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Hoy os traemos el análisis de uno de esos juegos de los que estamos seguros que te llevarán a aquella época en la que, lejos de tener un gran estilo artístico, veíamos los gráficos de una forma maravillosa. Me refiero a la época de los 16 bits, en la que se superó la simpleza de los juegos antiguos y se podían contar historias algo más impactantes, siempre aprovechando nuestra imaginación, claro está.

Exile's End viene a traernos una historia espacial, de supervivencia y de acción sin límites, en la que tendrás que hacer uso de tu memoria para recordar y de tu sangre de aventurero, al menos si quieres llegar hasta el final. Esta vez Marvelous y XSeed lo han hecho muy bien, haciendo un título como a nosotros nos gusta, que tire de nostalgia.

Además todo esto, tenemos las escenas cinematográficas, que harán delicias de todo gamer que se precie, y que será prácticamente la única forma de conocer lo sucedido. También tendremos la posibilidad de interaccionar mínimamente con algunos objetos para ahondar en la historia, pero no serán la forma principal de transmisión de la trama principal. ¿Nos acompañas y te contamos qué nos ha parecido?

Un historia poco innovadora, pero...

La historia no es el máximo exponente de la innovación, eso hay que decirlo. No obstante, el juego está claro que no quiere innovar, quiere llevar la nostalgia a nuestros televisores (fórmula que, por lo que parece no se va a agotar nunca). Y lo consigue muy eficazmente. Intentaremos describirte cuáles han sido sus ingredientes.

Algo pasa en un planeta minero, y la compañía Ravengood está detrás sin duda. Cuando el hijo del presidente de la compañía desaparece, se pierde todo contacto con la población del planeta, y un grupo de soldados será el encargado de inspeccionar la zona. Y ahí entras tú en juego: encarnarás a Jameson, uno de esos soldados, pero algo más viejo que los demás y con un pasado oscuro. Típica historia del soldado que quiere olvidar su pasado y no se lo permiten.

Échale un vistazo al vídeo de la intro del juego, no tiene desperdicio:

Una jugabilidad clásica, pero cómoda

La verdad es que da gusto como se mueve Jameson por la pantalla. Los controles responden realmente bien. Esto influirá, como hablaremos más adelante, en la dificultad del juego.

No son demasiados controles los que tiene el juego: saltar, disparar, un botón para las granadas e interactuar con los objetos, pero es que es un juego simple, pero adictivo. El mapa es lo que más nos ha llamado la atención, pues en un principio no lo entendíamos, pero al cabo de unas pocas horas se convierte en tu mejor aliado. Algo curioso.

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En cuanto a las armas tendremos varias posibilidades. La primera que encontraremos serán las piedras, algo muy rústico para estar en el futuro, ¿no?. Bueno, es que como habéis podido comprobar en el vídeo, nuestro personaje sale inmediatamente después de un accidente aéreo y pierde todo lo que tiene. Con esta excusa, tendremos la capacidad para mejorar las armas, el traje y nuestra barra de vida.

También contaremos con un subfusil, cuyas balas las soltarán los enemigos cuando acabemos con ellos, y distintas armas de energía. La energía la suministrará nuestro traje y será un recurso más bien limitado, que también recuperaremos derrotando a los enemigos.

Hay más armas, por supuesto. Pero tampoco queremos desvelaros alguna que otra sorpresa que os podáis encontrar. Confiamos en que las descubráis por vosotros mismos.

No es tan difícil como se espera

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Quizá uno de los puntos más flacos del título: esperas que el juego va a ser bastante difícil y no, no es el caso. Se hace monótono en ciertas ocasiones. La idea del juego es que estés dando vueltas por el mapa, y vayas de un lado para otro. Y está bien, tendrás que recordar los caminos (el mapa, insistimos, es más útil de lo que parece en un principio) por los cuales tienes que ir, pero el problema es que todos los "habitantes" del planeta aparecerán de nuevo, cosa que se hace bastante pesada la enésima vez que pasas por allí. Aún así, típico de este tipo de juegos, no es tan grave: puedes pasar de ellos completamente.

Los controles, al funcionar muy bien, hace que el juego sea bastante llevadero. Si hubieran sido más toscos, quizá le habría dado algo más de dificultad, aumentando el reto que solían suponer los títulos de plataformas antaño. El caso es que ni siquiera con los "jefes finales" tendrás un reto demasiado grande, y probablemente te quedes atascado en una tanda de enemigos comunes antes que con el jefe de turno.

El aspecto visual es bastante bueno

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En este caso hablamos de algo bastante subjetivo, porque si no te gustan los juegos retro, no te van a gustar los gráficos de este juego. El caso es que tiene algo especial que nos ha llamado la atención, la sensación de profundidad, de frío y de abandono es espectacular. A pesar de ser simple, no le falta detalle, como comprobaréis en cuanto encendáis vuestra PS4.

La banda sonora llama verdaderamente la atención, pero por monótona. Cuando empezó a sonar nos encantaba, pero en todo el mapa (hay un tema por cada uno) no sufre ni la más mínima variación. Es un bucle que se va repitiendo constantemente que te invita a que cuando lleves un rato jugando te pongas el Spotify de fondo. De nuevo, nada sorprendente para el tipo de juego que es.

Conclusión

Esos gráficos estilo retro, música repetitiva e historia intrigante son una combinación perfecta para echar un rato si no quieres pasarte un juego demasiado complicado, aunque nos hubiera gustado una dificultad algo más elevada. Tiene un ligero poder adictivo que no sabes muy bien de dónde viene, pues la historia es algo simple, pero quizá sea por el personaje que controlas, cuya personalidad es muy fuerte.

Los ambientes, la inmersión conseguida, la sensación de frialdad y de lejanía es sorprendente, y tratándose de un juego de supervivencia es algo esencial. En definitiva, te encontrarás muy cómodo jugándolo.

La verdad es que nos ha gustado bastante. En Sonyers somos unos amantes de este tipo de juegos, y desde luego que Exile's End puede permitirse el lujo de decir que despierta la más verdadera de las nostalgias en nuestro interior, cosa que no es nada fácil.

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