirado por la franquicia de Nintendo.

Y es que seamos claros, si haces un juego que se parece tanto a Pokémon al menos que el diseño de tus monstruos sea como mínimo tan atractivo como tu fuente de inspiración. Y que tus mecánicas sean, al menos, igual de imaginativas. Porque lo de que en vez de lanzarles una Pokéball les demos un contrato... Suena bastante absurdo, la verdad.

Por desgracia, si no eres capaz de estar al nivel imaginativo del juego al que estás emulando, al final lo único que consigues es un juego que se parece a Pokémon y que se juega como Pokémon, pero que no es Pokémon. Y, me sabe mal decirlo, pero sales perdiendo.

A pesar de esto, como dije el juego tiene cosas buenas. Así que, si os apetece darle una oportunidad podéis disfrutarlo en Nintendo Switch, Microsoft Windows, PlayStation 4, GNU/Linux, macOS, Xbox One, Mac OS y PlayStation Vita.