God Eater 2 fue lanzado en Japón hace más de 3 años y no había visto un lanzamiento occidental desde entonces. A pesar de que la expansión Rage Burst salió el año pasado, hemos tenido que pasar por una larga espera para poder jugar la secuela de uno de los más exitosos juegos de caza de monstruos, con el permiso del todopoderoso Monster Hunter. Quizás en un principio os sintáis tentados a ignorar God Eater: 2 Rage Burst, dado que a primera vista puede parecer una repetición de la serie Monster Hunter mezclado con el estilo de juego hack and slash. Pero probablemente estarías cometiendo un grave error al pensar de esa forma. God Eater: 2 Rage Burst es uno de los juegos de combate contra grandes enemigos más frustrante y divertido que podéis encontrar disponibles en la actualidad, siempre y cuando tengáis la paciencia para poder avanzar a través de las primeras horas de juego.

 

La humanidad te necesita

La narrativa de God Eater 2, comienza casi de la misma manera que el juego anterior. Eres un nuevo recluta que busca unirse a los God Eaters, una división de élite de personas capaces de utilizar un arma especial llamado God Arc. Como God Eaters, nuestra misión consistirá en cazar y exterminar unos monstruos conocidos como Aramagi, que están empujando a la humanidad al borde de la extinción. Dentro de esta división sin embargo, existe un grupo especial de gente conocida como la unidad Blood, que son capaces de aprovechar y utilizar un poder especial llamado Blood Arts, y parece ser que nosotros poseemos la misma capacidad latente, y por lo tanto, nos uniremos al grupo de élite para servir como un nuevo faro de esperanza para una humanidad al borde de la extinción.

La historia tiene su parte justa de altibajos, pero el impacto de estos momentos dependen de nuestra unión al elenco del juego. Hay un gran número de personajes, y en realidad están bastante bien desarrollados gracias a las conversaciones opcionales y misiones secundarias, que nos ayudarán a conocer el trasfondo de la historia de cada uno de ellos, así como un poco más de su personalidad. Aunque es de apreciar el esfuerzo puesto en su desarrollo, no pude dejar de sentirlos bastante genéricos. Para empeorar las cosas, los caracteres de la base se siente casi intercambiables con los del primer juego. Julius, el líder de la unidad Blood llena el papel de Lindow, mientras que Romeo y Gilbert se sienten muy similares a Kota y Soma, respectivamente. Aún así, los personajes van ganando una capa de profundidad con el tiempo, y algunas de sus motivaciones resultan bastante fascinantes.

A la caza de los Aragami

En esencia God Eater es un juego de caza de monstruos de principio a fin. Nos dedicaremos a aceptar misiones de un área central determinada, las cuales siempre implicarán que matemos a algunos Aragami, ya sea solo, con NPCs controlados por la IA o con otros jugadores humanos. Una vez que los hayamos aniquilado, obtendremos diversos materiales y partes de monstruos necesarios para elaborar y actualizar nuestro equipo, permitiéndonos así enfrentarnos a enemigos aún más fuertes. Es una fórmula ya probada y conocida, y el bucle es adictivo, pero God Eater se distingue mediante la adopción de su combate en una dirección totalmente opuesta a la de Monster Hunter.

 

En el caso de la franquicia de Capcom, esta nos ofrece un combate más lento y metódico, mientras que God Eater renuncia a todo eso en favor de una acción rápida y frenética. En un nivel básico, se nos encomendará encadenar combos que constan de ataques ligeros o débiles y otros fuertes, y cada movimiento se puede cancelar de inmediato esquivando; lo que da como resultado golpes rápidos y tácticas dirigidas. Nuestro God Arc también puede transformarse en un arma, proporcionándonos la opción de atacar desde la lejanía cuando lo necesitemos, para poder conseguir así poner un poco de distancia entre nuestro personaje y el enemigo. Los sistemas establecidos trabajan bastante bien juntos, y el poder cambiar entre ataques cuerpo a cuerpo y de rango instantáneamente, siempre es una buena opción.

Los God Arcs tienen una característica muy especial, y esa es la capacidad de transformarse en una boca gigante que puede 'devorar' enemigos. Manteniendo pulsado el botón triángulo, una enorme boca saldrá de nuestra arma y cuando la liberemos, esta se encargará de dar un gran mordisco al Aragami. Si esto se lleva a cabo en un enemigo muerto, obtendremos partes de monstruos necesarios para la actualización de equipos, si por el contrario lo utilizamos cuando aún están vivas, entraremos en un estado conocido como Burst Mode. Mientras que estemos en este estado, obtendremos buffs temporales, así como una bala especial Aragami. Esta bala se puede usar contra un enemigo o puede disparar a un aliado, transfiriéndole así el Burst al aliado al que disparemos, lo que aumenta su límite de Burst. Esta es una táctica importante para mantener el Burst Mode entre los miembros del equipo. God Eater 2 también introduce las Blood Arts, que modifican nuestros ataques de diferentes formas, así como Blood Rage que es como una versión muy mejorada del Burst Mode.

En cuanto a personalización se refiere God Eater 2 cumple con creces. Hay 6 armas cuerpo a cuerpo, 4 pistolas y 3 tipos de escudo para elegir, proporcionándonos cada uno un estilo de juego diferente. Habilidades pasivas creadas o adquiridas después de la batalla, pueden ser instaladas en las armas, permitiéndonos así mezclar y combinar diferentes tipos de mejoras. Aún así lo más destacado es sin duda el Bullet Creation Mode. Las herramientas proporcionadas en este modo, son realmente espectaculares, y nos permiten modificar casi todos los atributos de nuestras balas. Hay tantas cosas que se pueden hacer con esto, que seguramente invirtáis la mayor parte de vuestro tiempo en la creación de balas adaptados a los diferentes tipos Aragami.

Gráficos y sonido

God Eater 2 fue originalmente un juego de PSP, y se nota, no sólo en el aspecto visual simplista y desfasado del juego, sino también en lo que se refiere al apartado sonoro. Nos encontramos con una buena recreación post apocalíptica y unos diseños de personajes y enemigos bien realizados, pero los escenarios están bastante vacíos y el moto gráfico se ha quedado anticuado en todas sus versiones, especialmente notable en la de PlayStation 4. Las voces de los personajes durante las escenas tampoco sonaban demasiado bien. En general, la presentación del juego no da la talla, aunque si romperé una lanza a favor de la banda sonora que me ha gustado bastante, con mención especial al tema J-Rock del opening del título, que se reproduce además cuando entramos en el modo Blood Rage.

https://www.youtube.com/watch?v=16TVwHBGvYg

Conclusión

God Eater 2: Rage Burst es un divertido JRPG de estilo Monster Hunter, incluso teniendo en cuenta todos los problemas de narrativa y presentación. Si miramos más allá de los defectos encontramos una experiencia de caza monstruos con gran profundidad en las opciones de personalización, un sistema de combate de ritmo rápido y enemigos realmente únicos y amenazantes.

El mediocre sistema de tutorial hace que sea fácil pasar por alto algunos de los desarrollos de personajes, el sistema de crafteo y características de combate. Además de que os llevará algo de tiempo poder entrar en materia y haceros con todos los controles, mejoras y demás... pero si sois personas pacientes y os tomáis el tiempo necesario para aprender las sutilezas del juego, seguramente disfrutéis mucho de esta gratificante experiencia que es la caza de Aragamis.