Hace cosa de unas semanas, Bandai Namco anunció que traería a occidente el título Digimon World: Next Order para PS4 (y, además, con los textos en la legua de Cervantes, que es de agradecer). Mientras tanto, para ir saciando nuestro apetito, tenemos en la sobremesa de Sony y en su portátil el juego Digimon Story: Cyber Sleuth. Y, aunque no se trate del mismo género de juego (no a pies juntillas, al menos), creo que merece la pena echarle un vistazo antes de decidir si queremos aventurarnos en la nueva entrega de la aclamada saga de Bandai o no.
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Argumento

La historia del juego es una parte esencial del mismo, y juega muy bien con la mecánica de su propio universo. Sin hacer demasiado spoiler, resulta que hemos quedado con nuestros amigos a través de una chatroom en vernos en una sala de realidad virtual en un espacio llamado EDEN. Todo va bien hasta que aparece una extraña criatura con muy malos modales que nos manda a paseo.

Al huir de ese ente tan extraño nos encontraremos con un chico llamado Yuugo, quien nos presentará a tres Digimon, y tendremos que escoger cuál nos gusta más para convertirlo en nuestro compañero e intentar parar aquella cosa. Pese a ello, nuestra única meta sigue siendo huir lo antes posible. Al intentar cerrar sesión, veremos que nuestro cuerpo no ha acabado de materializarse bien en el mundo real, y que, de hecho, ni siquiera estamos en casa, sino perdidos en mitad de la ciudad.

Somos salvados de curiosos y de los agentes del orden por Kyoko Kuremi, una joven detective que nos ayudará a recuperar nuestro cuerpo, siempre y cuando aceptemos trabajar como ayudantes en su despacho, aceptando casos y ayudando a quien podamos a cambio de una compensación económica. Y hasta aquí el prólogo del juego.

Detective, hacker, y entrenador de Digimon.

Estamos ante un título que mezcla los géneros de novela gráfica con los de un RPG. Como detectives, deberemos hablar con personajes, hacer pequeños interrogatorios y buscar pistas por la ciudad, mientras que como entrenadores de Digimon, deberemos entrenar, criar y evolucionar o involucionar a nuestras criaturas para hacerlas más poderosas.

La investigación es algo simple. Entramos al despacho de Kyoko, tomamos un encargo y vamos a hablar con el cliente. Este nos informará de su problema. A partir de ahí, o bien deberemos iniciar una búsqueda de pistas y testigos por la ciudad, o bien deberemos entrar a la red, o incluso dispositivos electrónicos como teléfonos y aires acondicionados; para después detener o hablar con el loco o Digimon de turno que esté causando estragos, ya sea de forma voluntaria o no.

Las mecánicas de combate también son simples. Puedes luchar en una batalla por turnos usando a tres monstruos a la vez (a excepción de las batallas conjuntas, dónde algunos NPC usarán los suyos), pero dependiendo de la memoria que poseas (espacio, vaya), podrás llevar varios compañeros en la reserva. Puedes cambiar el equipo cuando quieras, aunque en combate gastarás un turno. Los encuentros aleatorios no son gran cosa, y no subirás demasiado de nivel en ellos.

Aquí entra otro de los puntos fuertes del juego: El Digi-Laboratorio. En él, con la asistencia de Mirei Mikagura, podremos almacenar, criar, evolucionar o hasta generar Digimon a partir de los datos que recogemos de ellos en los combates aleatorios. Estos se miden en porcentaje, y cada criatura requiere al menos un 100% de datos para ser generado, 200% si lo queremos con unos atributos de ataque, defensa y demás superiores.

Para entrenarlos los podremos dejar en la Digi-Isla, un lugar dónde nuestros Digimon, guiados por un líder, podrán encontrar casos, generar alimentos o incluso objetos de combate. No sólo eso, sino que a medida que el tiempo pase dentro del juego estos subirán de nivel. Dependiendo de la alimentación que reciban dentro de dicha isla, aumentarán unos atributos u otros.

Tener esto en cuenta es esencial para poder criar a nuestro Digimon como la máquina de matar que necesitaremos para completar el juego y derrotar a todo lo que se nos cruce por delante. Esto se debe a que cada Digimon no sólo tiene una línea evolutiva, sino varias ramificaciones (lo mismo sucede con las involuciones), así que deberemos saber que estados entrenar en cada momento para obtener la evolución deseada. Si no cumplimos estos requisitos, siempre podemos involucionar a nuestro compañero a una forma anterior y volverlo a evolucionar, pues al hacer esto sus estados se verán algo mejorados y aumentados debido al entrenamiento ya realizado.

Finalmente, tenemos los Torneos. En ellos, nos enfrentaremos contra varios criadores de 'Digimon', en distintas modalidades cuya dificultad aumentará de forma gradual. Pueden sernos útiles para registrar Digimon raros y generarlos en el laboratorio o para simplemente probar nuestras habilidades y equipo antes de una misión difícil.

Dualidad estética

Los gráficos del juego son bonitos. Los personajes están muy bien diseñados, y dan la impresión al verlos de que derrochan dinamismo por todos lados. Tanto la vestimenta, como la gama de colores de la misma juegan muy bien con el peinado y la fisonomía de los mismos.

Los entornos del mundo real también están muy logrados. Los distintos mapas, como un centro comercial o la ciudad, pese a ser pequeños no desentonan para nada con los personajes, pues son igual de coloridos y dinámicos. Podremos hablar con casi todo el mundo con quien nos crucemos, y en algunas ocasiones deberemos hacerlo para poder avanzar en la misión, o incluso obtener alguna secundaria.
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El mundo digital, por otra parte…

En un principio, las salas oficiales de EDEN se ven igual de bien que la ciudad. Algunos objetos semitransparentes ya dan la idea de ser simples réplicas virtuales. La gente interacciona de la misma forma que el mundo real, y los colores son igual de vivos. Pero todo cambia cuando salimos de ahí.

Kowlmoon es el lugar prohibido, la morada de los hackers; dónde la única ley es el poder. Y todo, absolutamente todo es igual de monótono y aburrido. Podremos encontrar un poco de decorado, pero en su mayoría se trata de un mundo completamente azul, con pasillos ligeramente laberínticos y un pequeño factor de exploración cuando debamos hablar con hackers o buscar objetos. Pero ya.

Y se nota que querían precisamente eso. Al ser Kowlmoon un homónimo de la Deep web, no querían que fuera tan bonito como los entornos “legales”. Ahí la gente tiene otras prioridades, es un mundo hostil y frío, pero… Se sigue viendo demasiado soso en comparación con el juego.

Banda sonora

La BSO de Digimon Story: Cyber Sleuth es sin duda uno de los puntos flacos del juego. Es limitada y repetitiva, especialmente en Kowlmoon. Pese a ello, aún hay algún par de pistas que se nos pueden quedar grabadas, pero en lo general, apenas destaca nada.

Es una lástima, porque por lo demás el juego aguanta bastante bien. La exploración de según qué zonas se habría hecho muchísimo más amena con una banda sonora más trabajada.

Traducción

El otro punto flaco del juego, el último bajo mi punto de vista. Los textos están en inglés y las voces en japonés. Si bien al usuario promedio de RPG, que ya debería a estar acostumbrado a jugarlos en la lengua de Shakespeare, a muchos otros jugadores les puede resultar complicado, o, peor, no comprender bien la historia o lo que deben hacer.

El lenguaje que se usa a lo largo del juego no es en extremo complicado, pero tampoco sencillo. El RPG y la crianza se puede comprender, pero de nuevo la historia puede no llegar a entenderse del todo bien sin un conocimiento extenso del idioma.
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Por no decir que al jugador le puede suponer un esfuerzo extra el tener que leer los enormes bloques de texto que a veces el juego nos lanza, en una lengua que no es la suya.

Pese a esto, se debe resaltar que la localización al inglés es excelente, y que ninguna línea se siente fuera de lugar o completamente extraña.

Conclusiones

¿Es Digimon Story: Cyber Sleuth la nueva panacea de los RPG? No. ¿Es la revolución de las novelas gráficas? Tampoco. Pero sí es un genial título, al que se le pueden dedicar muchas horas. Tiene muchas cosas por hacer, y al tener dos mecánicas juntas, podemos dedicarnos a criar Digimon cuando nos cansemos de investigar o tomar misiones, y viceversa.
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Si bien el idioma es su mayor impedimento, y la banda sonora no está al nivel del resto del juego, servidor lo recomienda para aquellos que disfrutaron de 'Digimon World 2003', o de las series de anime de la franquicia (especialmente Tamers). Es, sin duda, el título que hacía falta para que Digimon se recuperase de su declive en occidente.