La espera ha sido dura, pero por fin tenemos entre manos la tercera entrega de Dark Souls, un nuevo juego de From Software que pretende seguir demostrando que es un estudio en forma a pesar de que su anterior juego, Dark Souls II, bajó un poco el nivel tras dejarnos a todos con la boca abierta en la primera entrega.
Muchos no consideramos Dark Souls como el primero de la saga, sino como un sucesor espiritual de Demon's Souls, un juego rompedor (y no hablamos de los mandos rotos por su elevadísima dificultad, que también), con un diseño de niveles, un apartado artistico y unos jefes finales de los que se quedan grabados en la retina. Gracias a Bandai Namco y Atlus, pudimos disfrutar de un juego que no recibió grandes apoyos en un principio pero que se volvió muy popular gracias al boca a boca y se convirtio en todo un referente para los amantes del rol.
Los japoneses de From Software quisieron superarse perfeccionando todo lo bueno que tenía Demon's Souls y así nos llegó Dark Souls, una obra maestra que posiblemente tenga el mejor diseño de niveles de los últimos años.
El publico pedia a gritos una continuación y en 2014 tuvimos Dark Souls II, que a pesar de ser un juego sobresaliente no logró sorprender tanto, rebajando un poco el entusiasmo por unos jefes más flojos y un diseño de pantallas menos inspirado. Tan solo un año mas tarde el estudio se
estrenaba en la nueva generacion con Bloodborne y los poseedores de PlayStation 4 no podíamos estar más contentos por tener en nuestras consolas un exclusivo de tanta calidad. Con una jugabilidad mas directa y manteniendo alguna de las señas de identidad de la saga Dark Souls, el titulo cosechó excelentes críticas convirtiéndose en uno de los mejores titulos de 2015 y un auténtico puntazo para el catálogo de la sobremesa de Sony.
Solo ha pasado un año y la máquina de sacar grandes juegos ha seguido funcionando en las oficinas de From Software, porque ya tenemos con nosotros Dark Souls III, el cierre de una trilogia que esta vez podrán disfrutar también los usuarios de PC y Xbox One, además de, como no, los de PS4.
Había dudas por el recibimiento de la gente a este Dark Souls III, teniendo en cuenta que las diferentes expansiones de los anteriores contaron con una calidad muy alta y que no hace mucho que pudimos disfrutarlas. El propio director Hidetaka Miyazaki expresó sus dudas por el recibimiento de esta entrega, y es que es dificil sorprender y estar a la altura con tan pocos meses de trabajo.
Lo primero que podemos decir del equipo de desarrollo es que esta claro que escuchan las opiniones de la gente, porque salta a la vista que en Dark Souls III se ha potenciado aquello que mas gusta y se ha suprimido lo que no funcionó tan bien en anteriores entregas. Podríamos decir que, si Dark Souls fue un refinamiento de Demon's Souls, Dark Souls III supone perfeccionar toda la saga, logrando un resultado excelente que particularmente nos ha encantado.
Recorriendo el paraje yermo de Lothric
Quien conoce la saga sabe que la aventura nos lleva a recorrer Lothric, un amplio mundo plagado de criaturas y peligros, bajo la piel de un Latente. La historia se irá desgranando a través de las descripciones de los objetos, y como suele ser habitual, tendremos que poner mucha de nuestra imaginacion para rellenar todos los huecos que la aventura no cuenta.
Sin entrar en detalles para no destripar nada, y resumiendo mucho, el argumento sigue girando en torno a grandes señores portadores de almas y un fuego que combate la oscuridad y que tendremos que avivar si no queremos sumirnos en las sombras. Tendremos que reunir a los Cinco Señores de la Ceniza, aquellos que en su momento avivaron la Primera Llama, para que no se termine apagando.
Gracias también a los NPCs y sus misiones propias descubriremos buena parte de la historia, algunas de ellas tendremos que acometerlas en el momento justo y serán cruciales para entender mejor todo ese inmenso mundo en el que nos han soltado sin mucha explicación inicial. Otro momento en que conoceremos más sobre el argumento es en la derrota de los enemigos y la lectura de sus almas, que nos desvelará algunos detalles interesantes.
Podréis disfrutar de Dark Souls III sin haber jugado a los anteriores, pero es más que recomendable haberlo hecho por la cantidad de "guiños" de From Software a la saga en su cierre, con muchas más referencias al primer Dark Souls que las que tuvo su secuela para satisfacer el "fan-service", algo que nos recordó al trabajo de Hideo Kojima en Metal Gear Solid IV.
Más ágil, que no más fácil
La idea es la de siempre, avanzar por escenarios plagados de laberintos y trampas, enfrentándonos a enemigos con muy mala baba y jefes finales muy duros armados con espadas y otros instrumentos medievales, obligándonos a cubrirnos y esquivar si queremos salir vivos de cada situación.
Llama la atención el ritmo del combate, mucho mas ágil que en anteriores entregas y con unas animaciones mas suaves y refinadas y un control más preciso que en anteriores ediciones. Pero no penséis ni por un momento que eso nos pondrá las cosas mas fáciles, pues nuestros enemigos también han ganado velocidad y agresividad, incluso alguno modifica su forma de luchar en mitad del combate. Los bloqueos y contraataques seguirán siendo vitales y la recuperación de la energia seguirá siendo lenta. En esta entrega la estrategia y el saber esperar siguen siendo claves si queremos tener algo de éxito, máxima cuando nos encontramos con multitud de enemigos en una misma zona.
A pesar de la mayor velocidad en combate, seguiremos viendo diferencias grandes si portamos armas mas ligeras (y de mucho menor daño) o grandes espadas de lentas animaciones pero daño poderoso. De nuevo el elegir la clase del personaje y su habilidad (además de diseñarlo a nuestro gusto gracias a un potente editor) será clave para que la experiencia se adapte al estilo que más vaya con nosotros, pudiendo escoger a un piromante, un Asesino de la Academia que mezcle hechizos y armas o un Heraldo Blanco que se maneje bien con espadas y domine la curación. Es importante experimentar con qué estilo nos va mejor porque vamos a necesitar dar lo mejor de nosotros mismos si queremos avanzar en este difícil reto.
Como buen juego de rol, Dark Souls III nos obligará a dedicar tiempo a mejorar las habilidades, recolectar almas, cuidar nuestros niveles de magia y desarrollar a nuestro personaje en funcion del estilo de juego que queramos potenciar. Consumir Estus nos hará recuperar vida o maná, pero no podremos llevar todo lo que queramos y únicamente podremos rellenar los frascos en las hogueras, que servirán también de puntos de guardado y viajes rápidos.
Además el consumo de Ascuas nos subirá en un 30% la salud y permitirá invocar espíritus para que nos ayuden con ciertos jefes o nos faciliten invadir a otros jugadores. Si morimos se nos pasará el efecto, así que es muy recomendable usarlas solo cuando sea estrictamente necesario. Por suerte podremos volver siempre que queramos al Santuario de Fuego, nuestra "casa" y el lugar donde mejorar las armas, comprar o mejorar el equipo o charlar con varios NPCs.
Se ha simplificado la mejora del equipo, ya no se podrá potenciar la armadura y el juego se centra en utilizar los puntos de mejora en las habilidades de combate (armas, hechizos, piromancias...) para poder afrontar disputas con distintos jefes con posibilidades. Por si os lo preguntáis... si, tocara volver al lugar en el que muramos para recuperar las almas perdidas, ¡así que recordar bien el camino!
Hablemos ahora de los jefes finales. Ya sablamos que al equipo se le daba bien crear enemigos que supusieran un desafio a la altura y con un diseño más que inspirado, pero lo que consiguen en Dark Souls III va más allá, resultando, a nuestro parecer, los mejores de la saga, ya no solo por la escala de algunos, también por lo originales que resultan y las distintas estrategias que tendremos que utilizar para enfrentarnos a ellos. La sensación que da encontrar una estrategia válida y acabar con ellos estando en tanta inferioridad es sencillamente delicioso y seguro que gritaréis de júbilo para soltar la adrenalina después de jurar en arameo.
Hablar de Dark Souls es hacerlo de un gran diseño de niveles, y es que a From Software se le da realmente bien construir mapas amplios, llenos de posibilidades, caminos, trampas, atajos y conexiones que esconden secretos. Si bien en esta tercera entrega no todas las regiones estan conectadas, cada una por separado es enorme y presenta un nivel de detalle y una sensación de amplitud y extension donde cada metro puede esconder algo que merezca la pena buscar, aunque nos encontremos con emboscadas y trampas que acaben con nuestro personaje sentenciado. Algunos de esos secretos estaran muy bien escondidos y nos costará mucho llegar a ellos, a otros directamente nos parecerá imposible alcanzarlos y tendremos que tirar de guía. Gran parte del juego la pasaremos estudiando cuidadosamente hacia dónde nos dirigimos, qué nos interesa hacer en cada momento, y es que cualquier "aventura" sin usar la cabeza nos puede dejar precisamente sin ella.
La duración de la campaña es considerable aunque dificilmente cuantificable, dependerá de vuestra pericia y de si tenéis experiencia con las mecánicas de la saga, pero difícilmente conseguiréis llegar hasta el final en menos de 30-40 horas, y eso sin apenas explorar la inmensa cantidad de secretos que encierra el juego, y es que además de tener 3 finales distintos hay zonas secretas enormes (incluso con sus propios jefes finales) y la cosa se puede ir hasta las 100 horas sin problemas.
Por si os pareciese poco, el multijugador nos ofrece partidas de seis jugadores, dos invasores y cuatro defendiendo y colaborando, ya sea para derrotar juntos a un jefe 0 para retar a otro jugador, una de las novedades del online. Por desgracia hemos experimentado algo de lag en muchos de los enfrentamientos, y en un juego así en el que un retraso nos puede costar un golpe inmerecido da bastante rabia, aún así no siempre aparece lag y conseguiremos experiencias muy divertidas en red.
También vuelven los pactos aunque de forma mas sencilla a través de un objeto de juramento. Otra cosa que nos encanta es la posibilidad de dejar mensajes para que los lean otros usuarios y que nos encontraremos en nuestra aventura, que podrán ser utiles consejos, avisos y, por supuesto, retorcidas trampas.
La belleza de lo oscuro
Dark Souls III posee una belleza artistica unica, con unos escenarios oscuros, profundos, tremendamente amplios y variados (dos conceptos que no suelen casar a menudo) que lucen estupendos gracias a una buena distancia de dibujado, además de un diseño de armas, armaduras y enemigos espectacular, detallados y en algunos casos realmente grandes.
También es muy destacable la iluminación y la capacidad de mover una buena cantidad de enemigos por pantalla al mismo tiempo, con unas animaciones muy cuidadas en cualquiera de ellos. En los "peros" podriamos hablar de una calidad de texturas irregular y poco detallada en muchos casos y un framerate algo inestable, pero que no molesta y habitualmente notaremos fluidez a lo largo de la aventura. Aunque el tono de los escenarios es similar encontraremos multitud de detalles, decoraciones y elementos, algunos destructibles, que le dan credibilidad al entorno y denotan el cuidado que ha puesto el estudio para no caer en esa repetición. Hay mucho mimo en este juego.
Respecto al sonido seguimos contando con una banda sonora muy poderosa, otra seña de identidad de la saga, con un tema central excelente y unas melodias para los jefes finales cargadas de coros y musica orquestal que mantiene los niveles de epicidad altísimos. Durante las misiones la musica deja paso a unos efectos de sonido muy cuidados que nos ponen en alerta ante peligros, pero la mayoria del tiempo estaremos en relativo silencio inmersos en un viaje solitario y peligroso. From Software buscaba esa sensación y el apartado sonoro ayuda a conseguirla.
Por ultimo destacar que las voces están en inglés y tendremos que tirar de subtitulos si no dominamos el idioma, aunque la calidad de las voces y las lnterpretaciones presentan un gran nivel interpretativo y ninguna desentona en absoluto.
Conclusiones
Dark Souls III mete lo mejor de las - sobresalientes - entregas anteriores en una batidora y el resultado es un cocktail excelente, una aventura profunda, compleja, larga, desafiante y divertida que nos hará amar el género y odiar a los creadores por su dificultad (bendita dificultad).
Es posible que no os sorprenda tanto como lo que sorprendió Dark Souls, y es algo normal en una saga con varias entregas que no acomete cambios radicales en su planteamiento, pero esta tercera parte ha mantenido la calidad, ha mejorado muchos aspectos y no ha empeorado (casi) ninguno, además la influencia de Bloodborne es evidente y creo que le ha sentado muy bien.
Sin duda, si os gustaron los anteriores, ir a por él sin dudar. Si no conocéis la saga pero os llama la atención el género es un excelente exponente, pero preparaos para morir y para esforzaros al máximo. Si os van los juegos fáciles y no queréis complicaciones ni complejidad... mejor probar Quantum Break.
