Cuando se acerca el fina de una generación, la gente que solemos estar en el mundillo solemos sacar las calculadoras y decidir varias cosas: qué juego ha sido el mejor, qué estudio lo ha bordado durante toda la generación, quién peor...

Una excepción a esa norma no es Capcom, quien durante varios años seguidos nos ha estado regalando varios juegazos, por los cuales podríamos decir que el una de las gigantes empresas japonesas ha resurgido esta generación.

Eso sí, para Capcom la generación no podía acabar sin su broche de oro, un título más para poner final a su enorme trabajo durante años de esfuerzos. Hablamos de Devil May Cry 5, que como veremos a continuación, recoge el relevo de una saga que creíamos extinta, trayéndonos uno de los mejores juegos de su trayectoria.

Los demonios cada vez lloran más

La historia cobra cada vez más importancia en esta saga, y si ya en la tercera entrega nos tuvimos que tragar las lágrimas en más de una ocasión, debéis saber que esta quinta entrega no le irá a la zaga.

Esta vez nos encontramos en Red Grave City, que ha sido tomada por el rey de los demonios, Urizen, quien asegura querer tomar el control del mundo que legítamamente le pertenece.

La historia promete traernos momentos inolvidables con sus impresionantes gráficos

Desde el comienzo de la aventura nos encontramos con un Nero que ha perdido su brazo sin saber por qué, intentando llegar hasta Dante, que lucha en vano contra este poderoso enemigo teniendo todas las de perder.

Cuando parece que todo está perdido, comienza la verdadera contienda, donde Nero busca poder para poder abatir a este enemigo. Esta vez no luchará solo, pues también estará V, un enigmático personaje que parece guiar todos nuestros pasos. Y también estará Nico, nuestra fiel armera, quien no nos dejará tirada en ningún momento.

Esta vez los personajes nuevos son los más carismáticos y entrañables de toda la saga.

Por supuesto desde el comienzo de la aventura experimentaremos una suerte de flashback que nos permitirá conocer los detalles que nos ha llevado a todo este caos, donde todos los personajes parecen relacionados entre sí, y donde os aseguramos que no queda ningún cabo por atar.

La historia nos regalará muy buenos momentos, sin ser esta el principal atractivo de Devil May Cry, donde la acción y los reencuentros con caras conocidas de la saga serán su principal exponente, poniendo un perfecto final -o comienzo- a todo lo visto hasta el momento en esta franquicia.

Tres personajes muy distintos entre ellos pero muy ligados

Como todo sabemos, el juego está protagonizado por tres personajes, y a diferencia de lo que pueda parecer desde un principio o lo que ocurrió en la anterior entrega, Nero no es el protagonista principal ni el que más momentos nos regala.

Esta vez la historia queda bien distribuida entre los tres, así como el número de misiones, y aunque todos tienen jugabilidades muy distintas entre ellos, la verdad es que nos cuesta distinguir a cual le hemos cogido más cariño durante de la aventura, así como cual tiene el estilo de combate que más nos gusta.

Por un lado tenemos a Nero, quien aparte de su Red Queen -su fatal espada que posee la capacidad de cargar su poder- y Blue Rose -su poderosa escopeta- ahora cuenta con el Devil Breakers, un brazo robótico que sustituye al perdido con la capacidad de adoptar varias formas distintas, cada una con sus habilidades.

Los Devil Breakers que podemos usar son muy variados, y para usarlos solo tendremos que recogerlos del suelo cuando los encontremos, aunque ojo, se nos pueden romper si no tenemos cuidado al esquivar a nuestros enemigos mientras los usamos.

Alguno de los Devil Breakers serán cameos a viejas glorias de Capcom

Sus habilidades son mayormente ofensivas, aunque encontramos excepciones como la posibilidad de curarnos o parar el tiempo, si bien estos Devil Breakers son más raros durante todo el transcurso de la aventura.

Una vez con Dante, que pese a tener un rango menor de habilidades respecto a Nero, vuelve con todas sus habilidades presentes en la cuarta entrega, y siendo el rey indiscutible de las armas, tendrá un armazón a si disposición que hará las delicias de aquellos jugadores que aman la variedad de estilos por encima de todo. Encontramos en Dante un armamento enorme que poco tiene que envidiar a las habilidades de Nero.

La variedad de armas de Dante vuelve a ser enorme

Y por último nos encontramos a V, un personaje que aunque nos ha sorprendido increíblemente por su estilo de lucha invocando demonios, tenemos que decir que su repertorio de "trucos" es un tanto menor que el de las demos, valiéndonos solo de tres demonios que podamos usar, y sus distintas habilidades.

En definitiva que tenemos ante nosotros al Devil May Cry que más variedad de contenidos nos ofrece, donde tardaremos horas en aprender a controlar a cada personaje, y donde cada combate no es igual que el anterior. Una delicia para los que aman la variedad de situaciones en combate.

Eso sí, os avisamos que esta vez no tendremos todas las habilidades de algún personaje hasta que completemos el juego, aguardando una sorpresa muy grande para aquellos que lo terminen a nivel jugable, pero nosotros no diremos nada, preferimos que lo descubráis vosotros.

Hasta el menú de mejora y tienda de objetos cuenta con todo lujo de detalles

Pocos escenarios para tanto demonio suelto

Otro punto importante a la hora de analizar esta clase de juegos es el tipo de escenarios que nos ofrece. Como nos podemos imaginar, tendremos que recorrer las calles de Red Grave City al completo, pero al margen de esta ciudad, pocos escenarios más encontramos.

Esta posiblemente sea la peor baza del título, pues tanto en Devil May Cry 4 como en DmC, la variedad de escenarios era bastante más grande.

Aunque hay pocos escenarios, todos son preciosos, con muchos elementos deformables.

Ojo, con esto no queremos decir que la duración del juego sea menor, todo lo contrario, estamos ante el juego de la saga más largo de todos. Pero nos hubiera gustado ver algunos escenarios más variados como ya pasaba en las anteriores entregas.

Aquí apenas hemos notado salir de la ciudad, y aunque apenas revisitamos lugares, si es cierto que tenemos la sensación de no salir nunca de ellos.

Esta carencia queda totalmente recompensada con el número de enemigos, otro factor muy a tener en cuenta en esta IP, donde la variedad de demonios a los que tendremos que abatir vuelve más grande que nunca, con varias decenas de demonios distintos, sin incluir jefes finales, quienes también son de los más variados y espectaculares.

Los enemigos una vez más, impresionantes a lo ojos de un humano

El apartado técnico que reventará nuestras consolas

Ya desde el prólogo se hace gala de todo lo que el juego puede ofrecer a nivel gráfico, siendo esta entrega todo un portento que exprime al máximo la potencia de nuestras consolas.

Regalando un nivel de detalle que lo sitúan muy por encima de la mayoría del catálogo de la consola, el nivel de gráficos de este juego es impresionante.

No solo las expresiones faciales nos traen promesas nunca vistas, también los escenarios cumplen a la perfección en cuanto a nivel de detalles. Así como los personajes y enemigos, como los efectos especiales, todo perfectamente coordinado para ofrecer una experiencia audiovisual impresionante.

Tampoco podemos obviar el hecho de que el juego trascurre a 60 fotogramas por segundo, todo un logro teniendo en cuenta lo exprimido que queda el RE Engine aquí. ¡Qué maravilla de motor!

Misiones secundarias y objetos ocultos, hay que explorarlo todo bien

Un detalle muy grato que nos ha encantado es su curiosa característica online; en algunas misiones tendremos que decidir qué personaje usar para avanzar, yendo los otros dos por caminos distintos.

Pues bien, en los puntos de la misión que la rutas coincidan podremos ver como se desenvuelven los jugadores que hayan elegido usar a los otros personajes, y aunque este detalle no nos afecta en absoluto a la hora de avanzar, si que es una sorpresa curiosa y original que aporta continuidad y realismo.

Aunque tal y como cabía de esperar en este tipo de juego, la duración no es muy larga, unas 10 horas en la primera vuelta, su rejugabilidad vuelve a ser su principal atractivo. Contando como ya hemos dicho en la segunda pasada, con todo el arsenal de habilidades y armas desbloqueado, lo que logra que tengamos muchas más ganas de volverlo a completar.

Eso, y sus seis modos de dificultad distintos, hace que cada vuelta sea más desafiante, y un reto para todos aquellos que quieran exprimir bien el título.

Por último aún nos queda por probar el modo Palacio Sangriento, que llegará mediante actualización gratuita a finales de marzo, regalando más y más horas de juego, en Sonyers prometemos traeros una impresión cuando lo probemos.

Explorar cada rincón del mapa tiene sus recompensas

Conclusiones demoníacas para un gran juego

La verdad es que nos cuesta decidir si estamos o no ante el mejor título de esta franquicia. Por un lado tenemos un perfecto apartado jugable tremendo que hasta el mismo final del juego no está totalmente desenvuelto, sumando a un impecable apartado técnico.

El apartado técnico, maravilloso siempre

Por otro lado, la variedad de escenarios, así como la trama, no nos ha parecido tan profunda como en otros juegos de la saga, y aunque es disfrutable y regala buenos momentos, pierde algo de contexto en torno al final.

Eso sí, la saga vuelve tan rejugable como siempre, y si os cuesta decidir si merece la pena el desembolso por una aventura que no supera las 11 horas, podemos deciros sin duda que sí, nosotros vamos a disfrutarlo muchas veces.

Los que hayan disfrutado de los demás juegos de la saga, reconocerán los guiños

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