Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Best Vision. Juego disponible en PCVR, PLAYSTATION VR2 (versión analizada) y QUEST.

Introducción

Los juegos de música, danza, rítmicos, o como queráis llamarlos se remontan a hace muchos años, naciendo a la vez que los procesadores capaces de emular, mal que bien, diversos instrumentos.

Antes todo eran bips y bops, después moduladores MIDI y por fin, con los 32 bits y permiso del Mega CD, llegó un sonido que podía incluso reproducir voces sin que parecieran de alguien hablando bajo el agua.

Aunque yo no caí en la fiebre, sí que vi con una mezcla de asombro y envidia sana el auge del género musical con títulos como Guitar Hero y Rock Band, pues algunos de mis amigos habían montado auténticas bandas.

En Japón, cuando tuve la suerte de ir, todavía veías salones arcade, que ya es decir, y entre las máquinas nunca olvidaré a una japonesita embutida en su vestido blanco demodé, bailando frenéticamente como si no hubiera un mañana.

En definitiva no han sido pocas las veces que la música ha servido al propósito mismo de un videojuego, pero no recuerdo ninguno donde fuéramos un demonio justiciero a ritmo de rock duro: bienvenidos a Metal: Hellsinger VR.

Metal: Hellsinger VR 1

Una idea brillante

Analizar Metal: Hellsinger VR es relativamente sencillo si has jugado al reboot de Doom por un lado y a Hi-Fi Rush por otro. Si no lo has hecho ya estás tardando, pero intentaré explicarte de qué va la vaina.

Metal: Hellsinger VR nos pone en la piel de la Extraña, una criatura demoníaca rebelada contra el mismísimo Infierno y su regente la Inquisidora.

Así, a lo largo de nueve fases incluyendo un tutorial, nos abriremos paso entre los distintos círculos infernales, o diversos infiernos si lo preferís, cada uno con su propia ambientación, pero sobre todo con su propia música que ya os adelanto es alucinante.

La cosa consiste en repartir leña a lo largo de varias arenas, más o menos grandes, hasta que no quede ni un bicho viviente y podamos acceder a la siguiente.

Metal: Hellsinger VR 2

Como habréis imaginado, la música de fondo tiene un ritmo que vemos representado por unas flechas en nuestra retícula, o mismamente por los corazones palpitantes de los esbirros infernales. Lógicamente obtendremos diversas ventajas si disparamos, saltamos y hasta recargamos las armas al compás.

La música crece a la vez que nos flipamos, pasando de un ritmo básico a todo un concierto de hard metal si mantenemos el combo. Es casi como si tú mismo estuvieras tocando los instrumentos, sólo que estos son toda clase de armas con la que despedazar a los diablos.

Al final de cada infierno nos espera la manifestación de la Inquisidora que, aunque esencialmente igual, adopta nuevos patrones de ataque. Sólo al final la veremos en todo su esplendor, en un combate tan épico como desafiante.

Metal: Hellsinger VR 3

La excusa del argumento

Entre fases Metal: Hellsinger VR nos lleva a una sala de briefing, donde sin duda se adivinan buenas intenciones.

Así, tras lo que inicialmente parecen unas opciones muy limitadas, descubrimos una biblioteca con varios libros que abordan distintas configuraciones para la cámara, comodidad, gráficos, sonido, etc. Otros volúmenes, de un color distinto, contienen imágenes de arte, un bestiario o los créditos del juego.

Metal: Hellsinger VR se molesta en introducir un argumento, lo que incluye una especie de película introductoria para cada fase aparte de la secuencia final, pero enseguida se adivina como una excusa para meternos en vereda.

Cada nivel presenta cuatro dificultades aparte de tres retos llamados tormentos, que tienen lugar en nuevas arenas. Vamos que hay chicha.

Metal: Hellsinger VR 4

Contamos con dos armas básicas: una espada para el cuerpo a cuerpo, y un cráneo llamado Paz que hace las veces de narrador y permite disparar sin recargarlo aunque no hace mucho daño.

A lo largo del juego conseguiremos ballestas, pistolas dobles, escopetas y unas guadañas, pero ya se adivina que habrá más armas disponibles por DLC. Obviamente podemos configurar tan pintoresco arsenal antes de pasar a la acción.

Hablando de DLC, la sala de briefing permite elegir la música para cada fase, apareciendo varios temas que llegarán como contenidos descargables.

Más y más bichos

Si pretendes encontrar en Metal: Hellsinger VR un toque mínimo de aventura, la verdad te puedes ir olvidando.

Al principio de este análisis he nombrado Doom por los combates en arenas infernales e Hi-Fi Rush por el tema omnipresente del ritmo. Metal: Hellsinger VR es una mezcla de ambos, efectivamente, pero prescinde completamente del elemento narrativo.

Metal: Hellsinger VR 5

A pesar del endeble guion, del que ya he dicho que sirve como excusa, esto se trata de matar demonios, eso sí con mucho ton y con mucho son.

Los enemigos no terminan de ser muy carismáticos, siendo quizás el talón de Aquiles de Metal: Hellsinger VR, ya que por el contrario los escenarios están muy bien hechos.

Ahora bien, yo creo honestamente que los adversarios deben ser vistos como simples notas: unas sencillas, otras que requieren pulsación simultánea, otras que precisan dejar apretado el botón... De algo así no nos quejaríamos, ¿cierto?

Metal: Hellsinger VR va de tocar las notas adecuadas, sólo que éstas son diferentes: unos enemigos que van hacia ti a lo loco, otros que te disparan, otros gigantes con mazas... No se llevarán el premio a los antagonistas del año, pero insisto en que vistos como los compases de un juego musical me parecen mucho más atractivos que lucecitas de colores.

Cierto es que, avanzando por entornos tan chulos, se podría haber explotado algo más el componente de la exploración, aunque por lo menos en cada infierno hay una especie de blasón por descubrir.

Abracadabra

Hasta ahora nos hemos referido a Metal: Hellsinger VR como si de cualquier juego se tratara, pero ¡ay amigos que esto es la realidad virtual!

Aclaremos que los tiempos de las llamadas experiencias ya pasaron, y todos los intentos por colarnos algo así al menos en mí van a encontrar un juicio inmisericorde.

Por suerte no es el caso, ya que Metal: Hellsinger VR viene directamente del título homónimo lanzado para la TV en 2022, que con el casco adopta una dimensión totalmente nueva de realismo e inmersión.

Con los temazos de fondo, acribillando demonios, más de una vez os vais a sentir en la piel de la Extraña, como un ser poderoso que campa a sus anchas por el infierno. Vamos que os vais a flipar de lo lindo.

Metal: Hellsinger VR 6

Metal: Hellsinger VR incorpora muchas opciones relativas a la realidad virtual, incluyendo giro suave. Me resulta chocante que después de años los desarrolladores sigan pensando que este tipo de movimiento marea menos cuanto más lento sea, cuando es justo lo contrario. Por suerte su velocidad es completamente configurable, así como la altura, la implementación de viñetas, el tamaño de los subtítulos, etc.

Apartado técnico

Con respecto a los gráficos, habría que distinguir entre los escenarios y los enemigos. Los primeros están fenomenal sobre todo en cuanto a su factura técnica; si nos referimos a la ambientación, llega a sorprender por momentos pero no alcanza los niveles de Agony.

Por el contrario los demonios son más sosos sobre todo por sus pobres animaciones. Irónicamente la propia Extraña, que sólo se ve en las escenas cinemáticas al hablar de un juego en primera persona, está mejor hecha que cualquier antagonista.

Metal: Hellsinger VR 7

Sobre el tema del sonido, Metal: Hellsinger VR me ha hecho pensar. Aquí la música es un elemento fundamental, evidentemente, pero uno se pregunta por qué sólo estos videojuegos pueden tener una buena banda sonora.

Por supuesto hay excepciones, pero me doy cuenta de que en la inmensa mayoría de mis análisis la música simplemente acompaña, cuando podría ser un elemento determinante. Estoy pensando ahora, según escribo, en ASTRO BOT: Rescue Mission y los temazos de los jefes. No es muy común escuchar melodías tan pegadizas.

Sea como sea un diez para las canciones de Metal: Hellsinger VR, y si os gusta el rock no digamos. Eso sí, sorprende que no haya apenas efectos.

Metal: Hellsinger VR 8

Con respecto a otras funcionalidades propias de PS VR2, me temo que están relegadas a la marginalidad, ya que éstas se esperaba fueran aprovechadas sobre todo por los desarrollos propios de Sony y, espera un momento, ¡no existen!

En fin permitidme tirar un poco de ironía, el caso es que por supuesto os podéis ir olvidando de la vibración háptica, no digamos ya del seguimiento ocular.

Las voces por cierto están en inglés, lo que en realidad virtual nos obliga a leer molestos subtítulos en español. Por suerte como ya he dicho la trama es una mera excusa.

Conclusión

De cara a valorar justamente Metal: Hellsinger VR, confieso que no soy precisamente un forofo de juegos musicales. Debo tener esto en cuenta y preguntarme qué me parecería este título si versara sobre un género más de mi gusto.

Viéndolo así, el único defecto que encuentro en Metal: Hellsinger VR es una cierta falta de variedad, como si cada nivel fuera más de lo mismo.

Metal: Hellsinger VR 9

Por otro lado, como ya he dicho, hay juegos de este tipo que consisten en pulsar los botones cuando pasan las notas. ¿Qué puede haber más monótono? Por lo tanto, hacerlo recorriendo el infierno y utilizando distintas armas para acribillar demonios siempre va a ser más divertido.

La banda sonora, que es la piedra angular en este caso, es sencillamente brillante. Al ser configurable para cada nivel, de alguna forma cambia la manera de jugarlo, por lo menos si pretendemos seguir el ritmo para obtener las mejores puntuaciones.

En definitiva si tienes un HMD y te gustan los juegos de música, Metal: Hellsinger VR es un imprescindible. Si prefieres experiencias menos arcade y más versadas en la aventura o en darle al coco, te puede divertir igualmente pero no deja de ser un mata-mata un tanto repetitivo.