Si tuviera que elegir la mejor consola hasta el día de hoy, sería sin duda PlayStation 2, y eso que me estrené en este mundillo con el Amiga 500 y, después, con la primera Game Boy. Por mi casa han pasado sistemas maravillosos, pero la PlayStation 2 reunía una serie de características que, a mi modo de ver, la coronan como reina. Arrasó en ventas, tenía un apoyo total de las third parties, se comió a la competencia, tuvo juegos míticos casi mensualmente, y eso en unos tiempos donde todavía no se habían puesto de moda los DLCs, los parches y las revisiones de juegos.

Sin embargo, a mí personalmente había una cosa que me enamoraba de la PlayStation 2 y era el gran apoyo que tenía de las compañías japonesas como Capcom, Konami, Squaresoft, Enix, Namco, Koei, etc., cuando éstas vivieron su época dorada. Por aquel entonces, antes de la era de la alta definición, lo "japo" era lo más. Y todas estas desarrolladoras casi parecían filiales de Sony, de lo centradas que estaban en producir juegazos para su consola.

Después, como muchos sabéis, llegó la crisis de los juegos asiáticos, cuando las empresas occidentales empezaron a sacar títulos con una calidad apabullante, tanto en lo técnico como en lo jugable, y los japoneses fueron quedándose atrás. Y así, transcurridos los años, hete aquí que me veo con este Cyberdimension Neptunia: 4 Goddesses Online, juego de rol perteneciente a una saga que ha visto diversas entregas, con un marcado carácter nipón.

Una vez hecha la pertinente introducción, te invito a que leas el análisis para saber lo que te vas a encontrar, por si a pesar de la nota crees que puede haber algo de tu interés en este título. Sin embargo, ya te adelanto que se cumplen los peores pronósticos sobre la decadencia de los JRPG o juegos de rol japoneses, antaño brillantes.

La saga Hyperdimension Neptunia está muy relacionada con los propios videojuegos. En entregas anteriores, las protagonistas, nada menos que diosas de sus respectivas naciones, se veían inmiscuidas en las guerras de las consolas, el nacimiento de las portátiles o el panorama electrónico retro de los 80. En esta ocasión participan como beta testers en una especie de juego de rol masivo multijugador online o MMORPG, aunque sólo de forma simulada claro, ya que este viaje sigue siendo para un jugador. Lo primero que chirría es una incomprensible pantalla de carga donde el juego nos tendrá esperando durante casi dos minutos hasta acceder al menú de inicio.

Este grupo de lolitas, de moral distraída, ligeras de ropa y extrañamente afectas a sus hermanas pequeñas, son en realidad los avatares de las diosas que hay detrás. El juego hace muchos guiños a los MMORPG, como el hecho de que tras los personajes hay personas "reales", el tema de conseguir followers, la gente que miente y encarna a otro sexo en el juego, y hasta la presencia de cheaters. La idea es curiosa y tiene potencial, pero lamentablemente se queda en lo anecdótico, con unas conversaciones absolutamente banales cuando no insustanciales, que muchas veces estaremos tentados de pasar pulsando repetidamente el botón del Dualshock 4 para que terminen cuanto antes.

Y eso que esta parte, la de las conversaciones entre los distintos personajes, es lo mejor del juego. Dejando de lado que las charlas son infantiles y ñoñas, al menos se sustentan en unos dibujos de estilo manga de buena calidad y en unas voces de los personajes donde se ve que han puesto empeño. Estas secuencias tienen lugar en una ciudad que hace las veces de nexo, donde las heroínas van a descansar, comprar, vender y ver cómo va avanzando la historia. Poco a poco más personajes se unirán a la plantilla inicial hasta sumar un total de doce, todos ellos féminas por supuesto, ya que en este universo hay pocos hombres según parece -el juego incluso menciona esto, por lo menos sabe reírse de sí mismo-.

El resto consiste en salir al mundo, que no se puede recorrer como tal, sino que simplemente tiene unas mazmorras o niveles donde nos podemos teletransportar. Aquí llega la parte verdaderamente mala...

Concebido como un hack and slash donde manejamos a un personaje de los cuatro que viajan juntos, este 4 Goddesses Online consiste básicamente en avanzar sin ton ni son pulsando el mismo botón del mando constantemente mientras machacas a los enemigos más anodinos que recuerdo, entre los cuales, ojo, se encuentran una especia de slimes a lo Dragon Quest (incluyendo su versión metálica) o, agarraos, unas "Chocobas", que efectivamente son una especie de pájaros. Con un par.

Pero lo "mejor", tras recorrer unos escenarios sin la menor gracia, llega cuando debemos enfrentarnos a los bosses. ¿Habéis visto esos insectos grandes que se acercan demasiado a un hormiguero? Pues nosotros somos las hormigas, y los jefes son unos torpes gigantones listos para ser acribillados a tajos mientras deambulan de un lado a otro en una arena donde, más bien, parece que han sido conducidos para ser sacrificados. Incluso su nula inteligencia artificial hará que más de una vez se queden sin hacer nada, como resignados a la muerte que los espera tan pronto como las protagonistas, esas mozas de buen ver e instintos asesinos, entran en escena. En serio, da casi pena ver aflorar los números de hit points sucediéndose como confeti mientras los bosses se mueven erráticamente abocados a su fin.

Lo que más sorprende es que el juego pone a nuestra disposición diversas habilidades, y que se puede elegir el estilo de lucha de nuestras acompañantes, aunque en la práctica nunca lo cambiaremos porque no es necesario, ni usaremos más que un par de habilidades de una plantilla muy poco variada, como poco variadas son también entre sí las distintas protagonistas. Es más, de los diversos objetos que tendremos a nuestra disposición bastará con hacer acopio de dos o tres para pasarse todo el juego de cabo a rabo, ya que lo he completado incluso más allá de la historia principal, cumpliendo todos los encargos, y no he encontrado ni el menor desafío. Tan sólo he visto una sucesión interminable de misiones consistentes en matar a unos bichos concretos o recolectar unos objetos específicos, que además cumpliremos yendo a toda prisa en los mismos escenarios repetidos hasta la saciedad mientras ignoramos completamente a unos enemigos que, si no nos chocamos directamente con ellos, ni siquiera nos harán nada.

La personalización está presente en este título, aunque también en ese aspecto peca de simplista. Existen unos pocos trajes y accesorios, y una miríada de variantes de lo mismo en distintos colores. Iremos recogiendo todo esto en cofres repartidos por los niveles, sin mayores complicaciones. El problema es que nuestros nuevos modelitos apenas lucen, puesto que no se reflejan en las escenas de la historia y definitivamente pasan inadvertidos in-game.

El sistema de experiencia es otra cosa digna de estudio. Muchas veces nos veremos subiendo de nivel prácticamente igual tras matar a dos o tres enemigos del montón que tras liquidar a uno de los bosses. A medida que desbloqueamos nuevos personajes, éstos irán demasiado por detrás en experiencia, fomentando que sigamos empleando siempre los mismos cuatro del principio. Total, da igual usar unos que otros, y el subirlos a todos de nivel se percibe más bien como un esfuerzo innecesario.

Existe una opción para jugar en línea, donde podremos encarnar a una de las cuatro heroínas para repartir leña con nuestros amigos. Sin embargo, temo que los problemas fundamentales que afectan a las mecánicas jugables sigan ahí a pesar de ello.

Con respecto a los gráficos, debemos dividir el juego en dos partes. Por un lado están los dibujos, tanto del mundo como de la ciudad, los personajes y las secuencias con diálogos. El estilo manga raya a muy buen nivel, y no es difícil encariñarse de todos y cada uno de los personajes, muy bien definidos aunque se basen en arquetipos más o menos manidos. Por contra, tenemos la parte puramente jugable, donde si bien las protagonistas son bastante dignas, tanto los monstruos como los escenarios son propios de generaciones pasadas, sobre todo por unas texturas paupérrimas, amén de un diseño demasiado simple. Por si fuera poco, todo corre a un frame rate distinto según cada fase, por lo que éste se mantiene en 60fps cuando hay pocos elementos, pero inexplicablemente baja a 30fps en los escenarios con abundantes enemigos. El juego funciona bajo Unreal Engine 4, lo que demuestra que una cosa es la herramienta que utilizas y otra muy distinta el uso que haces de ella.

El sonido es de lo mejor que tiene el juego. Por un lado, las voces, que se pueden elegir en inglés o japonés, son muy convincentes, dotan a las chicas de mucha personalidad y amenizan unos diálogos que, además de estar en inglés, son bastante intrascendentes. Por momentos la historia apunta formas, pero no da más de sí aunque los actores de doblaje han puesto su empeño en hacer un más que digno trabajo. Lo del doblaje es un decir, ya que las voces se escuchan sobre imágenes de fondo que van cambiando, pero donde en ningún caso se ve movimiento de labios. Por otro lado tenemos la música, que es como una de esas canciones de Julio Iglesias: se deja oír, resultando incluso agradable, pero al poco tiempo es como si ni la escucharas.

Conclusión

A medida que jugaba a Cyberdimension Neptunia: 4 Goddesses Online, he ido rebajando más y más la nota media que pensaba poner al juego. Uno siempre quiere distraerse y disfrutar, por lo que en un principio esperaba que fuera un videojuego ameno. Al poco me percaté de que iba a ser uno del montón. Tras unas cuantas horas más, me di cuenta de que siendo honesto ni siquiera podía aprobar el juego y, finalmente, una vez finalizado, me dije a mí mismo que era incluso peor de lo que hubiera imaginado.

Si eres un fanático del manga y disfrutas viendo a muchachas guapas, ligeras de ropa, voluptuosas y desenfadadas, puedes encontrar en este juego una curiosidad. Sin embargo, mucho ojo: puedo entender que alguien se compre un Senran Kagura o un DOA Xtreme sólo por alegrarse la vista, pero éste no es ni remotamente el caso. Hablamos simplemente de un tono, de un estilo. El juego ni siquiera llega a explotar mucho estos elementos picantes, y lo más que ofrece es una galería donde puedes volver a ver las pocas ilustraciones desbloqueadas a medida que avanza la historia -porque esa es otra, realmente todos los diálogos tienen lugar con los mismos dibujos de las chicas a las que sólo les cambia la expresión de la cara y los fondos donde aparecen-.

Así que nos queda un título extremadamente repetitivo, que no supone desafío alguno, con una inteligencia artificial de los enemigos nula, unos gráficos que ni le harían justicia a los albores de PlayStation 3 y una historia que, como he dicho, si bien presenta algunas ideas curiosas y por momentos parece que va a ofrecernos algo más, se queda en insulsa y carente de todo interés.

La verdad es que el mundo de los videojuegos está evolucionando (o degenerando según se mire) hacia unas súper producciones AAA que deben vender millones para amortizarse. Pero no nos engañemos. El problema de este Cyberdimension Neptunia: 4 Goddesses Online no es que no sea un juego de gran presupuesto, ya que he disfrutado de verdaderas maravillas que contaban con pocos recursos detrás. La cuestión aquí es que el título está hecho con una completa desidia, a ver si cuela. Y para eso están los análisis amigos, para advertiros y que no os dejéis llevar por una carátula de manga con chicas muy llamativas, algo que debe ocurrirle bastante a los japoneses. De hecho, hay más ilustraciones en internet de las que luego existen en el propio juego.

Dónde comprarlo

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