Hoy en Sonyers os traemos el análisis de uno de los juegos de indudable calidad que la propia Sony nos ofrece para PS4 de mano del estudio indie finlandés Housemarque (Alienation).

Matterfall nos presenta una mezcla bastante llamativa entre el género plataformas y el de acción de disparos en 360 grados, y a pesar de la trama futurista y extraterrestre tan ampliamente utilizada tanto en cine como videojuegos, Matterfall tiene algo que aportar a este mundillo tan visitado.

Si quieres saber qué nos ha parecido este juego en Sonyers, acompáñanos a través de estas líneas por un análisis a fondo de todas las posibilidades que puede ofrecerte este interesante título.

Un historia vista antes

Como decía anteriormente, la historia (que se trata solamente en la intro del juego), no es ninguna revolución. Incluso se podría decir que es algo escueta y simple: el problema de los recursos en nuestro planeta cada vez es más patente, y en un futuro contamos con tecnología alienígena avanzada.

¿Cuál es el problema? Según la propia narradora, dedicamos todos nuestros esfuerzos económicos en explotar esta tecnología, que finalmente se vuelve contra nosotros (como no podía ser de otra manera), siendo necesaria la actuación de nuestro personaje para limpiar el planeta de la invasión de las máquinas.

Este punto no tiene por qué ser especialmente negativo, dado que una historia profunda no es exactamente lo que uno va buscando con este tipo de videojuegos. Al menos en nuestro caso, hemos dado con la fórmula ganadora: acción, dificultad y diversión. Nos ha sido más que suficiente.

Una jugabilidad excelente

Este apartado será bastante subjetivo por parte del jugador, pero a nosotros nos ha parecido excelente el modo de plantear la jugabilidad y los controles a lo largo del título. Como punto principal, podríamos destacar que todas las mecánicas principales del juego estarán disponibles desde la primera pantalla de juego, y las conocerás a través de un sencillo tutorial al principio del nivel.

Después, estás solo ante el peligro. En una primera toma de contacto es posible que te cueste algo más, pero los controles son bastante intuitivos y controlar todos los movimientos del personaje es esencial para completar con éxito cada una de las doce fases en las que se divide este juego (exactamente nueve pantallas y tres jefes finales).

Lo que si iremos consiguiendo, conforme vayamos encontrando a civiles a lo largo de todos los escenarios, son mejoras tanto pasivas como armas secundarias, de las cuales solo podremos utilizar tres a la vez, incluso las habilidades pasivas están restringidas a este número. En cuanto a los movimientos disponibles, podrás disparar en todas las direcciones, pero además podrás utilizar un choque para aturdir a los enemigos y atravesar paredes de materia, que tu mismo puedes crear en ciertas zonas con un rayo para protegerte. La habilidad del choque es más importante de lo que parece, y combinar el cañón principal con ésta será la clave del éxito absoluto.

Un apartado técnico bastante aceptable

En cuanto al apartado artístico, a pesar de no ser una genialidad, nos ha gustado bastante. Gráficamente no es nada del otro mundo, pero tampoco le hace falta. Sin embargo, en ocasiones la banda sonora puede ser algo pesada si le dedicas un número considerable de horas. No obstante, el juego no es muy largo (nosotros hemos tardado unas cinco horas), por lo que quizá no te de tiempo a necesitar un cambio radical en la música que te acompañará durante tu aventura.

En este punto es conveniente destacar que el juego no es precisamente fácil, sobre todo al principio. Una vez que asimilas las mecánicas, no tendrás muchos problemas, pero al principio se torna complicado no morir un número considerado de veces antes de terminar el nivel.

Para aquellos que la dificultad sea un punto negativo, no tenéis de qué preocuparos: hay tres niveles de dificultad (más uno extra cuando te pasas el juego), en el que cambian el número de vidas (cada acierto del enemigo te quitan una) y la vida de tus contrincantes. El nivel superior de dificultad es un verdadero desafío para cualquier jugador, por lo que los fans de los retos tendrán aquí un motivo más para su compra.

Queríamos algo más

Por último, nos gustaría destacar ciertos aspectos que no han sido completamente de nuestro agrado. Lo que está claro es que lo que está hecho, está bien, pero echamos en falta algo más.

El modo principal del juego no tiene modo multijugador online, y aunque últimamente no es muy usual en este tipo de videojuegos, sí que podría adaptarse para tener (al menos) un modo multijugador local bastante divertido y adictivo.

El único componente online que tiene el juego es el de las clasificaciones mundiales de la puntuación con la que terminas cada nivel. Consigues puntos por derrotar a cualquier enemigo, y mientras no te dañen, irás aumentando un multiplicador de puntos. Nada más.

Y aunque esto puede ser algo más personal, se nos ha antojado algo corto y con poca variabilidad de enemigos. Tenemos la sensación de que la dificultad de la primera y la última pantalla no son muy diferentes.

Conclusión

Se presenta como un juego con unas muy buenas intenciones, divertido, adictivo y llamativo a la vista. Además, las mecánicas están disponibles desde el principio, y a partir de ahí tendrás que apañártelas para seguir avanzando. Eso nos ha gustado bastante.

Por otro lado, la música, aunque de buena calidad, se antoja algo repetitiva, y la historia, como es de esperar, no es para tirar cohetes. No obstante, el juego cumple perfectamente su función: entretiene y te mantiene pegado al sillón sin problemas.

En cuanto a la duración, quizá sea algo corto incluso para lo que estamos acostumbrados, pues a pesar de la dificultad que puede llegar a presentar, en Sonyers hemos tardado alrededor de 5 horas en completarlo en el modo de dificultad intermedio.

Teniendo en cuenta que el precio del juego es muy reducido, merece la pena darle una oportunidad y probarlo. No te defraudará en absoluto.