La saga Dragon Quest es sin duda una de esas grandes sagas que se han consolidado de manera notable en occidente. Quizás no hay la misma excitación cuando sale un juego de Dragon Quest como en Japón, pero esta decimoprimera entrega puede romper de cierta manera los moldes que nos caracterizan y recaer en muchos hogares.

Venimos de jugar a Dragon Quest al estilo Minecraft en Dragon Quest Builders y de quedarnos sin la décima entrega, centrada en el online, pero Dragon Quest XI es un juego que se adapta a la modernidad de los JRPG sin perder algunos de sus rasgos originales. Una gran sorpresa a nivel de historia, personajes, controles y, sobre todo, de gráficos, a día de hoy es el juego más bonito que se ha hecho. Vamos a ver todo esto en profundidad.

Dragon Quest XI, una oda a la epicidad

La historia es simple pero épica, a veces previsible y a veces coge un camino totalmente inesperado. Así pues, como en otros juegos del mismo género (o de la misma saga), se trata de la típica historia de un héroe que combate contra el mal. Pero es una historia bien llevada, que en las primeras horas de juego ya sorprende dando algún giro que rompe las bases de las historia clásicas. Podemos prever por dónde va a ir la historia o equivocarnos completamente.

Nosotros tomamos el control de un chico que nació como la reencarnación del "Luminario" un legendario héroe que desterró a un gran mal del mundo, ahora ese mal amenaza con volver. Sin embargo, no todo son buenos ojos para el héroe, también tendremos a quien se oponga a nuestra presencia. El chico se crió en la pequeña aldea de Peñalabria, después de que su abuelo lo encontrase en el río flotando en una cesta. La típica historia de héroe, pero no quita que cada vez queramos saber más y más porque, como decía en el párrafo anterior, es una historia bien llevada, capaz de guardar bien un secreto hasta que te lo muestran directamente.

Sin embargo no solo un buen guión construye una gran aventura. Cualquier jugador de RPG debreria pedir un gran mundo que explorar, una buena banda sonora, un sistema de combate divertido a la par que dificil y tantas cosas que este Dragon Quest ofrece.

Un mundo enorme por explorar

Comenzaremos por ese vasto mundo que nos ofrece. En la epoca en la que estamos es muy facil encontrar un mundo abierto con pequeñas zonas de tiempos de carga. En Dragon Quest XI, sin embargo, no nos encontramos ante un juego completamente abierto como puedira parecer, es abierto por zonas. Tenemos grandes áreas que explorar y, dentro de las mismas, no hay tiempos de carga, ni para entrar a casas, alcantarillas o lo que sea que queramos hacer. En cada una de estas zonas hay casas, castillos enormes y una gran sensación de vida, en la ciudad acentuada por una población absolutmente realista y en el mundo gracias a que los monstruos están totalemente sueltos.

Estamos ante un mundo enorme, eso que no lo dude nadie, en el cual cada zona es diferente, con un entorno diferente, incluso hay acentos de los aldeanos para cada región, todo muy cuidado. Todas tienen una gran cantidad de secretos y zonas por explorar, no solo tenemos que seguir la ruta marcada. Los escenarios son bastante verticales, puesto que hay cuerdas, escaleras, tejados y la posibilidad de saltar, incluso se ha añadido la de correr en esta versión. La sensación de que cada región es diferente se apoya, además, en un gran trabajo de localización por parte de los traductores españoles, que dejan momentos sumamente divertidos y referencias que sacarán más de una sonrisa.

La historia jugada en el modo de dificultad por defecto, nos llevará en torno a 70 horas de duración, y no nos será necesario pararnos cada poco tiempo para subir de nivel, puesto que con el nivel de dificultad normal se puede disfutar de la aventura sin mayor problema. Tal vez, si somos jugadores veteranos en el género, echemos en falta un poco más de reto. Puesto que el juego sale con un año de diferencia en Occidente, tenemos una nueva inclusión, denominada "Misión Draconiana", que nos permitirá poner una serie de reglas para dificultar el juego.

Dificultad, doblaje y muchas más novedades

La Misión Draconiana pondrá ante nosotros un gran reto puesto que entre las reglas que nos podemos poner están las de no poder comprar, no poder equipar objetos defensivos, no huir de combates, la experiencia de los enemigos débiles se ve reducida al mínimo o a cero y el nivel y las estadísticas de todos los enemigos suben. Podemos habilitar una o varias de estas opciones, pero lo que está claro es que este nuevo modo de dificultad nos ofrece todo un reto.

La otra gran novedad con respecto a la versión japonesa es la inclusión de un doblaje, en este caso en inglés. la versión original japonesa solo contaba con textos en pantalla y esta versión de Dragon Quest XI ofrece un gran elenco de voces que favorece a las escenas y le sienta muy bien al juego.

Volviendo a lo jugable, Dragon Quest XI cuenta con dos grandes novedades con respecto a las anteriores entregas de la saga. La primera de ellas es que cada personaje jugable cuenta con un árbol de habilidades y podemos inclinar a cada personaje hacia el uso de un tipo de armas diferentes. Lo más interesante de esta mecánica es que gastemos los puntos que gastemos en el árbol, podemos revertir todo el proceso para probar otro tipo de arma sobre otro personaje, siempre recuperando la cantidad de puntos necesaria.

La otra gran novedad es la de la forja fantástica que, usando determinados materiales, permite crear nuevos equipamiento o mejorar los que ya tenemos. Pero, al igual que con el árbol de habilidades, tiene una parte interesante, y es que es un minijuego en sí. De acuerdo con las técnicas que hayamos aprendido (iremos aprenciendo más conforme avancemos), tendremos que golpear el material fundido de una determinada manera. Es una gran inclusión, sobre todo si tenemos en cuenta que nos permite mejorar el equipamiento que ya tenemos.

Muchas cosas por hacer, todas interesantes

Pero el de la forja no es el único minijuego que podemos encontrar en Dragon Quest XI, a lo largo de esta épica aventura podremos jugar a diferentes juegos con diferentes mecánicas y que son divertidos y útiles a partes iguales. De esta misma manera, el título no solo ofrece la historia principal y los minijuegos, también cuenta con misiones secundarias, las primeras serán las típicas de recadero para ir cogiendo mecánicas, pero luego las habrá cada vez más interesantes y complicadas, haciendo que queramos completarlas.

Todo gran RPG debe tener un buen sistema de combate, en esta ocasión se trata de un sistema bastante clásico, pero con una nueva inclusión que, sin embargo, no aporta demasiado. Se ha añadido la posibilidad de moverse por la zona delimitada para el combate, pero no afecta en lo más mínimo al sistema por turnos, como ya hiciese Final Fantasy XII en su época que esta mecánica cambiaba todo. Como decía, estamos ante un sistema de combate clásico por turnos que gustará a los jugadores veteranos y que de vez en cuando lanza la habilidad de insipiración que mejora las estadísticas y permite ataques combinados entre los personajes.

El juego más bonito que puedes ver

Todo este juego viene apoyado bajo una gran base, su apartádo gráfico. No sería de exagerar decir que es el juego más bonito (no el mejor hecho) que nuestros ojos pueden disfrutar a día de hoy. Como sabemos el juego está realizado bajo el motor gráfico Unreal Engine 4 y, sin pretender ser algo complejo, plasma el trabajo de Akira Toriyama y lo lleva a un nivel más allá. Los modelados, paisajes y todo lo relacionado con el apartado gráfico se ha convertido en el mejor de la saga. Es un mundo colorido, simpático y que le va muy bien al juego, en definitiva un Dragon Quest potenciado al máximo. Para potenciar la espectacularidad gráfica, en esta versión occidental ofrece una opción de primera persona.

En cuanto a la banda sonora, compuesta por Koichi Sugiyama, mezcla canciones nuevas con melodías típicas de la saga que nos llevarán al recuerdo de nuestras entregas favoritas de la saga. Aunque la banda sonora cuenta con una calidad indudable, en ciertas ocasiones se puede hacer repetitiva y monótona, con una selección ligeramente corta de temas. Por lo demás, un apartado sonoro que nos gusta y divierte.

Conclusiones

Si nos preguntamos qué significa Dragon Quest, seguramente responderíamos que mundos de fantasía, plagados de enemigos característicos, historias memorables con personajes para el recuerdo y batallas por turnos. En esta ocasión estamos ante Dragon Quest XI, un juego que si bien ofrece todo esto, lo lleva a la modernidad de la mejor manera posible. Es la tradición de los J-RPG clásicos llevado a la actualidad. Cabe recalcar que, aunque estamos ante la undécima entrega numeradad de la saga, no ha olvidado de dónde viene ni sus elementos carácterísticos.

Este es un gran juego, capaz de competir con cualquier otro que ofrezca una gran historia incluso superarlo. Una historía épica, personajes característicos, lo más bonito que te puedas echar a la vista y un sinfin de adjetivos para calificar un juego que quedará en el recuerdo de muchos y que puede poner la primera piedra para muchos jugadores interesados en el género.

No podía despedir este análisis sin antes decir que este es un gran título para los veteranos del género, pero no se olvida de los novatos y es un gran punto de partida para introducirse en el género. En cinco palabras: una oda a la epicidad.

Dónde comprarlo

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Reseña
Nota Final
9.5
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analisis-dragon-quest-xi-ecos-de-un-pasado-perdidoSi nos preguntamos qué significa Dragon Quest, seguramente responderíamos que mundos de fantasía, plagados de enemigos característicos, historias memorables con personajes para el recuerdo y batallas por turnos. En esta ocasión estamos ante Dragon Quest XI, un juego que si bien ofrece todo esto, lo lleva a la modernidad de la mejor manera posible. Es la tradición de los J-RPG clásicos llevado a la actualidad. Cabe recalcar que, aunque estamos ante la undécima entrega numeradad de la saga, no ha olvidado de dónde viene ni sus elementos carácterísticos.