Hoy os traemos el análisis de un título de lo más interesante de la mano del estudio indie Tarsier Studios y publicado por Bandai Namco. En él, debemos adentrarnos en una especie de aventura en forma de pesadilla cuya protagonista es Six, cuya únicas herramientas son un simple mechero y tu ingenio.

Little Nightmares ha levantado bastante expectación por prometer ser una propuesta diferente, una aventura de terror psicológico que no se parece demasiado a nada que se haya visto antes, en modo de juego de plataformas con unos controles de lo más simples.

Lo único que cuenta, entonces, es tu forma de hacer las cosas y tu decisión, pues cualquier duda te hará fracasar en tu misión. Acompáñanos para conocer más a fondo sobre Little Nightmares y su peculiar protagonista.

Una historia sin contar bien plasmada

A la hora de enfrentarte al juego, si quieres entender algo, deberás leer algo antes sobre su trama, pues no encontrarás ninguna cinemática que te explique el porqué de las cosas. Ni siquiera el cómo ni el dónde, todo tendrás que imaginártelo tú.

Esto, a priori, puede ser algo negativo para algunos usuarios, pero a aquellos que les guste imaginar e interpretar deben saber que el juego, desde el principio hasta el final, es una metáfora que permite múltiples lecturas. Yo, personalmente mientras jugaba, pensaba en darle un sentido a todo lo que veía y relacionarlo con algún posible problema de la vida real de Six. No obstante, fue mi interpretación personal, totalmente libre para cada uno de nosotros. ¿Acaso eso no es maravilloso?

Lo que sí sabemos es que Six se encuentra en un calabozo de un extraño navío llamado Las Fauces, y usará un mechero y movimientos simples para escapar de él. Por el camino encontraremos diversos personajes que nos pondrán la tarea algo más complicada (aunque nunca llega a tener una dificultad elevada), así como rompecabezas que, de la misma manera, te costará poco resolver.

Jugabilidad reducida pero suficiente

Para el planteamiento que tiene el juego, los controles y la jugabilidad son lo suficientemente buenos como para no desesperarte en ningún momento como puede pasar en algunos otros títulos de plataformas. Six se mueve de forma precisa y controlada, además de tener una forma de moverse cautivadora, que dice bastante de ella. A través de sus movimientos y expresiones veremos a la par debilidad y fortaleza, una sensación extraña que resulta muy bonita a los ojos del jugador.

La cámara es fija, aunque podemos moverla hacia todas las direcciones algunos grados, lo que nos proporcionará seguridad en el próximo paso que tenemos que dar. No obstante, el juego es un plataformas puro y duro.

Dado que el género se presta a ello, el sigilo será un buen aliado, aunque algunos personajes son capaces de detectar tu presencia aunque estés quieto y a oscuras, por lo que no te quedará más remedio que correr o despistarlos tirando algún objeto. Quizá en este punto podríamos decir que algún cambio en las mecánicas a lo largo del juego no le habrían sentado nada mal, tales como un sistema de aprendizaje de habilidades de Six o algo parecido.

Un apartado artístico sublime

Dado que presenta un apartado técnico bastante simple y tradicional, y que no aporta nada a lo visto comúnmente en el género de plataforma, Little Nightmares está completamente pensado para dejar con la boca abierta con su apartado artístico.

En cuanto a lo visual, los fans de Tim Burton verán en él una maravilla, pues tiene una estética lúgubre y llamativa, y un diseño y caracterización de los personajes sencillamente fascinante. Y todavía no hemos hablado de lo mejor.

Por encima de su estética está su banda sonora, que en ocasiones te pondrá los pelos de punta. El juego no llega a dar miedo, pero la calidad de inmersión que consigue la ambientación sonora es perfecta, y te acompaña de una forma muy sutil tomando protagonismo solo en momentos clave, como cuando algún enemigo detecta tu presencia o Six tiene hambre. Conforme va pasando el tiempo, esta agradable sensación sonora se va intensificando hasta llegar un nivel que muchos juegos triple A querrían tener.

También tiene alguna pega

Por desgracia, no estamos ante un indie perfecto. Aunque la puesta en escena en general a mí me ha encantado, el juego se me ha hecho algo corto.

Como he dicho antes, me he tomado mi tiempo para reflexionar qué estaba pasando, qué representaba cada personaje y a qué miedo de Six podría estar haciendo referencia. Además, he intentado buscar los coleccionables (estatuas que tienes que romper y unos pequeños gnomos que tienes que abrazar) por todos los capítulos, cosa que eleva el riesgo en contadas ocasiones de ser cazada y aumenta ligeramente la dificultad.

Con todo esto, aunque no los he encontrado todos, el juego me ha llevado unas 8 horas. Al menos, en su defensa podemos decir que es corto pero intenso, cada dos por tres te sorprenderá con algún rompecabezas nuevo u otro personaje diferente mejor que el anterior. En mi caso, prefiero eso a los juegos tremendamente repetitivos.

A modo de conclusión

Es, sin duda uno de los mejores indies que he jugado en un tiempo, por su puesta en escena y su excelente apartado sonoro. La calidad de la inmersión que provoca no dejará a nadie indiferente.

Otro de los aspectos positivos del juego es el precio. La calidad de un juego no se mide, ni mucho menos, en lo barato o caro que es, pero hay una cosa clara: el juego está hecho con cariño y el precio es completamente justo para el usuario. La compañía no ha querido ponerlo a un precio más elevado a pesar de la expectación que estaba levantando, y eso es de agradecer.

Es probable que la duración se te haga algo corta, pues te quedarás con ganas de más, y con ganas de saber qué está pasando. Lo primero no tiene solución, salvo que expandan la historia a través de contenido descargable, pero lo segundo es una clara invitación a que tú formes una libre interpretación de la "no realidad" que se presenta ante tus ojos.

Acompaña a Six a través de sus pesadillas y ayúdala a escapar pensando como un verdadero niño, y dale tu propio sentido al juego para disfrutarlo como se merece.