Los chicos de Sinclair Strange, junto a Rising star games, nos traen este I Want To Be Human, un producto indie que vamos a analizar para ver lo que nos ofrece.

Historia

Me encanta cómo empieza la partida: música cañera, mucha sangre por todas partes y un ritmo que apunta a frenético. Lo que ocurre es que el ritmo del juego en sí no es nada frenético, mas bien todo lo contrario.

Una vez dejamos atrás el rojo brillante y la excelente música de los 90 comienza la historia.

Típica historia de amor en la que dos enamorados se aman hasta el infinito y más allá. Chico conoce chica, se enamoran y aquí empieza el problema, ya que la historia nos sitúa en un mundo dominado por la malvada corporación Smile Tech, que prohíbe los romances.

Así que nuestra pareja de enamorados son cazados besándose en público y se les condena a ser utilizados como conejillos de indias en experimentos genéticos como pago por sus tan malignos crímenes.

El experimento al cual son sometidos tiene como fin encontrar respuestas al secreto de la inmortalidad, algo que la humanidad lleva desde sus mismos inicios intentando lograr y al mismo tiempo crear el sombrero más confortable y adorable del mundo. Dos objetivos de gran calibre.

Finalmente, tras dos semanas de encarcelamiento en la Isla Prisión, la pareja de enamorados se las ingenia para escapar de la celda donde están recluidos.

 

Jugabilidad

A partir de aquí el juego se convierte en un plataformas con buena respuesta a los controles en el que seremos atacados por gusanos, esqueletos, soldados, exuberantes y bellas damas armadas hasta los dientes y todo tipo de trampas que dificultarán bastante nuestro avance.

Podremos defendernos con nuestra arma, una escopeta que podremos ir mejorando a lo largo de la partida, dispondremos de salto normal, salto doble y acelerador y podremos golpear cubos como si de un Mario cualquiera se tratase para conseguir más puntos. En este sentido decir que los niveles son de corta duración y que presentan cuatro retos a completar por nivel.

Estos cuatro retos que ofrece el juego son: no perder energía, terminar el nivel lo más rápido posible, matar a todos los enemigos y conseguir el disquete de un videojuego. Éste último se obtiene encontrando unas llaves de diferentes colores que nos permiten abrir los candados de dichos colores y así darnos acceso al esperado juego.

Además de todo esto, según el tiempo y los cubos que hayas activado, al final del nivel obtendrás un rango específico que va de la D a la A. Cuanto más rápido seas y más cubos actives mejor puntuación y rango conseguirás, algo que siempre anima a superarnos y repetir la pantalla.

Para terminar cada nivel hay que reventar un globo con forma semi gatuna que explota y llena toda la pantalla de sangre. Superado el primer nivel se nos dará acceso a una sala principal, en la que podremos acceder a los diferentes niveles que nos ofrece el juego.

Gráficos

Aquí está claro que los chicos de Sinclair Strange han querido realizar un claro homenaje a los años 90. Pixel Art por todas partes, muchos disparos, trampas mortales, plataformas, árboles de los que crecen mandos de diferentes videoconsolas, Megadrive y Master system tiradas por el suelo junto a Nintendo 64, Gameboy de fondo de escenario y lo más curioso: Dreamcast lanzándome discos, cual ninja asesino, para acabar con mi vida. Esto ha sido una de las cosas que más me han gustado.

Además, todas las introducciones de la historia están planteadas como si de un cómic se tratase, lo cual lo hace muy atractivo.

Música

Aquí me he venido abajo. Sabemos que Jimmy Urine y Mindless Self Indulgence ponen sus temas, la pantalla de presentación empieza con todo un temazo super cañero, pero luego, durante el juego, me esperaba música rápida, cañera y electrónica, que me empujasen a correr por los niveles para superar el mejor tiempo de otro jugador.

Y la realidad es que no hay nada de todo eso. Es como si las piezas escogidas no encajaran con lo que está sucediendo en pantalla. La acción va por un lado y la música va por sitio, a su ritmo, como si no tuviera nada que ver con la acción.

Extras

A parte de la historia principal también podemos acceder a una serie de retos, 20 concretamente, donde nos plantearán acabar el nivel sin morir o morir de un solo impacto. Todos los retos son diferentes y pueden añadir algo de duración a las escasas 6 horas en las que puedes haber completado todo el juego.

Luego hay un apartado específico de extras en el que encontramos:

  • Arte conceptual: son diferentes galerías que irán mostrando los diseños originales de los personajes y decorados.
  • Reproductor de música: las canciones se van desbloqueando y añadiendo al reproductor. Una buena iniciativa.
  • Comix: se va desbloqueando la historia conforme avanza el juego y esos retazos de cómics se van añadiendo hasta formar un cómic completo con toda la historia. Otro buen añadido.

Algún problemilla que otro

Faltan algunos detalles por pulir, pero que para nada afectan a la jugabilidad. Por ejemplo, a veces, al pausar la partida y volver al juego, el personaje se queda bloqueado y hay que volver a pausar la partida y después volver otra a la partida para que el protagonista reaccione.

Otro detalle es que, a veces, los enemigos caminan por el aire. No me refiero a los soldados que tienen turbo propulsores, sino a aquellos que son soldados rasos y que mágicamente te los encuentras caminando por el aire.

Son pequeños detalles que pueden solucionarse fácilmente con un parche y que, como ya he dicho, en ningún momento afectan al desarrollo de la partida.

Conclusión

I Want To Be Human intenta ser un homenaje pixel art a los videojuegos de los 90. Pero se queda a medio camino. No alcanza el nivel de otras producciones de Sinclair Strange (cuyo nombre ya es toda una declaración de intenciones).

Personalmente pienso que títulos como Jet Runner y sobre todo Fist Slash: Of Ultimate Fury están muy por encima de este I Want To Be Human. Por tanto, la nota que le pongo es de 5 tan rascado como esos exámenes de cuando era un crío y la nota se acercaba más al 4.9 que al 5.

Se salva por los pelos, por los momentos que me ha hecho recordar a Dreamcast o a Megadrive, pero poco más. Un poco más de acción rápida le hubiese venido muy bien.

De todas formas por 2.49€ que vale puedes darle una oportunidad y quizás te guste. Está a la venta desde el pasado 20 de junio en la PlayStation Store y ocupa 344MB.