Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Konami. Juego disponible en NINTENDO SWITCH, PC, PLAYSTATION 4, PLAYSTATION 5 (versión analizada), XBOX ONE y XBOX SERIES S/X.
Introducción
Los matamarcianos siempre me han gustado. Al loro, que yo soy de los que aún veían Galaxian en los salones recreativos.
Luego llegaron videojuegos mucho más refinados. En Mega Drive, recuerdo leer un análisis que ponía por las nubes Thunder Force IV, y con razón.
R-Type era otro icono del género. Y si me pongo a recordar parecería que empiezo a contar batallitas, nombrando títulos me temo demasiado viejos que no vienen al caso.
Total que revisando los juegos por venir me encuentro con este CYGNI: All Guns Blazing, proclamado por sus creadores como el matamarcianos del futuro. ¡Haaaalaaa!
¿Lo es realmente? Hombre, distinto es sin duda. Pero mientras escribo aún intento asimilar qué acabo de presenciar en mi TV.
¡Genocidio!
Voy a decir una cosa de entrada: me he pasado CYGNI: All Guns Blazing en una hora y media, eso sí con la boca abierta. Por tanto no puedo, ni tiene sentido que lo haga, extenderme más de lo necesario en este análisis.
CYGNI: All Guns Blazing es un shoot'em up que se ve desde arriba y donde nuestra nave se encuentra en la parte baja, como decenas de otros juegos.
Lo que seguramente no habíamos visto hasta ahora es la apabullante cantidad de enemigos que nos salen al paso, amén de proyectiles de todas las formas y colores, flashes, explosiones, tropas batallando en tierra... la locura.
Teniendo en cuenta que estas criaturas permanecían aletargadas en el Cygni Prime, se puede decir sin miedo a equivocarnos que, en aras de encontrar un planeta habitable, la masacre que ejecuta la humanidad sobre estos pobres seres deja a Atila a la altura de Heidi. Vamos, que por cada vida perdida no sé cuántos cientos de enemigos obliteramos por el camino, si no miles.
Tras el golpe de efecto
Lo dicho, de entrada, no puede dejar indiferente a nadie. Tal vez a esto se referían con el matamarcianos del futuro: una verdadera explosión de luz y color en nuestros televisores.
Lo malo es que, tras la sorpresa inicial, te das cuenta de que la obsesión por mostrar un espectáculo en la pantalla juega totalmente en contra de lo más importante: la jugabilidad.
Esto es muy sencillo de entender. Tenemos una barra de armas y una de escudos, y podemos derivarlas entre sí. Muchos de los enemigos sueltan unas células de energía que recargan los escudos. Si están a tope, se acumulan como "moneda" para mejorar la nave.
Hasta ahí bien, ¿cierto? Pues no, porque la mecánica de CYGNI: All Guns Blazing consiste en "esquivar" una miríada de proyectiles mientras disparamos como posesos y recogemos las células de energía cual yonquis.
¿Por qué? Porque inevitablemente vamos a comernos la mitad de los ataques enemigos a la vez que recargamos los escudos afanosamente, rebotando de un lado a otro como pollo sin cabeza.
No hay una estrategia como tal, unos patrones a los que acostumbrarse, una dificultad incluso alta pero bien ajustada. No señor, esto es puro caos hecho juego.
Mejorando que es gerundio
Entre fases, de las siete disponibles, podemos mejorar nuestro caza. Me resulta pesado hablar de esto, pero sí destacaré lo personalizable que es el disparo, ya que podemos elegir su ángulo de apertura y preconfigurar cinco tipos. Aparte hay muchas otras opciones como potenciar el ataque a tierra o los misiles, equipar los satélites, desbloquear el láser y conseguir el arma de destrucción masiva, por si había sobrevivido algún bicho.
Permitidme deciros que nada de esto es suficiente.
Aquí puedes hacer dos cosas: jugar en modo fácil, con tres vidas por nivel y unos enemigos medio abordables, o hacerlo en normal con una sola vida y repetir las fases ad infinitum. El modo difícil, que también lo hay, directamente es una broma para dementes.
Cabría pensar que repitiendo los niveles con paciencia, a medida que desbloqueas nuevas mejoras, puedes picarte para completarlos en dificultades mayores. Sin duda esta es la idea de CYGNI: All Guns Blazing.
La realidad es que tras terminar el juego se desbloquea un modo arcade donde puedes configurar las mejoras a tu gusto para en teoría pasarte todo del tirón. Pues ni con esas.
Muy raramente bajo la dificultad, pero en este caso era impepinable jugar en fácil para traeros el análisis, y como ya he dicho en apenas una sesión has visto todo lo que realmente ofrece CYGNI: All Guns Blazing.
¿Pica? Sí, eso es cierto. Dentro de la locura de naves, bichos, rayos, etc., con cada repetición de una fase vas aprendiendo ciertos patrones, sabiendo por dónde vienen los enemigos, etc. Pero insisto en que aquí no hay realmente una estrategia a seguir.
Por cierto se puede jugar a dobles con un segundo mando, lo que facilita algo las cosas.
Apartado técnico
CYGNI: All Guns Blazing se ve francamente bien. Aunque el diseño de escenarios no sorprende, la factura técnica tanto de los entornos como de los enemigos queda fuera de toda duda.
El movimiento es fluido, a unos indispensables 60fps con la pantalla literalmente atestada de elementos. Las escenas cinemáticas que acompañan al modo historia, por así llamarlo, son sencillas pero cumplen.
Con respecto al sonido, raya si cabe a un mayor nivel. Los efectos son una gozada, sobre todo las explosiones cuando por fin abatimos a los enemigos más resistentes. La música por el contrario es demasiado instrumental para el frenesí que se muestra ante nuestros ojos, echándose en falta temas mucho más cañeros.
CYGNI: All Guns Blazing viene con las voces en inglés, francés, alemán, japonés e, iros acostumbrando, español latino. Tampoco es que importe mucho.
Conclusión
¿Qué nota le pones a un título consistente en repetir infructuosamente las mismas pantallas, a menos que lo pongas en modo fácil y te lo pases en una hora y media?
Una cosa está clara: CYGNI: All Guns Blazing falla en su intento de promover la rejugabilidad como eje central. El escalón entre las distintas dificultades es demasiado grande y los pocos niveles no invitan a elaborar un plan como tal, sino a esquivar erráticamente mientras buscas con pulsión las células de energía.
Esto último es lo que pervierte completamente un género que siempre se ha basado en evitar los ataques, no en tragar plomo recargando los escudos en una especie de frenesí homicida.
Por otro lado es indiscutible el despliegue que se muestra ante nosotros, con enemigos de lo más heterogéneos y bosses alucinantes, todo ello apoyado por un apartado técnico a la altura. Pero no compensa.
En definitiva CYGNI: All Guns Blazing se va de mi consola tan pronto como ha llegado, pero si extrañamente no tienes otros juegos a la vista y eres de los que se pican con los retos, aquí tienes uno mayúsculo.